Morante desgrana el toreo, su temporada, su futuro y diversos temas de actualidad del mundo del toro en el ciclo de conferencias de la asociación ‘El Toro’ de Madrid.
2 de diciembre de 2021/Suertematador.com
José Antonio ‘Morante de la Puebla‘ ha sido el invitado de excepción este jueves en el cierre del ciclo de conferencias de la asociación ‘El Toro’ de Madrid. Un cierre que ha estado lleno de titulares que ha dejado el torero cigarrero: «Sé que tenéis un criterio a veces duro, pero los toreros salimos con una motivación especial a la hora de convenceros. Sois la bandera de la plaza de toros de Madrid», ha comenzado diciendo José Antonio. «El último día en la plaza dio gusto de no escucharos«, señaló en tono jocoso en el inicio.
«Mi momento es tan maduro que casi estoy a punto de caerme al suelo -dijo con una sonrisa en la boca-. Son 25 años y la plaza de toros de Madrid ha sido para mí un talismán importante, unida a la de Sevilla. Al ser sevillano, los triunfos en Sevilla se consideran más benévolos aunque no lo sean, y al trasluz se ven de una forma distinta. Sin embargo, Madrid es la plaza que te da un pasaporte y una etiqueta de figura. En determinados momentos, creo que he sido merecedor de esa etiqueta«, argumentaba Morante en el transcurso de la conferencia.
Ha recordado que ya desde novillero, con Miguel Flores como apoderado, «ya fui capaz de relucir o de llamar la atención» con una novillada de Jiménez Pasquau, y después «otras muchas». «El festival fue muy importante para mí, porque salí a hombros al lado de tan importantes figuras; poder sacar la cabeza y destacar me dio mucha credibilidad. Después, unas veces por una cosa y otras por otra, creo que ha habido tardes importantes, en las que he podido salir a hombros dos o tres más, pero por la espada no ha sido posible. Y es una plaza en la que he tenido mucha afinidad, a pesar de las tardes malas que he tenido».
Para un torero, «estar en Madrid es muy difícil, pero es una obligación con la que se va con la ilusión de poder escribir historia, y creo que en algún momento lo he hecho con vosotros de testigos. Convenceros ha sido lo más importante, porque el toro y el público, y vosotros que sois muy severos y difíciles, me habéis aprobado muchas veces y sobre todo os habéis emocionado».
¿Torear seis toros en Sevilla o Madrid? Es lo que le ha preguntado un aficionado de cara a la próxima temporada: «Torear seis toros ha sido algo que a mí siempre me ha costado mucho trabajo y esfuerzo. Y nunca me he visto físicamente bien. Yo creo que puede ser la intensidad con la que uno sale o con la que uno intenta empezar», señaló Morante. «Yo no quería anunciarme con la de Prieto de la Cal en El Puerto solo porque me cuesta, y lo sabía. Pero también sabía que no iba a tener a nadie acompañándome”, dijo. “Querer matar seis toros en Sevilla o en Madrid no está en mis planes. No tengo buena experiencia y no quiero hacer sufrir a todo el público que va con toda la ilusión a verme para decepcionarlo», dijo.
Variedad de encastes en la temporada de Morante
Sobre la variedad de encastes que ha llevado a cabo esta temporada, Morante fue claro: «Cuando uno empieza, intenta buscar los toros con los que el triunfo te pueda venir en una cantidad mayor, es decir, un toro que se preste más al lucimiento que otros. Cuando uno lleva ya tanto tiempo como yo, se da cuenta de que en vez de mirar un tanto al torero había que mirar también al toro, y que aquellas ganaderías que estaban sufriendo el tema de la pandemia también tenían derecho a lidiar de una forma más vistosa, no de una forma tan aislada».
Una aficionada le hace a Morante una comprometida pregunta
«¿Es usted consciente que con el paso que ha dado se está empezando a convertir en un referente y eso puede despertar muchos problemas entre compañeros a la hora de hacer carteles pero que realmente para los aficionados le quepa a usted el orgullo de empezar a entrar en lo que de verdad se llama la historia del toreo?», le preguntó una aficionada.
“Es un camino que no es nada fácil. Yo lo hago con mucha ilusión y sinceramente me gustaría que me acompañaran un poco más mis compañeros. Creo que el toro bravo en toda su totalidad de encastes tiene una forma y una riqueza artística inigualable», contestó. «Todos debemos huir del aburrimiento, tanto el público como los toreros. No es fácil, pero creo que hay que animar a la afición», aseveraba Morante.
