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21 de febrero de 2025/Mar Muñoz
La Finca Feligrés ha acogido una nueva edición del Trofeo de la Fundación “El Juli”. La escuela, dirigida por Ignacio López, y con Ángel Gómez Escorial y Víctor Hugo Saugar como profesores colaboradores, cuenta actualmente con 25 alumnos. Todos ellos participaron en el festejo, en el que se lidiaron novillos de Ignacio López. Siendo Sergio Rollón, Curro Muñoz, Julio Aparicio, Salvador Herrero, Hugo Hernández, Nicolás Cubero, Raúl Jérez, Vicente Molina, Alessandro Gómez, Álvaro y Aarón, los que se midieron a los cuatro ejemplares de la ganadería de Ignacio López. Además, los más pequeños de la Escuela, que lidiaron una vaquilla mostrando su aprendizaje, siendo Eusebio Molina el encargado de deleitar a los tendidos. Culminó el festejo con la entrega de premios en los que Eusebio Molina y Alessandro Gómez fueron los máximos triunfadores del XVIII Trofeo de la Escuela de Tauromaquia “El Juli”. También Julio Aparicio se llevó una mención especial y un capote de El Juli.
Sergio Rollón y Curro Muñoz, ovación y vuelta al ruedo con el primero de la tarde
Sergio Rollón paró al primero de la tarde con unos lances de recibo, bregando con el, pero con lucimiento. Siguió Curro Muñoz con un lucido quite. Jesús García y Centenera colocaron los palos. Curro Muñoz se ocupó del último tercio, obligándole genuflexo para después pasarlo por ambos pitones. Le fue bajando la mano y lo llevó en redondo por el pitón derecho. El animal tenía movilidad y seguía el engaño con codicia. Lo pasó también al natural y rodilla en tierra cambió al derecho, pero el animal ya buscaba las tablas. Retomó con la mano izquierda, guiándole, dejando bonitos naturales. Volvió Rollón a la cara del animal, toreándolo al natural con pases largos, pero el animal ya no quería pelea. Montó la muleta, le dio tiempo y sitio y bajándole la mano lo metió en faena. Retomó el pitón izquierdo, robándole los naturales como podía. Decidió retomar el pitón derecho, dejando pases con clase y adornándose con recursos de su Tauromaquia. Volvió Curro ante un animal ya desentendido al que robó los pases pegado a las tablas. Cerró Rollón pasándolo por ambos pitones con torería, lo colocó en suerte y a la tercera hundió el estoque de forma defectuosa pero efectiva.
Julio Aparicio y Salvador Herrero, ovación y vuelta al ruedo con el segundo novillo
Julio Aparicio se estiró con el segundo de la tarde, con el que siguió Salvador Herrero en un lucido quite. Sergio Rollón y Raúl Jérez se ocuparon del tercio de banderillas. Álvaro Chinchón comenzó la faena de muleta por el pitón derecho, llevándolo a media altura para que no perdiera las manos. Le dio tiempo y sitio, pues al animal no le sobraban las fuerzas. Siguió por ese pitón de uno en uno, pero cambió al izquierdo para continuar en aquella dinámica, llevándolo muy despacio. Retomó la faena Aparicio, dándole el pecho y tirando de el, un astado que perdía las manos y había que llevar con mimo. Se adornó con un molinete y siguió por el pitón derecho, cerrando con el de pecho y dejando una tanda aplaudida en el tendido. Le toreó en las distancias cortas enroscándose con chispa. Al natural dejó pases largos y de mérito, pero el animal se metía por dentro. Montó su muleta Salvador Herrero, que se lo llevó a los medios para seguir por el pitón derecho, cambiando después al natural. Aparicio volvió a la cara del animal, hizo su epílogo, lo cuadró y dejó una estocada defectuosa que le obligó a usar el descabello.
Hugo Hernández, Nicolás Cubero, Raúl Jérez y Vicente Molina, ovación y vuelta al ruedo
A Hugo Hernández le costó encelar al tercero de la tarde en su capote. Álvaro Chinchón y Jesús García realizaron el tercio de banderillas. Muleta en mano, Cubero comenzó de rodillas para después levantarse y continuar por el pitón derecho, llevándolo muy despacio en redondo. Lo desarmó, pero volvió a la cara intentando dar estructura a su faena ante un animal que seguía el engaño y colocaba la cara. Hugo le dió el pecho y tiró de el dándole sitio, llevándolo al natural hasta que lo desarmó. Tuvo que volver a empezar, ahora sobre el pitón derecho. Se la dejó puesta para ir metiéndolo. Raúl Jérez tomó las riendas de la lidia con pases profundos por el pitón derecho, girando sobre sí mismo, para después lucirse con pases largos por el izquierdo. Vicente Molina se lo sacó de tablas para lidiarlo por el derecho, pasándoselo por la espada, intentando adornarse con el, pero el animal ya se había venido a menos. Tomó el testigo Daniel Abril que soltó los trastos al venírsele recto el animal. Trató de recomponerse y de seguir al natural, buscando la colocación, pero no había acople entre ambos. Fue Cubero quien le colocó en suerte y dejó una estocada algo delantera y perpendicular que hizo guardia.
Alessandro, Álvaro y Aarón, ovación y vuelta al ruedo
Alessandro paró al cuarto novillo con unas verónicas aplaudidas en el tendido, siendo Álvaro quien realizara su correspondiente quite. Alessandro comenzó el tercio de muleta sobre el pitón derecho entre los «olé» del público, meciendo al novillo en su muleta. Cambió al natural, pero le desarmó, teniendo que volver al derecho, dejando pases con un poso impropio de su corta edad. Por el izquierdo lo llevó a media altura hasta que lo desarmó, pero volvió a la cara con naturales de raza, cuajándolo. Álvaro tomó las riendas de la faena, llevándolo al natural, intentando darle amplitud, girándole la muñeca. Montó la muleta y lo fue llevando, pero el animal perdía las manos, intentando pasarlo por la espalda en una faena de voluntad. Le dio el pecho y tiró de el con torería para seguir con ayudados y al natural. Salió al ruedo Aarón, que fue llevando al novillo metido en su muleta por el pitón derecho, un novillo ya venido a menos. Así que lo probó al natural, pero no se acoplaba con el. No tardó en salir de nuevo Alessandro, ahora para culminar con la suerte suprema. Lo colocó en suerte y hundió el estoque de forma defectuosa, teniendo que volver a perfilarse, metiendo el acero al tercer intento.
Llegó el turno de los más pequeños de la Escuela, que lidiaron una vaquilla mostrando su aprendizaje y sus aptitudes con la ayuda de los más veteranos.
Dejaron destacadas actuaciones, como la de Eusebio Molina que deleitó al tendido y resultó triunfador del trofeo junto Alessandro.