Juan de Castilla, vuelta al ruedo con sabor a oreja en Madrid

17 de septiembre de 2023/Patricia Prudencio Muñoz/Foto: Plaza 1

Las Ventas celebraba su segundo desafío de ganaderías. En el cartel se anunciaban Octavio Chacón, Juan de Castilla, que confirmaba alternativa, y Ángel Sánchez, que se midieron a los de Partido de Resina ( 1º, 3º y 4º),  Sobral (2º, 6º y 6º) y Hnos. Collado Ruiz (1º sobrero), lidiado en tercer lugar. Entre los de Partido de Resina hubo un comportamiento variado, el primero se dejó llevar, pasando y queriendo más que pudiendo, pero sin fuerza, teniendo que mimarlo en la tela sin bajarle la mano. El tercero fue devuelto y el cuarto no pasaba. Los de Sobral fueron ásperos, buscones y mirones, siendo el segundo y el quinto de la tarde los peores.  Octavio Chacón describió la definición de valor seco en el tira y afloja con el primero y el segundo de su lote. El segundo fue un toro de Sobral que se le metía por dentro, sabiendo lo que dejaba atrás, dificultándole la labor con la espada. El cuarto uno de Partido de Resina que no pasaba, se llevó el peor lote. Juan de Castilla, que confirmaba el doctorado, tuvo el triunfo en sus manos, logró imponerse con el toro de la confirmación, un toro al que tuvo que mimar para cuidar la embestida, llevándolo a media altura. Sin embargo la espada, empañó su labor. De nuevo, volvería a dejar una entrega absoluta en el quinto, poniéndose muy de verdad con un toro con mejor inicio que final de faena, ya que poco a poco fue desarrollando, buscando y metiéndose por dentro, uno de los más peligrosos de la tarde, pero con el que dejó una estocada muy efectiva. Ángel Sánchez lo pasó y llevó al sobrero, un toro al que hubo que tocar y llevar con firmeza, pero que pasaba. Culminó con una de las mejores estocada de la tarde. Un acierto que no encontró con el sexto deslució, fallando con los aceros, después de una faena exigente.

Abría la tarde «Tronador» II en las manos de Juan de Castilla, que lo recibía en la seda, pasándolo con ritmo, logrando estirarse con el. Entre palmas de tango se cerró el tercio de varas y se desarrolló el de banderillas, se le llegó a pedir incluso el cambio. La faena de muleta se inició tras la ceremonia de confirmación del colombiano a manos de Chacón y Ángel Sánchez. Culminado el brindis, lo recibió en la franela genuflexo y al primer pase el animal perdió las manos, así que el diestro lo sacó de tablas, tiró del astado y se lo llevó más allá del tercio. Se puso sobre el pitón derecho, adelantándole la mano, para después pasarlo aprovechando la inercia, pero no pudo someterlo, debía mimarlo y llevarlo con despaciosidad. Volvió a cruzarse y a recomponer la tanda, con un animal que quería más que podía, pasando con la cara, punteando la tela, a base de arreones. Le dio sitio y tiempo, para después acortar las distancias con el, ralentizando el ritmo y encontrando mayor acople. Cambió al natural, abriendo el compás, llevándolo con los vuelos, buscándolo a pitón contrario, pasándolo uno a uno, aprovechando cada embestida. Solo tuvo que perderle algún que otro paso, pero se mantuvo en el sitio, encontrando el acople. Retomó el pitón derecho, sin asfixiarlo, pero manteniéndolo metido en la faena. Dejó un cierre variado al que le siguió el fallo repetido con la espada.

El segundo de la tarde, un toro de Sobral, fue ovacionado en la salida. Octavio Chacón se encargó de frenarlo, saludarlo, bregarlo y sacarlo del tercio. Una vez completada la ceremonia de confirmación, Chacón se acercó al animal, para pasarlo por alto, abriéndolo y envolviéndolo. No alargó aquel inicio, necesitaba ordenar las embestidas y templarlas, por lo que siguió sobre el derecho, citándolo arriba para después mantenerle la altura. Era reservón, le costaba atender al primer cite, por lo que el diestro tuvo que cruzarse y echarle la muleta al morrillo, tratando de encauzar así su embestida en el trazo. Pasaba sin clase, saliendo por alto. Le dejó respirar, alejándose, dándole tiempo y sitio antes de volver a la cara del animal. Lo hizo, solo que con la muleta en la mano izquierda, adelantándole el pico, tratando de abrir a un animal que no le quitaba ojo, andarín y que no terminaba de pasar. Por ese motivo, el público reconoció entre ovaciones la meritoria labor de Chacón, con un toro que se movía entre asperezas y embestidas inciertas y nada agradecidas. Recuperó la mano derecha, pero vencía por dentro y a punto estuvo de llevárselo por delante en varias ocasiones. Alargó una faena de peligro sordo, volviendo al toreo al natural, en los medios, pasándolo uno a uno, apurándose en las distancias cortas. El animal terminó doblando con el golpe de cruceta.

