20 de julio de 2019/Texto: Alejandro Escárcega/Fotos: Tadeo Alcina
Ante un lleno en los tendidos se inauguró la 28a. Temporada de Novilladas en la Plaza de Toros Arroyo, lidiándose un encierro de la aguascalentense ganadería de Medina Ibarra, desigual en presentación y en comportamiento, para el español Curro Durán, el mexiquense Sebastián Ibelles, el meridano Hernández Medina y el aguascalentense José Miguel Arellano.
Abrió el primer festejo Curro Durán (verde y oro) con «Don Chucho», número 170, cárdeno obscuro bragado meano salpicado y cornidelantero con 384 kilogramos, lo veroniqueó del tercio a los medios dando César Morales un buen puyazo. Cristian Sánchez se desmonteró en el tercio después de dejar dos buenos pares de garapullos. Le brindó al cónclave tlalpense para muletearlo del tercio a los medios a un novillo que no traía un pase y cuando lo hacía, sabía lo que dejaba atrás, doblones y una estocada tendida para saludar en el tercio y pitos al novillo en el arrastre.
El mexiquense Sebastián Ibelles (mostaza y azabache con «Piporro», número 257, cárdeno obscuro bragado meano salpicado y cornidelantero tocado del derecho con 372 kilogramos, verónicas trompicado sin consecuencias que lamentar; buen puyazo de Jorge Morales. Sin brindar, muletazos flexionando las piernas, riñonudos derechazos y naturales en el mismo tenor, y media docena de muletazos del desdén a otro novillo descastado, al que pasaportó de pinchazo y estocada, para cortar una oreja que le otorgó el Juez de Plaza Don Gilberto Ruiz Torres. Pitos al novillo
El tercero fue el meridano Hernández Medina (catafalco y azabache) que venía de torear ayer en la noche en Tijuana; con «Lujo de México», número 217, cárdeno obscuro bragado meano salpicado caribello y capacho con 394 kilogramos, lo bregó con el percal y banderilló con más pena que gloria, dejando un buen par al violín. Le brindó al empresario Don José Arroyo Loyo, para muletearlo del tercio a los medios y al dar un natural el novillo le dió un rayón en la nalga derecha, lo muleteó por la cara y con la toledana, le dejó una estocada perpendicular y caída, para saludar en el tercio y silencio al novillo en el arrastre.
Cerró el festejo el aguascalentense José Miguel Arellano (rioja y oro) con el único novillo de Medina Ibarra que embistió, «Mayor», número 108, cárdeno obscuro y cornidelantero con 408 kilogramos, verónicas y revolera de recibo y quitó con lo mismo. Con la pañosa hizo una faena plena de entrega y torerismo con muletazos de todas marcas, sin que la música tocara, se tiró a matar dejando un pinchazo y una estocada para cortar una oreja con petición de otra y merecido arrastre lento al novillo.