El murciano firma hoy su gran gesta en la primera plaza del mundo ante astados de seis ganaderías emblemáticas en su carrera
21 de mayo de 2022/Javier Fernández Caballero/Fotos: Emilio Méndez
Y abrió por fin el día señalado para Paco Ureña, en el que se iba a encerrar con seis toros en la plaza más importante del mundo y con cierto matiz reivindicativo en el gesto con un sistema que no lo ha tenido muy en cuenta en la elaboración de los primeros carteles del año. Hoy, en chiqueros, esperaban toros de seis hierros significativos en su carrera para que volviesen a serlo una vez más.
Ureña, sólo detalles ante la falta de fuerza del primero de La Ventana
«Barbaclara» de El Puerto de San Lorenzo era el primero de la tarde, animal al que dejó tres verónicas de buen trazo Ureña después de que recibiese algunas protestas por su presencia el animal. Empujó el toro en la primera vara, y aunque perdió varias veces las manos no fue devuelto. Tuvo, en la primera serie por la diestra, la inteligencia Ureña de medir bien la media altura del animal para evitar que perdiera las manos, y ahí fue encontrando incluso algún momento de desmayo mirando al tendido. Pero la falta de fuerza no le dejó hacer más, acortando viaje el animal. Mató de pinchazo hondo y descabellos. Silencio.
La pureza de Ureña traza momentos de mano baja ante la calidad a menos del segundo de Domingo
De Domingo Hernández era el segundo del festejo, Chumbo de nombre, de 538 kilos, serio en su conjunto de estampa y que salió suelto de las verónicas a pies juntos y luego con el compás abierto que le recetó Ureña. Intentó gallear para llevarlo al caballo pero se arrancó directamente al peto se Alberto Sandoval, que le recetó dos buenas y aplaudidas varas. Por chicuelinas con el compás abierto y una larga mirando al tendido fue el quite, de eco arrriba. Dos buenos pares dejó Viotti en el tercio antes del brindis al público del murciano. Se plantó en el anillo, le sopló tres estatuarios y le dejó muerta la tela para llevar largo y templado el viaje al natural. Se rompió Madrid ante el emotivo viaje del de Domingo y la proposición pura de Paco. Bajó la intensidad de la faena por la zurda en la siguiente serie pero la retomó de nuevo por la diestra, aguantando incluso los parones cuando la calidad del toro fue a menos en su viaje. Palmas al toro en el arrastre y ovación al murciano.
El tobillero tercero de Adolfo no da opciones a Ureña, que no acierta con el descabello
De Adolfo Martín era el tercero, Monería de nombre, cárdeno de 539 kilos que fue serio de estampa. No fue lucido el tercio de varas de Iturralde, costando luego a los banderilleros que sr arrancase un animal que miraba a las tablas y que fue difícil de parear. Se puso también complicado el toro en la muleta de Paco, tobilleando y poniendo incluso en peligro en dos ocasiones al diestro, que a pesar de todo lo intentó por ambas manos. Mató de pinchazo y estocada tendida y un punto atravesada, no acertando con el descabello. Silencio.
El cuarto de José Vázquez se le para en la faena a Ureña y lo pincha
De José Vázquez era el cuarto de la corrida, Peregrino de nombre, de 531 kilos, protestado por su presencia de salida y que no se dejó capotear por Ureña. Parecía no tener fuerza y mansear tras el tercio de varas el protestado animal, manteniéndolo en el ruedo la presidencia. Y sacó cierta clase en los naturales de inicio de faena del murciano, que siguió construyendo por la diestra su obra, pero ya se le había apagado el de Vázquez, que además parecía tener dañada la mano izquierda. Tuvo que ayudar mucho Paco a un animal muy a menos y sin emoción, con cierta clase, sí, pero apagado. Además pinchó al animal, lo que propició el silencio.
Ureña combate con toreo enrazado la desbandada del tendido por el diluvio y pasea la oreja del quinto bis
También protestado fue el quinto de Juan Pedro Domecq, un colorado chorreado de 572 kilos que fue devuelto tras perder las manos en varias ocasiones. De Conde de Mayalde fue el sobrero, de abierta cuerna y serio por detrás, que embistió mejor por el pitón izquierdo que por el derecho en el capote de Ureña. Y cuando peor iban las cosas… se puso a llover en el inicio de faena de Ureña. Pero brotó el toreo enrazado del murciano en una obra que no fue la más pulcra de Paco en este ruedo, mas sí emotiva por la desbandada que hubo en el tendido debido al diluvio. Dejó derechazos de muy bella factura también al natural, amén de un cierre por un estatuario, un broche por abajo y una estocada efectiva. Oreja.
Ureña se entrega sin fruto ante el manso sexto de Victoriano
Protestado también el sexto de Victoriano del Río, que derribó al caballo de la puerta al venirse al relance a por él y se salvó milagrosamente de la cornada. Se echó el capote a la espalda y quitó por gaoneras Ureña en un instante cantado por el tendido. Tardo se puso el animal en banderillas. Dejó un atrincherado de bello trazo en el inicio de faena el murciano, pero se le empezó a quedar más corto el animal y tiró de nuevo de raza para llegar arriba. Pero no daba más que arreones de manso el animal, con el que expuso en el final de obra Paco. Pinchó al toro y luego mató de estocada entera ligeramente desprendida y fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de San Isidro, decimotercera de abono. Encerrona. Casi lleno.
Toros de La Ventana del Puerto, Domingo Hernández, Adolfo Martín, José Vázquez, Juan Pedro Domecq y Victoriano del Río, bien presentados. Sin fuerza un primero de La Ventana del Puerto que acabó con medio viaje; de emotiva arrancada al principio y humillado viaje el del segundo de Domingo Hernández, luego apagado; de tarda arrancada y luego tobillero el difícil tercero de Adolfo Martín; con cierta clase pero con la fuerza cogida con alfileres el cuarto de José Vázquez, que parecía tener dañada la mano izquierda; con emotividad y duración el buen quinto bis de Conde de Mayalde; manso de libro el sexto de Victoriano del Río.
Paco Ureña en solitario (carmesí y oro): silencio, ovación, silencio, silencio, oreja y silencio.