Ángel Sánchez saludó al primero de su lote, en una brega llevada y rápida en la que lo sacó a los medios. De nuevo, con el de Partido de Resina, volvían a sonar las palmas de protesta durante el tercio de varas. Finalmente, ante las condiciones evidenciadas del tercero de la tarde, el presidente otorgó al cambio, sacando el pañuelo verde. En su lugar salió «Dispuesto», un toro de la ganadería de  Hnos. Collado Ruiz al que Sánchez lo recibió, ahora sí, estirándose con el. El astado le soltó las manos por arriba en la salida e incluso se acabó desligando, pero el diestro lo remató en los medios. En la faena de muleta, Sánchez lo tanteó por ambos pitones, tirando del animal para sacarlo del tercio. Lo tocó, pero tuvo que recurrir a la voz para que este terminara de atender al cite. Continuó con la mano derecha, tocándolo con firmeza y brusquedad, los siguientes pases ya tendrían mayor suavidad. Se acabó metiendo en el tercio, con un toro que pasaba y seguía la franela, pero sin emoción. Volvió a tirar de el sin cambiarle los terrenos, manteniendo las tandas por el pitón derecho, dándole salida, pero sin definición ni una faena ordenada. Lo mostró por el izquierdo y cambió la ayuda por la espada, dejando una buena estocada que fue muy aplaudida por el respetable.

Marcaba el ecuador del festejo un  toro de Partido de Resina, suelto y agarrado al piso, al que saludó y bregó Octavio Chacón. En la franela el comportamiento se volvió áspero y reservón, pasaba soltando la cara, obligando al diestro a rectificar y buscar el sitio. Le buscaba, sabía lo que iba dejando atrás, tenía por cuello un verdadero látigo. Continuó por el pitón derecho, tratando de abrir, llevándolo en paralelo en el tercio. Se echó la muleta a la mano izquierda, pero no se desplazaba, así que paró y recompuso la tanda, acercando posturas entre ambos. Cada vez acortaba más su recorrido, a pesar de que Chacón le dejara los vuelos en la cara, unos vuelos que en cuanto tocaba se descomponía aún más. Recuperó la mano derecha, pero no hubo manera de hacerlo pasar, así que siguió alternando pitones, de izquierda a derecha. Al natural, a base de cruzarse y adelantarle el pico, le robó alguna que otra embestida. Falló con la espada.

El quinto, un toro de Sobral, al que Juan de Castilla saludó, salió suelto, por lo que tuvo que fijarlo en la tela y sujetarlo para que no se le fuera. Antes de iniciar la faena, brindó al respetable, para después irse a los medios y citarlo en la larga distancia, envolviéndoselo, aprovechando la inercia. Fue un inicio de lo más ovacionado. Juan jugó con las distancias en un quinto que se arrancaba con fijeza en la franela, aunque sin dejar atrás la violencia de sus embestidas, unas embestidas que también se metían por dentro. Tuvo que acortar las distancias y definir su recorrido, asegurando el pase, echándole la muleta al morrillo y llevarlo toreado de principio a final. Le dejó varios avisos, soltándole la cara, desarmándolo. Volvió a la cara del animal, sobre el pitón derecho, con trazo largo, mostrándole la salida, pero siempre muy tapadito. Cambió al natural, cruzándose, poniéndose muy de verdad, arriesgando. Retomó las tandas por el derecho, uno a uno, quitándole la muleta para después volver a mostrársela, pero cada vez acortaba más y Juan se lo ciñó. Dejó una estocada efectiva y rotunda con la que se ganó la petición mayoritaria.

Ángel Sánchez saludó al segundo de su lote y sexto de la tarde, dando paso a los tercios de varas y banderillas. Inició la faena de muleta con un tanteo a media altura en el que lo pasó por ambos pitones, ganándole terreno. Se decidió por la mano derecha, con un toro que pasaba en largo y con el que quiso buscar la ligazón. después de aquel inicio, siguió insistiendo sobre el mismo pitón, a media altura, con un toro que pasaba por alto, soltando la cara arriba en su salida. Dejó pinceladas al dejársela puesta, ligando algún que otro pase. Lo citó muy recto, se lo envolvió a la cintura y trató de llevarlo hasta el final, jugando con su cintura y muñeca. Sin embargo, la faena no rompía, no estaba llegando a los tendidos. Mientras tanto, continuó con la mano derecha, de uno en uno, tocando y deslizando, metiéndose de nuevo en tablas. El animal pasaba y Sánchez lo pasaba. Cambió la ayuda por la espada y al entrar a matar lo prendió sin aparentes consecuencias, se tiró muy recto. Lo volvió a intentar pero no encontró acierto.

Madrid. Partido de Resina ( 1º, 3º y 4º),  Sobral (2º, 6º y 6º) y Hnos. Collado Ruiz (1º sobrero), lidiado en tercer lugar. Entre los de Partido de Resina hubo un comportamiento variado, el primero se dejó llevar, pasando y queriendo más que pudiendo, pero sin fuerza, teniendo que mimarlo en la tela sin bajarle la mano. El tercero fue devuelto y el cuarto no pasaba. Los de Sobral fueron ásperos, buscones y mirones, siendo el segundo y el quinto de la tarde los peores. Octavio Chacón, ovación tras dos avisos y silencio tras aviso; Juan de Castilla, silencio tras dos avisos y vuelta al ruedo; y Ángel Sánchez, ovación y silencio.

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