Ocho con Ocho – En busca del tiempo perdido

15 de julio de 2019/Luis Ramón Carazo 

Marcel Proust fue un novelista, ensayista y crítico francés su novela En busca del tiempo perdido, compuesta de siete partes publicadas entre 1913 y 1927, constituye una de las cimas de la literatura universal.

La visión no es sólo el de los distintos actores, es también el del autor, que se encuentra con el tiempo que pasa desde distintos ángulos, el punto de vista del presente, el punto de vista del pasado. El punto de vista del pasado tal y como lo revivimos en el presente.

En ocasiones la casualidad da pie a recordar un pasado que incluso nos es desconocido por diferentes razones, un amigo me hizo llegar un cartel que se muestra en ésta colaboración de 1950 y en el que actuaron tres novilleros en el Rancho del Charro que se ubicaba en Polanco.

En su ruedo actuaron muchos novilleros que llegaron a ser figuras del toreo como Juan Silveti Reynoso y Jesús Cordóba antes de presentarse en La México.

El cartel de anuncia con novillos de Cerro Gordo a José Luis Carazo, mi padre, Paco Montaño y Carlos Montes, el 25 de febrero de 1950 con la asistencia del presidente de México licenciado Miguel Alemán y su comitiva.

El mismo lo compartí con mi familia en estos tiempos de redes sociales tan intensas y quién me sorprendió fu mi madre Lolita Preciado pues me manda en un WhatsApp una respuesta que no sabía hasta hoy :“ Hijo, que bonito recuerdo del Rancho del Charro donde toreó tu papá, y precisamente fue a los Pinos dónde le dieron una recomendación para que lo tomará en cuenta en las novilladas de La México, el doctor Alfonso Gaona le firmó dos contratos sin fecha pero nunca se los cumplió”

Alguna vez el doctor algo me recordó al respecto y su nieto Francisco Camino Gaona tiene idea pero ya ni como reclamar el incumplimiento de la promesa, pero a la distancia es justo agradecer al presidente Alemán y ahora a su familia, que en 1950 se hubiera ocupado de un novillero que vio en un lienzo charro.

Mi hermana Macarena remató afirmando que fue un 5 de mayo cuando mis papás se hicieron novios y por esa razón el que escribe y otros cinco llegamos a este planeta.

Recuerdos propios pero que sirven para convocar a que asistamos a las novilladas sabatinas de Chucho Arroyo, en ellas se presentaran un poco después del medio día festejos que revisten gran seriedad y en el que ha actuado en sus inicios desde hace casi 30 años prospectos muy importantes en el toreo.

Arrancan el 20 de julio con astados de Medina Ibarra para Curro Durán de España, el mexiquense Sebastián Ibelles; el yucateco, Hernández Medina y el aguascalentense José Miguel Arellano para lidiar ejemplares de Medina Ibarra.

Será esta la vigésima octava temporada, la cual se celebre siempre con el objetivo de seguir desarrollando a los novilleros que en esta ocasión tiene un elenco conformado por: José Sainz, José Miguel Arellano, Juan Querencia, Sebastián Ibelles, Eduardo Neyra, Patricio Ochoa, Juan Sebastián, José Alberto Ortega, César Arévalo. Juan Pablo Herrera, Hernández Medina, Curro Recoba, Diego Garmendia, José María Mendoza, Juan Pedro Llaguno, Gerardo Cruz, Carlos Mauricio Medina, Rodrigo Ortíz, Manolo Castañeda, Joel Delgado “Panita” y Daniel Durán “El Tico” y 11 ganaderías: La Punta, San Martín, José María Reyes Huerta, El Batán, Huichapan, Medina Ibarra, José Farías, La Venta de Romero, Caparica, Pedro Haces e Hijos, y Palma del Río.

Como es tradición a las 12:00 horas será la misa en el ruedo. Acompañada por el mariachi Continental de Pepe Chico y a las 13:00 horas será la primera novillada de una empresa encabezada por Pepe Arroyo Loyo, quién junto con su equipo organiza los festejos con grandes y con seriedad; a todos nos conviene que sean un gran éxito. Mucho lo necesita el futuro taurino de México.

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