Arturo Macías cae herido y Dufau ovacionado en el primer desafío en Madrid

Marco A. Hierro / Fotos: Emilio Méndez

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La plaza de toros de Las Ventas acogía, en la tarde de este 8 de septiembre, una corrida con los hierros de Pallarés y Rehuelga ante los que hacían el paseíllo Arturo Macías, Oliva Soto y Thomas Dufau. A las seis arrancaba el festejo.

El primero, de Pallarés, no podía ni con el rabo, pero no se fue al suelo ni una vez, a pesar de su aparente endeblez, en el capote de Macías. Muy protestado siempre el toro, tuvo fondo de nobleza y voluntad para seguirla, pero su mencionada endeblez le hacía defenderse y protestar. Gazapeó, se rebrincó y sacó la cara por encima del palillo, pero acudió siempre a la tela que manejaba el Cejas con más soltura que brillantez. Pero estaba resultando todo deslabazado, sin reunión, y en un accidente tonto, el toro lo empujó, Arturo se trastabilló y allí acertó el animal a meteré el pitón en el muslo. Oliva Soto tardó en pasaportar al animal y sonó un aviso.

Corrió turno, al matar Oliva Soto al primero, y salió el tercero, de Pallarés también, en segundo lugar. Tuvo asiento el saludo de Dufau, sobre todo en la media que lo abrochó. Saludó en banderillas El Monteño. Tenía calidad y transmisión el toro, al que le dio distancia Dufau para aprovechar las inercias y se encontró con una humillación franca a la que sólo le hacía falta ritmo para reventar Madrid. Se lo quiso dar el francés, y hasta logró alguna serie de interés, pero se entretuvo demasiado en despachar embestidas en lugar de torear y el animal se acabó aburriendo. Y se paró, claro. Una estocada rinconera tras un pinchazo no ayudó nada, leve ovación.

El tercero, primero de Rehuelga en el desafío, humilló en las verónicas de Oliva Soto y recargó en el caballo en un desafortunado tercio de varas. Brindó al público la condición que le vio al cárdeno el sevillano, que se mostró, sin embargo, desconfiado en los embroques y precavido en las distancias. Tanto que el toro terminó por dejar de hacerle caso y mirar para otro lado. Mal con la espada, escuchó silencio.

El cuarto fue informal desde que salió y así llegó al tercio de muleta para que se fuera Dufau con decisión a darle trapo. Y lo metió pronto en el canasto, imponiendo el ritmo perdiendo un paso, tocando con cadencia y trazando con suavidad. Pero cuando llegó el momento de la exigencia le faltó fondo al animal, que terminó embistiendo a regañadientes. Toro bueno sin más matices al que tal vez hubiera que ponerle algo más de lo que puso un francés tan entregado como frío. Una estocada hasta las cintas dio paso a la división de opiniones.

Al quinto de Pallarés, más en hechuras de Ibarra, lo protestaron por cojitranco y terminaron por devolverlo después del tercio de varas. En su lugar salió un sobrero también de Pallarés, que tuvo más fuelle y voluntad que entrega el sevillano, nunca confiado con la arrancada humillada e importante. De nuevo marró con la espada y el silencio tras aviso arropó su despedida.

En sexto lugar salió el segundo del lote de Macías, el más feo de la corrida, que manseó en los primeros tercios, hubo de ser picado en la puerta y cortó los viajes con descaro en banderillas. Con la vista cruzada vino siempre en la muleta, impidiendo cualquier intento de confiarse de Dufau, que se entretuvo en pasarlo con decoro, porque un error significaba hule. Tremendo el esfuerzo del francés con un toro que no merecía la pena. Una estocada corta y perpendicular bastó para despenar al bicho. Silencio tras aviso.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Corrida de toros. 6.458 espectadores.

Toros de Rehuelga y Pallarés, de noble fondo sin emoción ni fuelle el insulso primero; de gran transmisión y. Alidad humillada el buen segundo, aburrido en el final, ovacionado; enrazado y con voluntad, aburrido de pases, el tercero;  de lenta embestida el templado cuarto; devuelto el quinto por cojo; con movilidad el emotivo quinto bis;  orientado y por dentro el zorrón sexto.  

Arturo Macías, herido. 

Oliva Soto, silencio tras aviso en el que mató por Macías, silencio y silencio. 

Thomás Dufau, ovación, silencio y silencio tras aviso en el que mató por Macías. 

Parte Médico de Arturo Macías: «Herida por asta de toro en el tercio superior de la cara externa de la pierna derecha de 25 cm que produce destrozos en músculos tibial anterior y perineos, fractura del cuello del peroné, contunde nervio ciático poplíteo externo con arrancamiento de la rama colaterales del mismo. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros y pasa a la clínica de la Fraternidad. Pronóstico: grave».

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