Morante desoreja al complicado cuarto, Diego Urdiales pasea un premio de cada lote y destacan sus eternos naturales al quinto y Juan Ortega dejó destellos con un lote deslucido.
25 de julio de 2022/Javier Fernández-Caballero/Foto: Arjona
Morante de la Puebla, Diego Urdiales y Juan Ortega trenzaban, este lunes, el paseíllo en la tercera de la Feria de Santiago de Santander. Se lidiaba un encierro con el hierro de Juan Pedro Domecq.
Juan Pedro empieza la tarde con un primero imposible por deslucido: Morante abrevia
De 495 kilos era el primero de la tarde, un animal corto de cuello al que Morante dejó un breve quite a la verónica tras la vara, en el que especialmente gusto tuvieron dos de ellas. Se vino soberanamente a menos el animal en su muleta, siendo imposible, por lo que acortó obra. A la tercera lo despenó con el acero. Silencio.
Un Diego Urdiales en sazón le pasea una oreja a un impresentable y manso segundo de Juan Pedro
Un esfuerzo hizo Diego Urdiales con el segundo de la tarde, un animal impresentable para esta Feria y que luego tuvo registros, pero se topó con un torero experimentado, que ya tuvo un toreo pausado y templado a la verónica. Puso dificultades a El Víctor durante el tercio de banderillas, teniendo teclas que luego supo tocar también Diego Urdiales. Fue una faena en la que la inteligencia y la experiencia del arnedano se impuso, primero para poderle, y luego para torear. Porque le robó momentos de mucho interés por abajo, especialmente al natural, sellando instantes de poso y experiencia antes de que se rajase. Cuando lo hizo, siguió porfiando con entrega Urdiales, estoqueando al hilo mismo de las tablas. Oreja tras aviso.
Ortega rasca entre la falta de raza del tercero y saluda ovación tras petición
De más digna estampa para este ruedo era el tercero de Juan Pedro, pero también de nula condición. A Paloma Bienvenida, hija del maestro Antonio Bienvenida, brindó el astado Ortega, pero apenas tenía fuerza el astado. No le bajó la mano e intentó torearlo a media altura, pero fue imposible componer con conexión ante tal toro. No obstante, dejó detalles de muchos quilates y, sobre todo, un tremendo estoconazo que preludió a una petición no atendida. Ovación.
Morante regala a Cuatro Caminos una obra mágica al complejo cuarto, al que desoreja
Jabonero, nacido en enero de 2018, de 517 kilos, fue el segundo del lote de Morante, al que Morante dejó tres largas a una mano y un ramillete de templadas verónicas, especialmente las tres de remate de ese prólogo, a un toro que ya le faltaban las fuerzas de inicio. Lo desarmó en el inicio de la faena antes de que le sellase un prólogo por doblones de mucho gusto, pero la embestida sin ritmo del toro hacía incómodo estar frente a él. Morante se sobrepuso a esa circunstancia y, como si el animal fuese bueno y con ritmo, intentó ralentizar su tranco. Por la diestra fue componiendo series de trazo con gusto, la primera de ellas a pies juntos, en las que llegó a Cuatro Caminos. Y Morante también echó arrestos al natural ante un toro que incluso lo sorprendió en uno de los embroques, componiendo y estructurando una obra in cresendo. Más raza y genio que claseT tenía el toro, yendo con la cabeza alta, pegando tornillazos a la salida del muletazo… pero se topó con un Morante enrazado y reposado que incluso se abandonó en uno de los trincherazos y en el desdén de cierre antes de tomar la tizona.
Urdiales compone una bella obra al natural a un aplomado quinto y le corta una oreja
Entrelazó verónicas, chicuelinas y una revolera Diego Urdiales en un airoso -pero algún lance con duende- saludo al quinto. Por verónicas de excelso trazo fue el quite del riojano, que luego inició la faena en el centro del anillo por la mano derecha a un astado que se arrancó y embistió con codicia a las telas en esta primera serie. Brilló su toreo al natural ya con el animal mucho más apagado, por lo que se los debió pegar de uno en uno, componiendo y abandonándose en algunos de ellos. Sacó retazos de la clase que sus hermanos no tuvieron el toro, mas le faltó el fuelle necesario para que la obra rompiese más. Y Diego, ya con éste queriéndose marchar y huidizo, se metió en cercanías para seguir soplándole naturales de bello trazo e incluso aguantar una colada. Incluso se echó en medio de la faena el toro… que se puso incómodo a la hora de entrar con la espada, dejando una estocada entera pero caída. Oreja.
Ortega le roba momentos de poso a la violencia del sexto
No fue fácil el sexto, animal que, a base de sobarlo mucho y de acariciar la embestida, consiguió sacarle muletazos templados y de trazo limpio. A pesar de las tarascadas, del embroque sucio, del tranco deslucido… el sevillano logró robarle momentos de interés y de poso. Dejó otra buena estocada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Tercera de la Feria de Santiago. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.
Toros de Juan Pedro Domecq.
Morante de la Puebla, silencio y dos orejas.
Diego Urdiales, oreja tras aviso y oreja.
Juan Ortega, ovación y ovación.