«Este año me ha congratulado mucho ver cómo iban de un sitio a otro con la ilusión de verme con un toro o un encaste. Eso ha sido muy gratificante y me he puesto delante del toro sabiendo que todo aquello iba a ser distinto y que ojalá fuese por el derrotero del éxito pero que, si no iba, tampoco pasaba nada. Que iba a desarrollar mi tauromaquia, mi forma de entender aquello e iba a cumplir con mi obligación moral. Y uno de los éxitos de esta temporada ha sido ese, incluso cuando no he estado bien con alguno de ese tipo de toro», afirmó José Antonio.
El Premio Nacional de Tauromaquia
obre la entrega del Premio Nacional de Tauromaquia a la Casa de Misericordia, con un importe de 30.000 euros, y sobre la ciudad de Pamplona, José Antonio señaló que «soy un enamorado de los encierros, aunque me da mucho miedo y no los suelo correr«. «Me gusta mucho el toro en la calle y la forma en la que el público hace suya esa fiesta. Pamplona es una plaza en la que he toreado bastante, aunque últimamente menos, pero le he notado siempre mucha salud, mucha alegría, mucho público. Y aunque es la antítesis de lo que puede ser mi reflexión delante del toro cuando toreo, sí que he sido un admirador de esos encierros y de esa Casa de Misericordia que todos los años hace ese esfuerzo, y son tan justos«”, afirmó.
“Es una empresa de la que se tiene mucho que aprender. Por eso el premio lo he querido donar a ellos, porque viven del toro, y el toro no se podía quedar en el olvido para ellos. Yo soñaba con hacer un encierro en mi pueblo y, año tras año tras año, lo conseguí”, explicó.
Su toreo a la verónica
«¿Por qué a todos nosotros, que nos gusta que la verónica, nos fijamos en que en la suya, al final del lance, tiende más hacia arriba últimamente?», le preguntaba un aficionado. «Me sale así y lo quiero interpretar así. La mano de fuera, que vaya más alta o más baja, no le encuentro tanta importancia a no ser que se haga de una forma obligada. Hay toreros que bajan mucho la mano con el capote, a veces parece que van a dar con los nudillos en el suelo, y a mí eso no me gusta. No me parece puro ni esforzado», comentaba José Antonio. Hablando de Rafael de Paula, recordó un inicio de lidia a un toro en Salamanca, donde le echó las dos manos por arriba, y él le dijo que así.
«Tan fácil es subirla como bajarla, sólo que se haga de una forma natural, y yo he visto torear en vídeo a toreros como Antonio Ordóñez y más atrás a Belmonte o Joselito, con la mano arriba. Es la interpretación del estilo; no porque vaya algo por abajo es mejor que lo que va por arriba. No estoy de acuerdo y es mi opinión y así lo interpreto», continuó. «Para mí lo más importante es el recuerdo de lo que no se olvida: las pinceladas, los sueños y la creación de imágenes. Y no cabe duda que uno de los sueños que me quedan como profesional es salir por la Puerta Grande de Madrid. Ojalá el año que viene sea posible», añadió.
La Fundación del Toro de Lidia también fue otro tema que sacó uno de los aficionados, y Morante fue claro: «Se excede cuando organiza festejos taurinos. Eso debería ser propiedad de los empresarios, porque a veces se aprovechan del dinero de la televisión. Yo con la Fundación soy muy crítico, porque creo que se ha debido de crear solamente para la defensa de la tauromaquia, pero no para jugar a ser empresarios con el dinero de otro», dijo José Antonio.
Sobre el tema de la liga de Novilladas, «también soy muy crítico. Creo que el dinero que depositan algunas administraciones públicas hacia las escuelas taurinas, si se dedicara a festejos, y no al montante de la escuela, sería más satisfactorio para todos. Porque ahí entrarían las novilladas, los ganaderos, los banderilleros, los novilleros… sería todo un moverse continuo. Y sin embargo, cuando hay una escuela taurina, es algo inmóvil, metido en una plaza o en un sitio», lamentaba Morante.
«Yo he tenido la suerte de no estar en ninguna escuela taurina. Yo entrenaba con banderilleros, te iba ayudando tu padre, tu tío… pero hoy en día, los padres cogen al niño, lo meten en la escuela y se olvidan de él. Y eso no le crea al ser humano la idea de avanzar, porque se queda anclado. Creo más en la creación de comisiones taurinas de Madrid o Sevilla, donde haya dinero para novilladas», concluía Morante.