La espada cierra la Puerta Grande a Gómez del Pilar en Madrid

El toledano cuaja otra tarde muy importante en la Monumental, solo empañada por el mal uso de los aceros. David Galván exhibió su exquisito concepto y Francisco José Espada tiró de arrestos para levantar la tarde en un interesante debut de José Enrique Fraile de Valdefresno.

3 de julio de 2022/Javier Espada/Foto: Luis Sánchez Olmedo

Una corrida de José Enrique Fraile de Valdefresno se lidiaba este domingo en la plaza de toros de Las Ventas con un cartel joven compuesto por David Galván, Gómez del Pilar y Francisco José Espada.

David Galván pincha una gran actuación con el primero bis

«Buscabuenos» se llamaba el primero de José Enrique Fraile de Valdefresno, que desde su salida acusó un daño en la pata derecha, perdiendo las manos varias veces en el capote y en las dos entradas al caballo. Ante la insistente petición de la publicó y la clara invalidez del animal, el usía sacó su pañuelo verde. Saltó en su lugar un sobrero de Montealto, un animal hondo y serio por delante que le permitió a David Galván dejar su sello con el capote en un puñado de verónicas de mano baja y mucho gusto. Ni empujó con mucho celo en ninguno de los dos puyazos ni fue toro para quite, aunque Noé lo intentara por delantales. En banderillas, Andrés Revuelta dejó un par muy comprometido. Con claridad de ideas comenzó la faena David Galván, queriendo llevar al animal por abajo por el pitón derecho. Por allí lo toreó con una primorosa suavidad, ligando y vaciando siempre el muletazo por debajo de la pala del pitón ante un animal que perseguía los vuelos con humillación, aunque no estaba sobrado de fuerzas. Por el izquierdo, tuvo que cruzarse más, pero también lo llevó muy por abajo, uno a uno y de frente y rematando por trincherillas, besando siempre el albero con el morrillo el sobrero de Montealto. Tuvo sentido de la medida para irse a por la espada y abrochó la faena con ayudados por bajo que tuvieron mucho eco en el tendido. Cobró una media estocada tras pinchazo.

La espada se lleva el premio de Gómez del Pilar en el segundo

Al portón de los sustos se fue sin vacilar Noé Gómez del Pilar para recibir al segundo, que acudió al caballo que guardaba la puerta en varas. Buena fue la lidia de Ángel Otero, llevando al animal por abajo. Al doctor Máximo García Padrós brindó el toledano para irse a los medios y ponerse de rodillas sin probaturas, dejando la muleta en la cara para tirar de él y aguantando los parones. Fueron dos las tandas que le recetó rodilla en tierra, que tuvieron un gran eco en el tendido. Se fue viniendo a menos el animal, y tuvo que darle su tiempo entre tanda y tanda un Noé que encontró lo mejor por el pitón izquierdo, por donde se expuso en el sitio, firmando naturales en los que exigió al buen animal salmantino. Cerró por manoletinas mirando al tendido y enterró un pinchazo hondo tras el que tuvo que descabellar.

Francisco José Espada, silenciado con el blando tercero

Langosto se llamaba el tercero de José Enrique Fraile de Valdefresno, que no se dejó torear de salida y no recibió excesivo castigo en varas. Más brusco en la embestida y con escasa fuerza se mostró en la muleta de Fran Espada el animal, que se venía abajo cuando el madrileño lo exigía. Tras probarlo por ambos pitones, optó Espada por el toreo de cercanías, intentando mantener la atención del tendido, pues el animal perdía las manos continuamente. Mató de una estocada trasera y no utilizó con acierto el estoque de cruceta.

David Galván sostiene al blando cuarto en la muleta

Escobillado del pitón derecho saltó el serio cuarto, que ya mostró la querencia de salida buscando la puerta de toriles. Muy justo de fuerzas, perdió las manos en el caballo, donde se le picó muy poco, y también en banderillas, destacando un par de Fernando Sánchez entre el alboroto del tendido pidiendo la devolución del animal. Cambió el usía el tercio y arreció una tremenda bronca del respetable, que no cesó durante toda la faena de David Galván, con constantes gritos contra el palco, poniendo el ambiente muy a la contra. En medio del alboroto, se escuchó desde el tendido: «Hay un torero en la plaza». Y es que, pocos se dieron cuenta de la meritoria faena del gaditano, que se puso en el sitio pese a la arisca embestida del animal, que salía con la cara alta del muletazo. Lo sostuvo en la muleta David Galván (no perdió las manos ni una vez) y se puso uno a uno, y de frente, para exigirlo por el izquierdo con naturales que tuvieron gusto y torería, de nuevo vaciando la embestida por debajo del pitón ante un animal que terminó evidenciando lo que había cantado desde el principio: la mansedumbre. Ya en tablas abrochó la faena y cobró una estocada tras un pinchazo.

Protestada oreja para Gómez del Pilar, que no pasea el premio

De nuevo tiró la moneda Gómez del Pilar con el quinto, eligiendo el camino de la porta gayola. Muy incierto y andarín fue de salida el animal, que no atendía a los capotes y dio varias vueltas al anillo. Tras su paso por el caballo, firmó Ángel Otero dos pares extraordinarios, con exposición y brillantez clavando arriba, teniendo que desmonterarse junto a Pedro José Cebadera para saludar. Tras brindar al público, se puso con él en el tercio por el pitón derecho, dejando la muleta en la cara y tirando de él, logrando una importante serie de inicio. Dictó el animal los terrenos de la faena buscando la querencia y por allí construyó su labor el toledano, aguantando tela los parones del animal y poniéndose en el sitio para firmar los muletazos por abajo con cadencia. Lo llevó de nuevo a contraquerencia y allí cerró la faena con un inverosímil arrimón que puso el broche a su innegable entrega durante la tarde. Se le complicó la labor a la hora de matar y cobró un estoconazo tras un pinchazo.

Francisco José Espada emborrona su ligada faena el sexto con el acero

El sexto también fue protestado en los capotes por no estar sobrado de fuerzas. Tuvo que remar Francisco José Espada contra un ambiente enrarecido, y fue construyendo la faena en el tercio, a base de dejar la muleta en la cara y tirar de él. Muy quieto se mostró siempre el madrileño, que ligó las series a un buen animal de José Enrique Fraile de Valdefresno, que perseguía siempre las telas con fijeza. Se la jugó en unas manoletinas ceñidísimas de cierre y emborronó su labor con los aceros.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Corrida de toros. 5.441 espectadores.

Toros de Fraile de Valdefresno y uno, el primero bis, de Montealto. Tuvo humillación el noble primero bis de Montealto, ovacionado en el arrastre; ovacionado en el arrastre el segundo, que destacó por el pitón izquierdo; fue justo de fuerzas, perdió las manos en la muleta continuamente el blando tercero; muy justo de fuerzas, perdió las manos en el capote el rajado cuarto, que terminó evidenciando lo que cantó de salida; incierto y con poca fijeza fue el rajado quinto; tuvo humillación y fijeza el buen sexto.

David Galván, ovación y silencio tras aviso.

Gómez del Pilar, ovación tras aviso y oreja tras aviso.

Francisco José Espada, silencio y ovación tras aviso.

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