Arturo Gilio y Víctor Hernández a hombros en Hita

El alcarreño corta tres orejas y un rabo con una gran novillada de Polo Sáiz. Lo acompañó a hombros un firme Arturo Gilio, que cortó dos orejas, y a pie se fue Ignacio Olmos con un único apéndice.

20 de junio de 2021/Foto: Sergio Moreno

Ignacio Olmos, Víctor Hernández y Arturo Gilio trenzaban, en la tarde de este 20 de junio, el paseíllo en la localidad alcarreña de Hita en una novillada con picadores de Polo Sáiz que devolvía los festejos taurinos al municipio guadalajareño casi tres lustros después.

La espada priva del premio a Ignacio Olmos en el primero 

Rodilla en tierra inició Ignacio Olmos la faena al primero, animal que ya evidenció su gran movilidad desde el saludo. Con prontitud y repetición embistió el novillo en la muleta del moracho, que lo tanteó en tandas por el izquierdo para intentar conseguir el acople. La mejor serie llegó por el pitón derecho, cuando puso orden y mando, mostrando muleta en todo momento para torearlo por abajo. Cobró una estocada trasera y necesitó del uso del verduguillo.

Faena asentada de Víctor Hernández al segundo, al que le corta la oreja 

Variadísimo fue el quite de Víctor Hernández al segundo. Tras brindar, se fue a los medios para quedarse totalmente quieto en los primeros compases del trasteo. Embistió el novillo con fijeza y buscó las telas por abajo con buen tranco. Le propuso el novillero una faena muy estructurada y asentada, en la que hubo muletazos muy rematados, con gusto y buenas formas, pese a que molestó el viento. Enterró la tizona al segundo intento.

Arturo Gilio, por encima del tercero 

Con un larga cambiada saludó Arturo Gilio al tercero, novillo serio y cuajado de Polo Sáiz que peleó bien en el caballo. Se echó el capote a la espalda el mexicano para torear por gaoneras en el quite. Brindó al público para ponerse a torear por el pitón izquierdo, por donde embestía con mayor franqueza el animal. Al natural compuso con trazo largo y bajando la mano por momentos. Se quedó en el sitio y le propuso las series pese a la irregularidad de la embestida, muy por encima del novillo, aunque se pasó de faena. Culminó por bernadinas cambiando el viaje y se atascó a espadas.

Ignacio Olmos, oreja del cuarto 

Doblándose por bajo abrió faena Ignacio Olmos al cuarto, animal que persiguió los engaños con fijeza. Lo toreó el moracho sometiéndolo por ambos pitones y exigiéndolo por abajo, respondiendo el de Polo Sáiz con motor y bravura. Con la figura vertical y empapando al animal de muleta por el derecho, llegó la tanda más ligada. La estocada cayó en buen sitio, pero tardó en hacer efecto.

Rotunda faena de Víctor Hernández a un quinto de vuelta al ruedo, al que le corta el rabo 

Demasiados capotazos recibió el cuajado quinto en la brega, que acusó la querencia en algunos momentos. Brindó el novillero a Ginés Marín para ponerse a torear por el pitón derecho. Las series fueron ligadas y reposadas, respondiendo el animal con calidad en su embestida y con duración. Acompañó los muletazos componiendo, confirmando las buenas formas que ya dejó en el primero de su lote. Los remates tuvieron gusto y torería. Completó su labor con el toreo en distancias cortas, con el que más conectó con el tendido. Se tiró con verdad para cobrar una gran estocada. Vuelta al ruedo al novillo.

Arturo Gilio desoreja al sexto 

De rodillas inició su faena Arturo Gilio al que cerraba plaza. Lo llevó muy embebido en la telas, templándolo, intentando hacer las cosas despacio a un animal humillador, que acudió a los engaños que le proponía el novillero mexicano. Con mucha firmeza lo toreó por ambos pitones, dejando una gran imagen. Se pegó el arrimón antes de culminar por manoletinas y cobró un espadazo.

FICHA DEL FESTEJO

Palenque de Hita (Guadalajara). Novillada con picadores. Lleno en el aforo permitido.

Novillos de Polo Sáiz. Manejables y con opciones, con movilidad, ritmo y nobleza. Destacó especialmente el quinto, que fue premiado con la vuelta al ruedo, y también cuarto y sexto, con repetición y humillación.

Ignacio Olmos, silencio y oreja. 

Víctor Hernández, oreja y dos orejas y rabo. 

Arturo Gilio, silencio y dos orejas. 

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