Los «cebadagagos» y la alta gastronomía

Una ganadería de bravo de prestigio por el juego de sus toros, Cebada Gago, está triunfando también en la alta gastronomía. Obviamente esta vez por su carne.

3 de marzo de 2021/Juan Miguel Núñez Batlles

Una ganadería de bravo de prestigio por el juego de sus toros, Cebada Gago, está triunfando también en la alta gastronomía. Obviamente esta vez por su carne.

Una carne elaborada en modo hamburguesa, cien por cien de toro bravo, la más natural del mercado, según los expertos, porque la res se cría en libertad durante cuatro años, porque su calidad está en paralelo con la fortaleza y la bravura que se le exige en el ruedo, y porque su magra es poco grasa al no existir piezas engordadas para producir kilos. De tal manera que se trata de un producto que presta un valor añadido al mundo del toro de lidia.

La idea, que ya ha empezado a triunfar, está siendo gestionada al alimón por dos emprendedoras mujeres, la matador de toros Sandra Moscoso, que tiene la responsabilidad comercial del negocio, y la ganadera Alicia Rudíez, esposa de uno de los titulares del hierro de Cebada, Salvador García Cebada.

La última novedad en torno a esta buena noticia es que, la carne del toro de Cebada, en esa original variedad de hamburguesa, que se comercializa ya con todas las garantías sanitarias y alimentarias, ha llegado la pasada semana a Madrid.

En el célebre Café Gijón, en cualquiera de sus tres espacios clásicos como son el propio Restaurante con su artística Cripta en los bajos y el amplio salón arriba con ventanales que se asoman al idílico Paseo de Recoletos, o en la contigua y castiza Taberna con entrada por la calle Almirante, así como en su espléndida terraza al aire libre también en el placentero y bucólico espacio «robado» al tráfico de la zona. El caso es que ahí, en las tres significativas estancias del Gran Café Gijón ya se puede degustar la carne del toro de Cebada en la modalidad de hamburguesa.

Una carne muy rica, nutritiva y ecológica. Una magnífica salida para la crianza del toro bravo azotada por la crisis de la dichosa pandemia.

Hay una  Federación de Asociaciones de Raza Autóctona de Lidia que intenta revalorizar esta carne, su consumo y difusión; todo ello más allá de la buena fama que tiene el conocidísimo y apetecible rabo o cola de toro, que naturalmente se ofrece también en la carta del Gijón.

La empresa que capitanean Sandra Moscoso y Alicia Rudíez se llama IBERTORO y tiene su sede en Jerez de la Frontera. Y ya puestos en el favor de ayudar a difundir esta iniciativa diré que el contacto, por internet, es ibertorodistribuciones@gmail.com.

Sirven a toda España, particulares, supermercados y hostelería. Vale la pena, repito, comer las hamburguesas de toro bravo, por lo rica que está la carne y porque defendemos y potenciamos un sector muy nuestro.

Para que luego digan que el toro bravo no tiene salidas.

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