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8 de febrero de 2025/Patricia Prudencio Muñoz
Valdemorillo ha celebrado la primera corrida de toros y segundo festejo de su Feria. El rejoneador Diego Ventura y los matadores de toros Sebastián Castella y José María Manzanares se midieron a los ejemplares de la ganadería de El Capea (1° y 4°) y Carmen Lorenzo (2°, 3°, 5° y 6°). Los animales fueron variados en comportamiento, pero destacó el segundo de la tarde por encima del resto, un toro de Carmen Lorenzo de nombre «Vichanero», que fue premiado con la vuelta al ruedo y al que incluso se le pidió el indulto. No dejó de embestir, metiendo la cara abajo, entregándose. Los de El Capea y el quinto y sexto de Carmen Loranzo fueron aplaudidos en el arrastre. Además, el sexto, mostró un buen pitón derecho. Ventura cortó una oreja tras su faena al abreplaza, un toro que fue de más a menos, pero que le permitió lucirse al quiebro. Volvió a lucirse en el cuarto, un toro que se prestó con movilidad y al que cortó una oreja. Castella corta las dos orejas tras alargar la faena, todo lo que pudo, al primero de su lote, un toro que le embistió hasta después de escuchar el primer aviso, metiendo la cara abajo con clase, por lo que el público le pidió el indulto, que no fue concedido. Un rotundo Castellá desarrolló una gran faena al quinto, que tuvo sus teclas, pero al que mostró por ambos pitones, toreando despacio y muy encajado, con desmayo, cortando una oreja. Manzanares encontró ritmo y ligazón con el tercero, un toro al que le costaba bajar la cara y que no terminó de entregarse, aunque con el que hubo matices. Logró darle la vuelta a la faena con el sexto, sacando partido del pitón del toro, el derecho, en el que encontró sabor y expresión en una faena breve.
Ventura corta la primera oreja de la tarde
Ventura recibió al primero de la tarde, lo enceló y dejó dos rejones de castigo. Cambió de caballo y comenzó el tercio de banderillas, teniendo que medirse y ajustar con un toro muy justo de fuerza. Aún así, se pudo lucir con algunos palos al quiebro. Siempre llevándolo con la grupa, bordeando las tablas, logró tirar del animal y que lo siguiera. Cada vez estaba más parado, quedándose emplazado y siendo Ventura quien buscara el encuentro al quiebro. Se lució, como también lo hizo con las tres rosas que le dejó en todo lo alto, buscando siempre la conexión con los tendidos. Metió el rejón de muerte con acierto, aunque el animal tardó en doblar.
Sebastián Castella corta dos orejas a un buen toro, premiado con la vuelta al ruedo
Sebastián Castella saludó con un amplio repertorio capotero al primero de su lote, un toro que se prestó al lucimiento. Después de que el animal cumpliera en el tercio de varas, llegó el quite de Castella. Inició la faena a pies juntos, sin moverse un solo milímetro, para después sacarlo muy torero y llevárselo toreando a los medios. Continuó con la derecha ante un animal que tenía buen son, humillaba y seguía el engaño con cierto ritmo. Su embestida noble que permitió el toreo de poso y quietud a Castella, que desmayó la mano para llevarlo por abajo. También lo hizo al natural con un toro totalmente ensimismado en la tela, manteniéndolo dentro en tandas largas y que calaron en el tendido. Se lo envolvió sobre el derecho, en un muletazo que parecía no tener final, incluso lo lució en los invertidos. Alargó, aprovechando la calidad y condiciones que le brindaba el animal, un animal que le siguió embistiendo y al que el público pidió el indulto. Siguió toreando, apurando los avisos, para después meterle la mano con acierto.
