10 de septiembre de 2024/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Arganda del Rey celebraba la segundo novillada de su Feria Taurina, en la que los novilleros Valentín Hoyos, Fabio Jiménez y Javier Zulueta se midieron a los ejemplares de la ganadería de Talavante. Los animales tuvieron condiciones y un buen comportamiento en la tela, prestándose para el triunfo, con clase y bravura. Quizá el más deslucido fue el segundo de la tarde, que no humillaba y el sexto, que le costaba pasar. Había que poderles, imponiéndose a base de gobierno. El tercero también fue un gran novillo, pero se lastimó la mano. Valentín Hoyos dejó matices antes el abreplaza, pero sin terminar de someterlo. Tampoco se entendió con el cuarto, un novillo de clase y bravo. Fabio Jiménez no se acopló con el primero de su lote, un novillo soso que simplemente pasó. Dejó pinceladas ante un gran quinto de Talavante. Zulueta estaba toreando al tercero de la tarde en una faena que empezaba a romper, llevándolo templado y sometido por abajo, pero el animal se lastimó y tuvo que matarlo. Con el sexto dejó el toreo caro, pero sin espada.
Valentín Hoyos deja pinceladas, pero sin romper ante el primero
Valentín Hoyos saludó al abreplaza, bregándolo y recogiendo la embestida en su capote. Brindó al público, dejó la montera en la arena e inició su faena de muleta desde los medios, en rodillas con un pase cambiado por la espada para después aprovechar la inercia y tratar de ligarlo envolviéndoselo. Se levantó, remató aquel inicio y continuó sobre el derecho, primero dándole salida, adelantándole la mano para terminar atándolo en corto. El novillo mostró una buena condición, embistiendo con ritmo y fijeza en la tela. Valentín Hoyos se la dejó puesta y tiró del animal, dándole continuidad. Al natural, se la dejó abajo, pero sin terminar de ordenar las embestidas, siendo esta una serie más atropellada. Le dio tiempo, para después retomar el pitón derecho, pero había visto las tablas, por lo que tuvo que tirar de él para volver a llevárselo a los medios. Embestía abajo, a buen ritmo, con celo. Lo mató con acierto en una estocada deslucida.
Fabio Jiménez, sin acople con un novillo soso
Fabio Jiménez saludó al segundo de la tarde a un novillo al que fue ganando terreno y se llevó a los medios. Brindó en los medios y se fue a las tablas para recibir al primero de su lote, un toro al que llevó metido en la tela hasta llevárselo a los medios. En aquellos terrenos eligió el pitón derecho para desarrollar un aprimera tanda breve. Insistió sobre el derecho, sin terminar de acoplarse, sin gobierno ante unas embestidas irregulares. Cambió al toreo al natural, encontrando una embestida a dos tiempos, a la que le faltó clase. Seguía el engaño pero se quedaba corto, por lo que hubo cierta intermitencia en las series buscando una continuidad que no encontraba. No terminaba de pasar, y decidió cambiar al derecho, con algo más de recorrido, aunque sin celo ni clase, simplemente se paseaban por la tela. Falló con la espada.
Zulueta, clase y temple con un novillo que se lastimó la mano
Zulueta frenó al tercero de la tarde, un novillo que pasó en largo, pero al que después enceló a base de verónicas de clase. Inició la faena con torería, andándole, pasándole por ambos pitones. Se lo llevó a los medios y en aquellos terrenos se lo envolvió por el derecho. Le buscó el sitio y las distancias, toreando muy despacio a un tercero aquerenciado al que tuvo que llevar a los medios. Cambió al pitón izquierdo, dándole amplitud con los vuelos, toreando totalmente asentado con un toro que se lastimó de la mano derecha. Zulueta lo estaba llevando muy templado por abajo. Tuvo que matarlo, metiéndole un espadazo.
Valentín Hoyos no termina de tomarle el aire al segundo de su lote
Valentín Hoyos saludó al segundo de su lote, bregándolo para después estirarse con el ya más allá del tercio. Fabio utilizó su turno de quite para lucirse por chicuelinas al paso. Inició la faena genuflexo, tanteándolo por ambos pitones, levantándose con el para después seguir sacándolo por abajo. Le dio tiempo y sitio para después continuar por el pitón derecho, a media altura, de uno en uno en aquella primera tanda. Le fue adelantando la mano y dejándole la tela en la cara para envolvérselo y darle continuidad. Tuvo que acortar las distancias para un primer cite, el resto de pases llegaban seguidos. El animal embestía con clase, ritmo y fijeza, metiendo la cara abajo. Cambió al natural, pero Valentín Hoyos no terminaba de entenderse con el de Talavante. Lo pasó en repetidas ocasiones, sin aprovechar las condiciones de un novillo bravo al que le sobraba clase. Culminó por bernadinas y una estocada defectuosa pero efectiva.
Fabio Jiménez, vuelta al ruedo ante el quinto
Fabio Jiménez llevó por verónicas al quinto de la tarde y segundo de su lote. Se lució Prieto en las banderillas. Inició la faena andándole, sacándolo de tablas muy despacio para llevárselo a los medios. En aquellos terrenos se definió por el pitón derecho, exprimiendo las buenas embestidas del quinto, que mostró clase y repetición en el engaño. Tocaba y con prontitud el de Talavante se arrancaba. Hubo pausas en las series para ordenar una embestidas dotadas de celo. Cambió Fabio Jiménez al pitón izquierdo, aprovechando la movilidad que le brindaba para darle continuidad, dejándosela puesta y arrastrándolo detrás de los vuelos. Tuvo detalles con un gran novillo de Talavante que seguía embistiendo y pidiendo tela. Fabio se acabó metiendo entre pitones.
Zulueta desluce una gran faena con el acero
Zulueta ejecutó un gran saludo capotero de verónicas con despaciosidad, temple y clase ante el sexto de la tarde antes de iniciar la faena, el animal remató en tablas y se partió la vaina del pitón. Sin embargo, Zulueta pedía tiempo en un inicio que llevó despacio, ganándole terreno. Lo buscó por el pitón derecho, bajándole la mano, rompiendo cintura, asentándose con el animal, culminando la primera serie con un cambio de mano estético y muy templado. Enganchó la embestida adelantándole la mano, para después, llevarlo por abajo. Cambió al natural, pasándolo en largo, hasta donde le permitía el brazo, cuajándole con pulcritud y mucha clase. El de Talavante pasaba con ciertas asperezas, pero llevadero, dejándose llevar ante el poder y torero caro de Zulueta. Remató el toreo de gusto con el toreo de cercanías por abajo. No tuvo acierto con la espada, desluciendo una gran faena.
Arganda del Rey. Novillos de Talavante. Los animales tuvieron condiciones y un buen comportamiento en la tela, prestándose para el triunfo, con clase y bravura. Quizá el más deslucido fue el segundo de la tarde, que no humillaba y el sexto, que le costaba pasar. Había que poderles, imponiéndose a base de gobierno. El tercero también fue un gran novillo, pero se lastimó la mano. Valentín Hoyos, silencio y oreja; Fabio Jiméne, silencio tras aviso y vuelta al ruedo; Javier Zulueta, palmas y silencio.