Toro Cinqueño – Acá entre nos

16 de diciembre de 2021/Por. Emilio Méndez

El pasado domingo 12 de diciembre lamentablemente dejó de existir “Chente” uno de los cantantes mexicanos más importantes, toda una figura internacional, que llegó llenar en solitario la Monumental Plaza de toros México. Vicente Fernández fue un buen aficionado a los toros y amigo de varios toreros como Manolo Martínez, Eloy Cavazos, recientemente Pablo Hermoso de Mendoza, Enrique Ponce y Juan José Padilla entre otros. El último diestro en brindarle en una plaza, fue Alfredo Ríos “El Conde” en el Nuevo Progreso de Guadalajara el 22 de octubre de 2017. Es y seguirá siendo el ídolo del pueblo y sin duda muchas de sus canciones han sido importantes y han acompañado a los toreros en sus alegrías y tristezas y tal como el título de uno de sus más grandes éxitos “Acá entre nos” es importante mencionar y reflexionar algunos aspectos y detalles que sucedieron el pasado fin de semana sobre todo en la corrida Guadalupana de La México.

Volver, volver

Antonio Ferrera lo volvió a hacer, a unos meses de cumplir 25 años de alternativa, volvió a la Monumental Plaza de toros México, volvió a usar su genialidad, oficio y sentimiento, para volver a disfrutar del especial y apasionado olé del coso de Insurgentes, de la entrega del respetable y volver, volver a salir una vez más por la puerta del encierro, escuchando el torero, torero después de cuajar una faena histórica en una tarde que será recordada por varios detalles. Ferrera suma en su amplio currículum el otorgar su primera alternativa en La Plaza México en este caso a Diego San Román. Fue la primera tarde acompañado por su nueva apoderada, la matadora de toros española Cristina Sánchez a quién los profesionales y afición recibieron con todo el respeto y cariño, recordando las tardes qué hizo el paseíllo en este coso. Salió el quinto de la tarde llamado “Misterio” de Bernaldo de Quiros. Después de algunos lances, Ferrera volteo al palco señalando que el toro estaba reparado de la vista, volvió a probarlo y el toro mostraba algún defecto al no hacer caso al engaño por el pitón derecho y de inmediato el juez de plaza Enrique Brown lo regreso inexplicablemente a los corrales, ¿Dónde quedo el reglamento? me cuestiono sí esta decisión hubiera sido lo mismo, sí ese toro le hubiera tocado a Silveti o San Román. Aquí el misterio o más bien lo que no se entiende, es que cómo es posible que el día más importante de la temporada, la corrida estrella, que los veedores de la empresa, el ganadero, los apoderados, subalternos, la autoridad y servicio de plaza, ninguno se diera cuenta desde la ganadería hasta que salió este ejemplar al ruedo, que estaba reparado de la vista, no puede ser. ¿Donde están los veterinarios? como en las plazas de España o Francia, en la que son varios veterinarios, autoridades y asesores que aprueban o rechazan a los toros con lupa, a veces demasiado exagerados, pero hacen ese trabajo.  Vamos, durante el proceso de escoger a los toros en el campo hasta que llegan a la plaza y salen al ruedo hay muchos filtros y muchos ojos que perfectamente se pueden dar cuenta de este defecto y al final Ferrera “A pesar de todo” se salió con la suya y le dijo a “Misterio” “Que te vaya bonito” para saludar al primer sobrero llamado “Ayate” también con el hierro de Bernado de Quirós con un lance creativo inspirado en el maestro Rodolfo Rodríguez “El Pana” en la que se siguió el astado de frente brincando al callejón justo donde se encontraba Cristina Sánchez, como queriéndole decir “Lastima que seas ajena” y llevándose un buen susto. Regresó el toro al ruedo y lo esperaba Ferrera con ese capote embrujado para cuajar varios mandiles muy personales que calaron con emoción en el tendido. De inmediato se fue Antonio al otro extremo del ruedo para cambiar el percal por la vara y subirse al caballo de forma sorpresiva para realizar personalmente la suerte varas con la montera puesta. Intentó el subalterno dejar al toro en los medios sin éxito por lo que salió Morante de la Puebla al quite en un detalle de compañerismo y de toreros para dejar al burel en el lugar adecuado para que Ferrera realizará un buen puyazo ante la emoción del público que cuando menos los esperaba, ya estaba el mismo Ferrera haciéndole el quite a su oponente. Pero aún faltaba lo mejor. Tomó los palos y brindó al maestro Vicente Ruíz “El Soro” para cuajar tres estoicos pares de banderillas llenos de entrega, sentimiento y emoción. Ya con la muleta, Ferrera cuajo una faena  llena de genialidad por ambos lados aprovechando la clase y calidad de su oponente al que le dio muletazos “A su manera” para culminar con detalles muy toreros y esa forma especial de ejecutar la suerte suprema, caminado lentamente al encuentro con el astado hasta dejar la espada en el lugar exacto para que viniera el éxtasis del apasionado público que pidió con fuerza las orejas y el rabo que el palco acertadamente consideró que con dos orejas era suficiente, así como la vuelta al ruedo al buen ejemplar del ganadero Javier Bernaldo.  Y “De qué manera te olvido” le dijo Ferrera a La México y la México a Ferrera en esa salida a hombros muy Guadalupana. Estas faenas son la que hacen afición y no se entiende para variar a toda esa gente que en las redes sociales se volcaron en críticas a Ferrera, que, si era un show, espectáculo de circo e incluso quien dijo que una falta de respeto, que además estoy seguro que no fueron a la plaza, ni pagaron un boleto y que se dicen aficionados y que supuestamente defienden a la tauromaquia cuando hay ataques pero sin esa sensibilidad necesaria para entender y disfrutar de la genialidad de un hombre que puso de cabeza a más de 30.000 personas que “Nunca, nunca, nunca” se les olvidará esta tarde.

