30 de septiembre de 2023/Patricia Prudencio Muñoz/Foto: Plaza 1
Las Ventas acogía este sábado 30 de septiembre una tarde histórica, Julián López «El Juli», junto con los diestros Uceda Leal y Tomás Rufo, se despedía del coso venteño. Una tarde de «No hay billetes» en la que el público arropó al madrileño. Los toros de Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto no dieron el juego esperado en una tarde de altura. Duraron poco, no tenían demasiada fuerza, no se les podía llevar la contraria. Obligaron a los diestros a buscar las teclas en faenas más que medidas. Destacó el sexto, que regaló unas embestidas lentas y entregadas con las que Rufo pudo lucirse al principio del último tercio. El Juli logró meter en la franela al primero de su lote, sujetándolo, dejando muletazos de calidad, largos y templados, que rebosaban poso y solera, pero el toro no se prestó al triunfo. Sería con «Faraón» el quinto de la tarde, con el que dejara una obra de artesanía con un toro mas que justo al que supo medir y llevar, con un trazo largo y profundo. Uceda dejó matices con el primero, pero nada pudo hacer con el cuarto, el peor de toda la tarde, que no tuvo interés, no entraba, no se desplazaba, se frenaba… Rufo no terminó de convencer en el tercero, pero con el sexto, el mejor toro de toda la tarde, dejó una faena de más a menos intensidad con la que pudo cortar una oreja.
«Caraalegre» de Puerto de San Lorenzo abría la tarde en las manos de Uceda Leal. Salió suelto, bordeando las tablas, sin interés en el percal de Uceda. Cambiado el tercio trató de pasarlo en un par de ocasiones. Sin demasiado esmero se pasaron los tercios de varas y banderillas, aunque hubo que destacar la labor de los de plata. Llegó la faena de muleta, pero antes, Uceda hizo salir a El Juli para brindarle. Después, se fue al tercio y lo fue pasando por ambos pitones, con cadencia y temple, ganándole terreno. Lo empezó a llevar en redondo sobre el pitón derecho, muy despacio, pasándolo alrededor de su cintura, dándole continuidad y encontrando la ligazón. El animal acometía con prontitud, después solo tuvo que dejarle la tela en el hocico para tirar y ligar. Cambió al izquierdo, pitón por el que no encontraba la armonía en la embestida, soltaba algo más la cara, pero lo hizo pasar sin perder el ritmo ni el compás. El de Puerto de San Lorenzo andaba justo de fuerza, aún así acometía con fijeza y ritmo al natural. Tardó en doblar, pero encontró acierto con el acero.
El Juli salió al ruedo y saludó al segundo de la tarde y primero de su lote. Un toro que repitió en la seda del madrileño, por lo que le permitió la expresión, estirándose con él. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes brindaría a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Lo cambió de terrenos, lo movió y más allá del tercio empezó a pasarlo. El Juli pedía calma mientras buscaba las opciones, las distancias y alturas a un toro que pasaba a base de arreones, soltando la cara, sin uniformidad. Tuvo que sujetarlo y poco a poco lo fue metiendo, con suavidad, limando las asperezas. Continuó sobre el pitón derecho, cruzándose y tocándolo con firmeza y mucha voz, obligándolo a entrar. Se echó la muleta a la mano izquierda, llevándolo en largo, mostrándole la salida, jugando con la amplitud de los vuelos de la franela. No alargó mucho más la faena, una faena a la que El Juli, de haber tenido otro toro con más motor, le hubiera dado mayor intensidad. Cerró la faena y sin pensarlo demasiado lo cuadró y lo pasaportó.
