28 de abril de 2024/Mar Muñoz
San Martín de Valdeiglesias albergó una de las corridas de toros de la segunda fase de la Copa Chenel. Los matadores de toros Rafael de Julia, Luis David Adame y Miguel Ángel Pacheco se midieron a los toros de José Enrique Fraile Valdefresno (1°, 2° y 3°) y Buenavista (4°, 5° y 6°). El segundo y quinto de la tarde fueron de vuelta al ruedo, ambos fueron estoqueados por Luis David Adame. Rafael de Julia dejó impreso su poso en sus actuaciones, cortando una oreja al segundo de su lote y perdiendo el trofeo en el primero con la espada. Luis David Adame tuvo el mejor lote, un lote del que el mexicano supo sacar partido, desorejando al quinto de la tarde, aunque también pudo haber cortado un apéndice en el segundo de no haber sido por el mal uso del acero. Miguel Ángel Pacheco mostró clase y torería en sus faenas, cortando una oreja al tercero de la tarde.
Arrancaba la tarde Rafael de Julia, recibiendo a portagayola a «Cigarro», un toro de José Enrique Fraile Valdefresno, al que después intentó llevar en el capote. Brindó al respetable y en el tercio, por el derecho le fue obligando, sacándolo a los medios. Sin embargo, el toro no tenía una embestida clara y salía rebrincado, pero de Julia logró atemperar la embestida llevándole a media altura, metiendo al tendido en la faena. El animal ya había visto las tablas y allí se fue a seguir al natural robándole los pases. Le sacó de la querencia y de uno en uno, al natural siguió con cadencia y gusto. Todo lo ponía Rafael, logrando una serie aplaudida en el tendido, para después retomar el pitón derecho para cerrar e ir a por la espada. Intentó unos últimos pases al natural antes de cuadrarle y pinchar varias veces.
«Pituso», el segundo toro de la tarde, no le dio opciones a Luis David Adame para poder estirarse con el en el saludo capotero. Sin embargo, sí que se pudo lucir en el quite por chicuelinas, para después adornarse protagonizando el tercio de banderillas. En mitad del brindis se le arrancó y ese fue el inicio de faena, empezando a torear. Le siguió por el izquierdo con cadencia, arrancando la música al compas de su faena. El animal seguía el engaño de Luis David, pudiendo así enroscárselo a su cintura. Aquella ligazón la paró en seco el animal, desarmando al diestro. No tardó en recomponerse y volver a la cara del de José Enrique Fraile Valdefresno, que volvió a llevarlo a su alrededor. Logró bailar al ritmo del pasodoble con el, pero no tardaría en retomar el pitón izquierdo del animal, pitón por el que el animal era un auténtico carretón. Sin excederse en los tiempos tomó la espada y por manoletinas hizo su epílogo. Le colocó en suerte y falló con la espada.
Miguel Ángel Pacheco se fue directo a portagayola para recibir al de José Enrique Fraile Valdefresno. Genuflexo, en el tercio, le fue ganando terreno para comenzar su faena. Le siguió por el pitón derecho intentando atemperar la embestida del toro, bajándole la mano, a un animal que seguía el engaño. Pacheco lo guiaba en todo momento, al natural le perdía pasos y tiraba de el, con el uno a uno, girando la muñeca para dar mayor amplitud al pase. Retomó el derecho, pasándoselo por la espalda para adornar la siguiente serie, pero cada vez se iba quedando más parado. Por el pitón izquierdo, nuevamente, ya se había venido a menos, pero él insistió con rodilla en tierra en una tanda que caló en el tendido. Tomó la espada, le cuadró y tras pinchar hundió el estoque.
Rafael de Julia se estiró a la verónica con «Regidor», un toro con el hierro de Buenavista. Con la derecha, en el tercio, lo pasó por ambos pitones para iniciar su faena. En los medios, sobre el pitón derecho tiraba de el, llevándole lejos con tandas cortas y muy medidas, dándole tiempo y sitio para después tratar de alargar la embestida, bajándole la mano con torería. Le mostró el pecho, adelantándole la muleta para citarlo con un toque firme y mucha voz, metiéndolo en el trazo. Al natural, de uno en uno, con despaciosidad y cadencia le fue pasando en su muleta, siempre obligándole por abajo, tratando de someterlo. Retomó el pitón derecho con desmallo, pero también de uno en uno, para recetarle unos bonitos pases con los que llegó al respetable. Lo pasó por ambos pitones, con cadencia, y lo colocó en suerte parar hundir el acero hasta la empuñadura.
Con una larga cambiada de rodillas recibió Luis David Adame a «Lujoso» de la ganadería de Buenavista. En los medios se lo pasó por la espalda y siguió enroscándose con el por el pitón derecho. Le dio tiempo y sitio y con la muleta planchada le citaba y ligaba. Cambió al natural y el animal acudía presto a las demandas de Adame, logrando ligar los pases y encontrar la armonía a la que acoplarse. Se adornó con el cambio de mano y siguió sobre ese pitón, dibujando pases largos y profundos. No tardó en retomar el pitón el derecho, bajándole la mano para llevarlo por abajo en redondo. Le dejó respirar, para después volver a la cara y adornarse con pases invertidos en redondo que parecían eternos. Siguió con los pases en redondo invertidos pero fue genuflexo cuando puso al respetable en pie. Fue a por la espada y con manoletinas cerró su faena. Le colocó en suerte y lo mató con acierto.
Pacheco saludó al cierraplaza estirándose por verónicas. Por el derecho se puso a torear sin probaturas, le bajaba la mano y el animal seguía y respondía al engaño, permitiendo que Pacheco lo llevara lejos, con pases interminables. Pierna atrás, girar y llevar al animal embebido en la franela. Al natural intentó encelarle, pero ya había visto las tablas y se tuvo que ir al terreno que el animal demandaba. Le dio algunos naturales y le sacó a los medios, cambiando de mano, logrando otra tanda lucida, pero teniendo que llevarlo muy tapado para que no se fuera. En rodillas se puso a torear para lograr un pase invertido por la espalda antes de ir a por el estoque, culminando por ayudados por alto. A la tercera hundió el estoque.
San Martín de Valdeiglesias. Toros de José Enrique Fraile Valdefresno (1º, 2º y 3º) y Buenavista (4º, 5º y 6º). El segundo y quinto de la tarde fueron de vuelta al ruedo, ambos fueron estoqueados por Luis David Adame. Rafael de Julia, saludos tras aviso y oreja; Luis David Adame, saludos y dos orejas; Miguel Ángel Pacheco, oreja y silencio.