Tu camino y el mío

El domingo hicieron el paseíllo dos Diegos, dos toreros de dinastía, con valor y personalidad, pero en diferentes circunstancias, un Diego Silveti que fue muy cuestionado por que era parte del cartel más importante de la temporada, ¿qué méritos tenía? A comparación de otros toreros triunfadores como Joselito Adame, José Mauricio o Sergio Flores, y lo más lógico era que uno de ellos entrará a este cartel. Pero al final Silveti se las ingenió para cortar una oreja y así callar algunas bocas, aunque, si somos muy sinceros y “Aquí entre nos” vemos a un Diego Silveti estancado en un concepto con poca evolución, reconocemos su valor y personalidad, pero al final las sensaciones que quedan son muy pobres. Con el primero de su lote, lo salvó de milagro la estocada recibiendo y el final de faena, pero los muletazos fueron en su mayoría con ventajas y para fuera y con el capote, el concepto del temple le cuesta asimilarlo. Vamos, en una tarde como estas no solo hay que estar con valor, hay que torear y cuajar las faenas para convencer.  Y con el segundo de su lote que tenía sus teclas pero nada del otro mundo, un torero con sus años de experiencia, y al estar en este cartel, se le tiene que exigir estar a la altura, lo mínimo que le pedimos es que se imponga y muestre su madurez y oficio lo cual quedo a deber. Pero llego un nuevo jugador, alguien a quien ya se le esperaba con ilusión y sobre todo con esperanza se llama Diego San Román hijo del matador Oscar San Román, quien recibió la borla mayor de matador de toros dejando mucho más que buenas sensaciones, salió “Cumplido” de Bernaldo de Quiros, número 233, al que saludo de capa con capacidad y un quite por chicuelinas mostrando sus intenciones de que les va a apretar por los terrenos que está pisando y por que además lo hace toreando. Se dio la ceremonia de alternativa y un emotivo brindis a su padre para después cuajar una faena que tuvo estructura y muletazos bajando la mano con naturalidad, pasándose a su oponente más que cerca con las zapatillas enterradas en la arena. Desafortunadamente la estocada no tuvo los efectos correspondientes por lo que tuvo que usar el descabello, y recibir una ovación que fue la aprobación del respetable al nuevo matador de toros que después con el cierra plaza, salió con actitud y determinación a triunfar. Si hay algo que se le reconoce a Diego San Román a quien hemos seguido desde que decidió que quería ser torero, es esa mentalidad a prueba de todo, sabe perfectamente donde hay que ponerse, donde se siente el riesgo, pero al mismo tiempo donde se genera esa emoción que mantiene al público al filo de la butaca. La faena tuvo muchos matices desde las verónicas de inicio, ese quite por escalofriantes gaoneras más que quieto y con la muleta se olvido del cuerpo para cuajar esos muletazos que calaron en la afición y al final se impuso al de Fernando de la Mora poniendo los muslos en los pitones mandando el mensaje de que aquí hay un nuevo matador de toros que no se va a andar con cuentos y que tiene muy claro a dónde quiere llegar y pasar por quien tenga que pasar y “Que sepan todos”, paseó una oreja de mucho valor pero lo más importante es la dimensión que dejó y que ya veremos este sábado 18 de diciembre en su tierra y ante su gente su presentación como matador de toros en La Santa María de Querétaro , Suerte Matador.

