Ventura abre la Puerta Grande en una tarde en la que roza la perfección en Madrid (Fotos)

1 de junio de 2024/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez

Las Ventas disfrutaba de un nuevo «No hay billetes» en una tarde de rejones en la que Rui Fernandes, Sergio Galán y Diego Ventura se midieron a los toros de Los Espartales. Los animales fueron manejables y se dejaron llevar, permitiendo a los rejoneadores el triunfo, un triunfo que se vio truncado por los aceros. Rui Fernandes desarrolló una primera faena de esfuerzo y fondo en la que tuvo que hacerlo todo. Con el segundo no terminó de romper y terminó de empañar su actuación con los aceros. Sergio Galán tuvo una buena actuación ante un toro llevadero al que le cortó una oreja. Le dio intensidad con el quinto, en una faena de distancias cortas en la que hubo variedad y entrega, de no haber sido por su fallo con el rejón de muerte hubiera cortado su segunda oreja. La faena de Ventura con el primero de su lote fue rotunda, a pesar de tener un toro que se dejó, pero el rejón de muerte se llevó unos triunfos que tenía más que asegurados. Rozó la perfección con su segundo alcanzando a cortar las dos orejas.

Abrió la tarde un toro de Los Espartales que se saltó las tablas y que después lo intentaría hasta en dos ocasiones más. Rui Fernandes lo dejó correr la plaza para después encelar aquel toro con chispa y movilidad en la grupa. Dejó el rejón de castigo, llevándolo cosido hasta pararlo y obligarlo a seguirlo. Cambió de caballo y salió montado sobre «El Dorado», corriendole de lado para empezar a lucirse con las banderillas, buscándolo al encuentro junto a las tablas. No lo sacó a los medios, aprovechó aquellos terrenos para que este le siguiera. «Mistral» cada vez se paraba más, tratando de darle emoción con piruetas en la cara del toro, buscando esa conexión con el público. Toreó con la grupa a un toro desfondado en las que había que aprovechar aquellas medias arrancadas. Salió «Ponce» y se lució como pudo con las rosas. Antes de que le dejara el rejón de muerte el animal se echó. Finalmente, pudo hundírselo pero sin demasiado acierto.

Galán se fue a la puerta de chiqueros para recibir al segundo de la tarde, que salió suelto y ajeno al caballo de Galán. Lo esperó hasta captar su atención, logró encelarlo, llevándolo con la grupa en la cara, manteniéndolo en los medios, apurando casi al exceso. Logró dejar el rejón de castigo tras varios intentos. Salió a lomos de «Capricho» dejando los palos al quiebro, a toro parado prácticamente. Tanto lo apuró que lo marcó en varias ocasiones con los pitones. Con «Bambino» le dio continuidad a las banderillas ante un toro que iba soltando la cara. Buscó el lucimiento bailándole. Con «Bribón» culminó con las banderillas y el rejón de muerte.

Salió Ventura para saludar al tercero y primero de su lote. Trató de parar en los medios a un toro que se arrancaba con viveza. Hundió el primer rejón de castigo  para después seguir encelándolo y llevarlo totalmente metido. Lo volvió a parar y buscó el encuentro para abrirse en la cara y dejar el segundo rejón de casrigo. Sobre «Nómada» daría comienzo con las banderillas, que también le bailó en la cara para después buscarlo en la larga distancia y provocar aquella arrancada. Encontró la conexión con un público que le acompañó al compás de palmas para poner los palos. Lo apuró y bordeó las tablas, pero rápidamente lo sacó de aquellos terrenos y se lo llevó a los medios. «Nómada» se lució con diversas piruetas en la cara del animal. Se metió en terrenos comprometidos, estando cara a cara caballo y toro. Con «Bronce» causó sensación dejando una par soltando las riendas y las provocaciones de un caballo que trataba de morderle el pitón al tercero. Culminó su actuación con «Bronce» entrando de espaldas para cambiar de caballo. Cerró con «Fabuloso» y las rosas, levantando al público, a pesar de que delante tuviera un toro escaso que se movía poco y que incluso llegó a echarse. Falló con el rejón de muerte.

Rui Fernandes tuvo que esperar para que el cuarto se centrara en el caballo. Salió suelto y ajeno a todo, buscando las tablas. Tuvo que tirar del animal y llevarlo a los medios, toreándolo con la grupa, fijándolo y evitando que se desligara, logrando dejar el rejón de castigo. Salió sobre «H-Quiebro», para dejar los primero palos al quiebro. A pesar de lo que había mostrado el toro en su salida, Rui logró encelarlo y meterlo, corriéndolo de lado bordeando las tablas. Buscó la conexión con un público que tenía ganas de disfrutar. Hizo piruetas, cambiándole el paso. Volvió a salir «Mistral» continuando con las banderillas. El toro le soltaba la cara arriba, con medias arrancadas. Cambió de caballo y dejó más rosas, apurándose en tablas. No tuvo acierto con el rejón de castigo.

Con algo más de movilidad y ritmo salió el quinto al que enceló rápidamente Sergio Galán que dejó los rejones de castigo con acierto. Con «Capote» se la jugó en las distancias cortas, ciñéndoselo junto a las tablas, toreándolo con la grupa. Lo buscó en las distancias largas para poner los palos al encuentro. Volvieron a marcar los pitones al caballo, siempre apurando las distancias y luciéndose con piruetas en la cara del animal. Continuó con «Capricho» ante un toro que le apretó en tablas. Al de Los Espartales cada vez le costaba más arrancarse a las provocaciones del caballo, que le dejó los palos abriendolo en la cara. Culminó con las rosas, haciendo el teléfono, un par de banderillas cortas en las que soltó las riendas y un rejón de muerte que hundió al segundo intento.

Ventura brindó a Florito, una vez que salió el toro no se lo pensó, hundiendo el primer rejón de castigo. El toro se desvinculó y buscó en las tablas. Le costaría, pero acabaría acudiendo con aquellas arrancadas, sorprendiendo, acudiendo directo al caballo. No tenía fijeza el de Los Espartales, entrando a las provocaciones de Ventura, pero desvinculándose rápidamente de la grupa, en aquellos intentos del rejoneador por torearlo y llevarlo metido. Aún así, el público estaba con el y lo acompañaban en las banderillas con palmas, unas banderillas que dejó al quiebro. El de Los Espartales estaba a todo y a nada, a pesar de ello, Ventura logró, en el tira y afloja por mantenerlo, cautivar. Se la jugó sobre «Lío» en unos terrenos más que comprometidos, dándole todas las ventajas al toro. Ató en corto a un toro que se venía andando, algo incierto y poco definido. Salió sobre «Fabuloso» en un toreo que pareció una auténtica obra de artesanía en la que tuvo que ponerlo todo. Le dio distancia y buscó el encuentro al quiebro para aprovechar aquella media arrancada y dejar los palos. Templó en una faena en la que se rozaba la perfección.

Madrid. Toros de Los Espartales. Los animales fueron manejables y se dejaron llevar, permitiendo a los rejoneadores el triunfo, un triunfo que se vio truncado por los aceros. Rui Fernandes, silencio y silencio tras aviso; Sergio Galán, oreja y saludos; Diego Ventura, ovación y dos orejas.

 

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