Pamplona vive el última día de los «no Sanfermines» con temor a los rebrotes

La ciudad añora unas fiestas que este año no han podido celebrarse

14 de julio de 2020/Noticias Navarra

Pamplona vive este 14 de julio la última jornada de lo que sus habitantes denominan «no Sanfermines» con temor a que las aglomeraciones que puntualmente se hayan podido producir desde el día 6 ocasionen nuevos rebrotes de coronavirus en la ciudad.

Estas inéditas «no fiestas» comenzaron simbólicamente el 6 de julio con una plaza del Ayuntamiento acordonada por la Policía Municipal, que sólo permitió el acceso de unas 400 personas. Algunas de ellas, de blanco y rojo, volvieron a levantar sus pañuelos al cielo a mediodía, pero no hubo lanzamiento de chupinazo que acompañara a su entusiasmo.

En su lugar, a las doce en punto, se desplegó en la fachada de la casa consistorial un gran pañuelo rojo con un lema que expresa el sentir de los pamploneses en este momento: «Los viviremos«, en referencia a los Sanfermines de 2021.

Han sido nueve días extraños, con sólo unos irreductibles pamploneses vestidos de blanco y rojo por las calles, sin encierros, sin corridas de toros, sin música… y esta noche, sin el tradicional Pobre de Mí.

Pero es lo que tocaba, para hacer frente al coronavirus. El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha comentado este martes que la capital navarra ha dado una buena imagen en el mundo del 6 al 14 de julio, algo que para él era «fundamental», porque en estas fechas «somos un foco evidente de atención, y nos estamos jugando muchísimo».

Tras resaltar que ha habido rebrotes pero «de una manera relativamente controlada», el alcalde ha valorado que Pamplona haya sabido transmitir la imagen de que es una ciudad «que sabe cumplir» con las normas para evitar el contagio del COVID-19.

En general, «la imagen de Pamplona ha sido buena», ha insistido el alcalde de la ciudad, quien ha recordado el dicho que afirma que «el prestigio crece a la velocidad de la palmera y se pierde a la velocidad a la que cae el coco».

«El prestigio de tantos y tantos años de la ciudad» en Sanfermines, «de repente con una mala imagen se podía ir en gran medida al garete», ha declarado.

Aunque la procesión del 7 de julio fue suspendida, otros actos religiosos se han mantenido en estas fechas y han sido prácticamente los únicos que han recordado a los habitantes de Pamplona que se estaban viviendo estas fechas tan especiales para la ciudad.

Este martes, en la iglesia de San Lorenzo, donde se encuentra la capilla de San Fermín, ha tenido lugar la Octava misa dedicada al llamado «santo morenico», en la que ha participado el alcalde de la ciudad.

En esta celebración religiosa, ante la imagen del santo, que este año no ha podido ser llevado en andas por las calle de Pamplona, no han faltado las solicitudes de ayuda a San Fermín para superar una pandemia que cada día suma nuevos rebrotes en la capital navarra. También ha habido palabras de recuerdo a los cientos de personas fallecidas por el COVID-19.

En declaraciones a los medios de comunicación antes de la Octava de San Fermín, Maya ha subrayado que no se puede emplear la palabra «desmadre» referida a los rebrotes, cuando es algo que «está pasando en toda España».

El alcalde ha añadido en todo caso que, a fecha de hoy, y así se lo transmiten desde el área de Sanidad, la valoración del comportamiento de los ciudadanos en San Fermín «es positiva», aunque «siempre a la espera de hacer la valoración final que será transcurridos unos días».

Y en este sentido ha defendido el uso de la mascarilla y ha lamentado que en el Casco Viejo se hayan visto imágenes con «incumplimientos» a la normativa sanitaria, si bien ha vuelto a poner en valor la forma de actuar de la «inmensa mayoría» de ciudadanos.

Mientras, Pamplona apura las últimas horas de estos «no Sanfermines» con la vista puesta en las doce del mediodía del 6 de julio de 2021 y la esperanza de que en ese momento vuelvan a abrirse las puertas del balcón principal de la casa consistorial para el lanzamiento del chupinazo.

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