Rufo se estiró por verónicas ante el primero de su lote. En la suerte de varas, derribó al caballo y terminó siendo picado por el que guardaba la puerta. En banderillas, Sánchez dejaría un gran par por el que se desmonteró después para recibir una sonora ovación. Rufo inició el último tercio más allá de la raya, con un primer contacto genuflexo, para después pasarlo con cadencia y despaciosidad, templando el inicio. Siguió sobre el pitón derecho, dándole la larga distancia para después aprovechar la inercia y ligarlo, dejándosela puesta, tocándolo y pasándolo. El de la Ventana del Puerto pasaba, pero sin terminar de romper en la tela. Rufo lo llevó en tandas cortas y lentas, arrastrando la franela a cámara lenta. Fue intermitente, alargando los tiempos entre tandas, aún así su despaciosidad no fue sinónimo de lucimiento, sería en los últimos compases cuando alcanzará a cruzarse y encontrar en las ovaciones la aprobación del respetable. Lo pasó por ambos pitones, alternando alturas y cambió la ayuda por la espada para culminar una faena en la que derrochó técnica, pero con la que no terminó de calar. En la suerte suprema entró con todo, pero no fue suficiente para que doblara y tuvo que descabellar.
Uceda y «Cuba» marcaban el ecuador del festejo. En su salida, Uceda no pudo hacer nada en el saludo capotero, el toro salió muy agarrado al piso, frenándose sin terminar de pasar. En el tercio de varas reinó el desconcierto con un toro que no tenia interés por nada. Se alcanzó el último tercio y Uceda trataba de tantearlo, pero el afán del animal eran las tablas. Tiró en varios intentos pero no logró sacarlo de allí. Lo trasteó y el de Puerto de San Lorenzo volvió a salirse de la franela. Sin ningún tipo de opciones fue a por la espada. A pesar de todas las dificultades que le presentó el animal, logró meterle la mano.
Con «Faraón» se despedía El Juli del coso venteño, un toro con una salida muy fría. En el saludo no dejó opciones al diestro, que tuvo que ir tras él para poder pasarlo por la seda. Brindó desde los medios y eligió un inicio por estatuarios, un inicio que tuvo que modificar para poder atarlo en corto, pasándolo por ambos pitones. Le dio tiempo y sitio para después tocarlo y llevarlo muy despacio, sosteniéndolo para que le aguantara. El animal estaba justo de fuerza y aunque atendía a las demandas del diestro no poseía una buena embestida. La entrega y disposición de El Juli, con el toreo largo y profundo, en el que se estiró el trazo y llevó hasta el final, embistiendo con el fue lo que llegó a los tendidos. Esperó y encontró el acople, toreándolo a pies juntos, a cámara lenta, envolviéndoselo a la cintura. No faltaron las tandas al natural, pero cada vez se quedaba más corto y protestaba más. Le costaba pasar y a pesar de la labor que llevó a cabo El Juli, que fue una obra de artesanía, todavía había cierto tendidos de la plaza que no le echaban cuenta. Estaba todo hecho en la faena, así que se fue a por la espada, se tiró y la dejó arriba.
Tomás Rufo trató de lancear sin éxito al sexto de la tarde. Brindó a El Juli y le siguió un inicio de faena de rodillas con el que conectó con los tendidos, toreándolo en redondo y sin probaturas. Se fue a los medios y desde allí sobre el pitón derecho, muy despacio encontró sabor en las mejores embestidas de toda la tarde. Dosificó y midió muy bien los tiempo para retomar su faena sobre el pitón derecho, en largo con profundidad, llevándolo muy metido, toreando a su favor, pero en comunión. Al natural le abrió en exceso, sin el lucimiento que encontró sobre el derecho. El animal acometía con prontitud, fijeza y ritmo en el engaño. Recuperó la mano derecha y en la media distancia volvió a deslizar con suavidad, con el toreo lento y asentado, pero nada que ver con el inicio, en una faena de más a menos. Cerró por manoletinas muy ceñidas y un espada certera.
Las Ventas. Los toros de Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto no dieron el juego esperado en una tarde de altura. Duraron poco, no tenían demasiada fuerza, no se les podía llevar la contraria. Obligaron a los diestros a buscar las teclas en faenas más que medidas. Destacó el sexto, que regaló unas embestidas lentas y entregadas con las que Rufo pudo lucirse al principio del último tercio. Uceda Leal, ovación y silencio; El Juli, ovación y dos orejas; Tomás Rufo, silencio tras aviso y oreja.
Incidencias: El Juli se despedía del coso venteño por la Puerta Grande. Al concluir el paseíllo recibió una sonora ovación de los tendidos.