Garfias, otra dehesa madre en México y Sudamérica

Fue fundada en 1948, en la ex Hacienda de Santiago, en Villa de Arriaga, San Luis Potosí, por el reconocido criador don Javier Garfias de los Santos

12 de mayo de 2020/Adiel Armando Bolio

Sin duda, una de las ganaderías mexicanas que, además de sus triunfos por su impecable crianza, se convirtió en dehesa madre de muchas divisas, no sólo del país sino de Sudamérica, ha sido la casa de Garfias, fundada en 1948, en la ex Hacienda de Santiago, en Villa de Arriaga, San Luis Potosí, por don Javier Garfias de los Santos con 118 vacas de vientre, 25 de ellas de Santo Domingo y lo demás de Torrecilla, y cinco sementales, entre ellos “Fundador”, marcado con el número 10, adquirido a don Julián Llaguno, propietario de Torrecilla y fue hasta 1970 cuando la pasó al rancho Los Cues de Huimilpan, Querétaro.

Es entonces el escritor don Agustín Linares García en su obra de 1968, “Los Toros en España y México”, quien nos describe el arranque de esta afamada ganadería.

“Cuenta la dehesa con 5, 600 hectáreas, distribuidas en doce potreros, estando parte de la finca en el municipio de San Felipe, Guanajuato y el resto en Villa de Arriaga, San Luis Potosí.

Entre los años de 1959 y 1964 aumentó la ganadería con 65 vacas de San Mateo y varios sementales de la misma procedencia, siendo el pie de simiente actual el referido, constituido por 300 vacas de vientres y ocho toros con el hierro de San Mateo.

Por ello, de los productos obtenidos en esta ganadería de Garfias se han vendido para la formación de otras, que ya son bien conocidas en el país”.

Hay que señalar que el 15 de febrero de 1953 hizo su debut esta vacada en la plaza de Torreón, Coahuila, en corrida de toros que protagonizaron Fermín Rivera, Carlos Vera “Cañitas” y Rafael Llorente. Y se presenta en la Monumental Plaza México el 14 de septiembre de 1958, lidiando una novillada que fue muerta a estoque por Heriberto Quintero, Mariano Rodríguez y Jesús Peralta, cortando este último las orejas al astado ‘Adivino’, que mereció por su bravura el aplauso del público.

Continúa el señor Linares García: “El 1 de septiembre de 1963, se le concede el indulto al toro ‘Camisero’, en Ciudad Juárez, que correspondió a Joselito Huerta y quien le concedieron en forma simbólica las orejas y el rabo. Pero donde los colores de la vacada alcanzaron un triunfo arrollador fue el 14 de julio de 1964, en el ruedo de la plaza Monumental ‘La Luz’ de León, Guanajuato, en donde se cortaron ocho orejas y un rabo, dándosele la vuelta al ruedo al bravísimo toro ‘Curioso’, que correspondió a Raúl García y en cuya corrida compartió los apéndices con Juan Silveti y el palmeño Manuel Benítez ‘El Cordobés’. El siguiente día 28 del mismo mes, igual en 1964, lidia en la Monumental Plaza México la novillada de prueba para la adquisición de cartel, cupiéndole a don Javier Garfias el honor de ver pasear los despojos de ‘Orientador’, en triunfal vuelta al ruedo, el que había sido lidiado en forma ejemplar y desorejado por el joven torero Alfonso Ramírez ‘Caleserito’.

Hizo entonces su debut la ganadería en corrida de toros en la Monumental Plaza México, el 3 de enero de 1965, fecha en que data su antigüedad y se le concede cartel, tomando parte en ella Joselito Huerta, Jaime Rangel y el madrileño Victoriano Valencia, siendo a partir de entonces los colores de la divisa en naranja y rojo”.

Por último, señala don Agustín Linares García: “Con motivo de las corridas celebradas para conmemorar el bicentenario de Lima, Perú, se lidió una corrida edad y trapío y que salió del campo garfeño con un promedio de 553 kilos, siendo lidiada el 20 de febrero de 1966 por  el rondeño Antonio Ordóñez, el sevillano Paco Camino y el salmantino Santiago Martin ‘El Viti’.

En esta corrida sobresalió en forma notable el toro ‘Carnavalero’ y al que Ordóñez le cortó las orejas y el rabo, concediéndosele por esta faena el trofeo en disputa en la feria limeña. También ‘El Viti’ tuvo la oportunidad de triunfar cortando apéndices debido a la bravura de los toros que le tocaron en suerte. Señalo como dato que uno de los toros de esta corrida no fue lidiado, siendo adquirido por don Lucho González, ganadero peruano de La Huaca para destinarlo como semental”.

Se destaca que el paso de la divisa de Garfias por la Monumental Plaza México ha sido de pleno éxito, sobresaliendo los rabos que cortaron el 30 de enero de 1972 los espadas Manolo Martínez a “Gladiador” y el jienense Sebastián Palomo “Linares” a “Tenorio. El 7 de enero de 1973 Curro Rivera a “Horchatito”. El 22 de diciembre de 1974 el salmantino Pedro Gutiérrez “Niño de la Capea” a “Corvas Dulces”. El 11 de enero de 1976 Eloy Cavazos a “Vidriero”. Y el 17 de febrero de 1985 “El Capea” a “Manchadito”.

Un toro se ha indultado de esta vacada, el 17 de febrero de 1980, Marcos Ortega a “Boca Seca”, faena por la que el juez de plaza Pedro López Anaya le otorgó al torero únicamente dos orejas simbólicas.

Y en el renglón novilleril, sólo el 13 de noviembre de 1977, cuando Manolo Capetillo indultó a “Jardinero” y por ello se le otorgaron los máximos trofeos simbólicos.

Pero quizá uno de los mayores logros de esta célebre ganadería ha sido llegar a ser madre de muchas casas que han sido continuadoras de su casta y abolengo tanto en México como en Sudamérica, sobre todo en Venezuela y Ecuador.

Desafortunadamente don Javier Garfias de los Santos murió en su finca el 1 de noviembre de 2005 y desde entonces sus sucesores son quienes se han hecho cargo de la dehesa siendo el representante de la misma su hijo don Pedro Garfias Sitges. En nuestra siguiente entrega abordaremos el tema de otra gran ganadería nacional, la de San Miguel de Mimiahuápam.

DATO

Uno de los mayores logros de la célebre ganadería de Garfias ha sido llegar a ser madre de muchas casas que han sido continuadoras de su casta y abolengo

Top