Manzanares desluce una faena de altibajos con el tercero
El saludo de Manzanares al tercero fue breve pero de matices a la verónica. El de Carmen Loranzo empujó en el caballo. Alcanzada la faena de muleta, el diestro la inició entre probaturas, andándole al toro. Continuó con la mano derecha logrando series con ritmo y ligazón, aprovechando la movilidad del animal. Al natural, lo dosificó, metiéndole en los vuelos, limpiando aquella embestida algo más irregular por el izquierdo, pero sin llegar a templarlo. Retomó el derecho, dándole tiempo y sitio entre tandas, para después tocar con firmeza y estructurar unas embestidas en las que le costaba humillar, a pesar de la movilidad y ritmo frenético que presentaba. No tuvo acierto en su estocada.
La intensidad de Ventura corta una oreja en el cuarto
Ventura enceló al segundo de su lote, al que dejó un rejón de castigo. Fue un inicio repleto de cambios de ritmo, tirando de un animal que se mantuvo fijo en la grupa y al que llevó bordeando las tablas. El público conectó desde el primer momento, adornándose, bailándole. En las banderillas lo buscó en la media y larga distancia, provocando aquel punto de encuentro para después dejarle los palos al quiebro. Incluso le apuró en la distancia corta con el de El Capea, que lo siguió con celo. Culminó con las banderillas cortas, envolviéndolo, y un par de largas que dieron paso a las rosas y un rejón de muerte certero.
Castella corta una oreja al quinto
Salió el quinto, un toro incierto y dubitativo al que Castella trató de lucir en el capote. Después de su paso por el caballo, Castella desarrolló su quite por chicuelinas. Brindó al público e inició la faena por estatuarios, anclado al firme. Después lo fue sacando con suavidad. Antes de continuar la faena cambió la montera y ya siguió con la mano derecha, llevando a un toro con celo y movilidad, aunque soltando la cara y sin ser del todo irregular su embestida. No era del todo sencillo, pero Castella le dio tiempo, lo citó en la larga distancias y aprovechó la inercia para llevarlo en corto, envolviéndoselo. Al natural se la dejó muy puesta, haciéndolo seguir el engaño, sin dejarle ver otra cosa que no fuera la tela. Tuvo que insistir y sujetarlo, marcando el trazo con la ayuda. Recuperó las tandas por el derecho, tocándolo y fijándolo en una nueva faena larga. Culminó por manoletinas y para después pinchar al primer intento y meter el acero al segundo.
Manzanares saluda una ovación en el sexto
Salió el sexto, al que Manzanares bregó y lanceó por verónicas, sin verlo nada claro, pues se le metía por dentro. Inició la faena pasándolo con suavidad, sin terminar de definirse, sacándolo del tercio. Continuó por el pitón derecho, bajándole la mano, teniendo que fijarlo para evitar que se le fuera. Por aquel mismo pitón logró meterlo y convencer en los tendidos, con unos muletazos de mano baja en los que le sometió. Le dio la vuelta a la faena, y escuchó los «olé» del respetable. Cambió al natural, dejándole los vuelos en la cara, le robó los pases. Sin embargo, no tardó en recuperar el pitón del toro, el derecho, por donde tuvieron mayor sabor y expresión los muletazos. Culminó con un pinchazo hondo, con el que el toro tardó pero dobló.
Valdemorillo. Toros de El Capea (1° y 4° ambos recibieron palmas en el arrastre) y Carmen Lorenzo (2° premiado con la vuelta al ruedo, 3°, 5° palmas en el arrastre y 6°palmas en el arrastre). Los animales fueron variados en comportamiento, pero destacó el segundo de la tarde por encima del resto, un toro de Carmen Lorenzo de nombre «Vichanero», que fue premiado con la vuelta al ruedo y al que incluso se le pidió el indulto. No dejó de embestir, metiendo la cara abajo, entregándose. Los de El Capea y el quinto y sexto de Carmen Loranzo fueron aplaudidos en el arrastre. Además, el sexto, mostró un buen pitón derecho. Diego Ventura, oreja y oreja; Sebastián Castella, dos orejas tras aviso y tras aviso; José María Manzanares, silencio tras aviso y saludos.