Una oreja se llevó al esportón Castella del quinto y dos se debió haber llevado Roca Rey del tercero de no ser porque su lesión le impidió matar bien; Urdiales se llevó lo peor de una variada corrida
10 de julio de 2019/Javier Fernández-Caballero/Fotos: Emilio Méndez
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La corrida de Jandilla llegaba, en la tarde de este 10 de julio, a la plaza de toros de Pamplona dentro de la sexta de abono de la Feria del Toro. Diego Urdiales, Sebastián Castella y Roca Rey hacían el paseíllo.
En buen sitio cayó el primer puyazo de Manuel Burgos al abreplaza, un toro muy serio de estampa al que Diego Urdiales dejó detalles capoteros en el quite por delantales, algunos de ellos con mucho gusto en el trazo. Momentos muy toreros mostró el arnedano durante su faena al de Jandilla, impregnando personalidad en cada uno de los muletazos al astado, especialmente por abajo. Tuvo intensidad en la embestida el animal, pero también tuvo un torero delante que le hizo el toreo añejo. La pena fue el pinchazo previo a la estocada de la que tardó en caer el animal. Hizo uso del descabello antes de saludar ovación. Suavidad le imprimió Diego al cuarto, un toro altón y serísimo al que le transmitió temple por momentos a pesar de lo desagradecido de la condición del astado. Falta de entrega y peligro sordo del animal también cuando le metió el acero. Silencio.
Nacido en octubre de 2014 fue el segundo de la tarde, primero del lote de Sebastián Castella. Galope mostró el animal en los primeros tercios de la lidia, por lo que el francés estuvo pendiente de todos los detalles en los primeros tercios. Pero esa movilidad que presagiaba una buena faena, finalmente se desinfló. Se vino muy a menos el toro a pesar de los intentos por conectar del de Béziers ya desde el inicio de faena, en el que se ajustó mucho pegado a tablas. Faena a menos por la condición del animal de Jandilla. Silencio tras pasaportarlo con la espada. Se movió a menos el quinto, un animal al que el francés fue construyendo una faena de muletazos muy técnicos en la primera parte de la faena y más relajados en la segunda. Cortó una faena de peso tras pasaportar efectivo al animal con la espada. Se pidió la segunda, sin que el palco la entregase.
Extraordinario fue el toreo capotero de Roca Rey a pies juntos por delantales para recibir al tercero de la tarde, un animal que humilló en los primeros compases de la lidia y al que Andrés capoteó de forma pulcra y sin que el astado tocase las telas. Con la autoridad de quien manda, con el poso de quien expresa lo conseguido y lo que queda por alcanzar, con la reinvención de quien tiene siempre algo nuevo que contar a las peñas y con la seriedad de quien torea también para la sombra. Se resintió de su lesión de hombro y no coronó su obra con el descabello, siendo silenciado tras aviso. A pesar del brindis del sexto y de cambiárselo en varias ocasiones, no logró remontar su condición física el torero, plenamente afectado por su lesión de hombro. Una lástima porque, cuando pudo, dejó muletazos de muy bella factura.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Sexta de abono de la Feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.
Toros de Jandilla y dos, primero y sexto, de Vegahermosa.
Diego Urdiales, ovación tras aviso y silencio.
Sebastián Castella, silencio y oreja.
Roca Rey, silencio tras dos avisos y silencio.