Si acaso vuelves

“Si acaso vuelves, aquí te esperamos para volverte a poner una paliza “Así le dijeron al torero Edgar Palacios, que saltó al ruedo con una pancarta en la que le pedía una oportunidad a la empresa para torear. No se si se confundieron pensando que era el anti-taurino Peter Jensen, pero se pasaron, ya que la gente de seguridad haciendo su trabajo lo sacaron a la fuerza y en el patio de cuadrillas los policías le pusieron una paliza, hasta que se dieron cuenta que se trataba de un torero. Estamos de acuerdo que hay formas de manifestarse y de toda la vida han saltado espontáneos como en la temporada de 1977 recordando esa tarde en la que salió de los chiqueros el novillo «Pelotero» que hizo una salida contraria y antes de que llegara al primer burladero saltó al ruedo un espontáneo que se parecía a «Chavalillo» que ilustró el pintor Pancho Flores, un personaje de «Más Cornadas da el Hambre», la novela de Luis Spota. Con su gorrilla, camisa anudada a la cintura, zapatos tenis de lona y con una muletilla le pegó  tres afarolados de rodillas armando el alboroto y volver hábilmente al tendido de donde saltó. Allí se vio que «Pelotero» era uno de esos toros extraordinarios que salen una vez en la vida el cual le correspondía al maestro José Antonio Ramírez El Capitán” quién le cuajó una faena histórica que aún se recuerda. Pero ¿quién era ese chaval, que se tiró de espontáneo para pedir una oportunidad a la empresa? Ese chaval era apodado El Panadero o El Pana que era conocido por andar en las chonadas que se daban por el Sur de la República y que había andado un tiempo en la cuadrilla que dirigía el matador retirado Jesús González «El Indio». Pero regresando a la paliza de Palacios que por respeto a los matadores no se tiró de espontáneo y aun así le fue como le fue, pues este domingo se respiraba tensión en el patio de cuadrillas al ver a tantos policías que harían el paseíllo para después rendir honores a la bandera mexicana, había nerviosismo en el personal de la empresa que gestiona La México, el famoso “Ratón” haciéndola de todo lo que pudiera, regando el ruedo, en la puerta de toriles, organizando a los policías, y si se podía les vendía un par de calcetines, pero a los que vimos nerviosos fue al matador Mario Zulaica y a su jefe de prensa que de manera un tanto prepotente echaron del patio de cuadrillas al fotógrafo profesional Manolo Briones y hasta a un servidor de una forma un tanto descortés, que no entiendo las formas ya que a diferencia de algunos amateurs o influencers que tienen pase de callejón, hay quienes tenemos muchos más años de experiencia, que hemos estado en plazas de España, Francia y México, que sabemos estar y respetar a los toreros y al personal y sobre todo que somos profesionales. Ok nos teníamos que salir, pero en el pedir está el dar.

Hermoso Cariño

Hoy se cumplen 10 años de la desafortunada pérdida  del ganadero Pablo Labastida a quien recordamos con cariño, recordamos a un hombre fiel a sus ideales, un apasionado por la ganadería y por la fiesta brava y todo un profesional en esa faceta de apoderado a quién le aprendimos muchas cosas que nos compartió y nos aconsejó. Se nos fue muy pronto, aún le quedaba mucho por hacer, compartir y disfrutar, así “A su manera”. Pero lo hermoso es ese espíritu que nos dejó, ese Espíritu Santo, que no es solo es la ganadería que a capa y espada han mantenido con toda esa afición y pasión Doña Paulina y sus hijos Pablo y Álvaro, es ese espíritu y esas sensaciones que se sienten al estar en esta casa ganadera, se siente la presencia de Don Pablo, con quien era un deleite tomarse un tequila, hablar de toros, escuchar sus conceptos, pero sobre todo ese ejemplo de amor a su familia y ser amigo de sus amigos. Te extrañamos amigo…

Con Pasión y Arte.

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