El palco le niega las orejas a Bruno Aloi que hizo lo más imporante de la tarde en la que Chicharro salio a hombros en Villaseca de la Sagra (Fotos y Video)

6 de sep. de 23/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

Villaseca de la Sagra continuaba su serial de Novilladas del Alfarero de Oro, con un cartel en el que Sergio Rodríguez, Alejandro Chicharro y Bruno Aloi se midieron a los de Baltasar Ibán. Los animales dejaron una durabilidad  medida, pero aprovechable,  con intensidad, presentando las complicaciones propias, aprendiendo rápido, con mejores entradas que salidas del muletazo. Sergio Rodríguez tuvo un segundo complicado con el que no pudo decir nada, un tira y afloja con un novillo aquerenciado. Sería con el abreplaza con el que encontrará mayor sintonía. Chicharro siguió en su concepto se raza y entrega absoluta de distancias cortas e intensidad, saboreando el triunfo y el percance con el quinto, al que logró desorejar. Bruno Aloi buscó y encontró las teclas, buscando la conexión con el público en todo momento, dejando faenas de calidad y medición. El sexto le aguantó, aunque en mitad de la faena le andaba pidiendo tablas, por lo que tuvo que emplearse para mantenerlo metido. Dejó una gran dimensión de su toreo que quedó sin premio.

Al primero de la tarde lo frenó Sergio Rodríguez, llevándolo por abajo, genuflexo, alternando altura, pero encelándolo en la tela. Tras barias entradas al caballo y puyazos largos, se dio paso al tercio de banderillas, en el que destacó Juan Carlos Rey, que saludó una ovación. Inició la faena de rodillas, envolviéndoselo al cuerpo, sin margen de error, teniendo que levantarse y corregirlo para que no se le venciera. Después tiró del animal y lo sacó a los medios, donde se encajó sobre el pitón derecho, adelantándole la mano. Sin embargo, el animal cada vez acortaba mas su recorrido, quedándose muy encima, resultando incluso pegajoso.  Cambió al pitón izquierdo, pero lo desarmó. Le costaba atender al cite, reservándose mucho para pasar. Volvió al derecho, pero en un tira y afloja en el que no quedaba nada por mostrar. Lo pasaportó.

Salió el segundo de la tarde al que Chicharro saludó con raza y variedad en el capote.  Inició la faena genjflexo, pasándolo a base de voz, fijándolo en la muleta, muy despacio, en largo, pero sin dejar que se le fuera, manteniéndolo dentro. Siguió sobre el pitón derecho, dejando una ligada tanda, hasta que se le paró. Le dio tiempo y sitio, para después adelantarle la mano y tirar de la embestida. Era complicado limpiar las salidas, ya que a partir del segundo muletazo empezaba a soltarle la cara, volviéndose hacia el. Cambió a la mano izquierda, dándole distancia. Sin embargo, tuvo que acortar y cruzarse, aprovechando los vuelos de la muleta. Trató de llevarlo muy tapadito, pero no terminó de limpiar el muletazo con un novillo áspero y poco permisivo. Metió la mano con aseo, pero doblaría con el golpe de cruceta.

Bruno Aloi saludó al primero de su lote, primero bregándolo y después, sin terminar de salir del tercio, se estiró con la seda, con gusto. Inició el último tercio con pases cambiados por la espalda, a pies juntos, apurando las distancias, sin probaturas. Continuó sobre la mano izquierda, buscando las distancias y el tiempo, acoplándose con un novillo que le pidió sitio. Cambió al pitón derecho, volviendo a la línea, tocándolo tratando de evitar los parones que le regalaba en mitad de cada muletazo. Metía la cara, pero a base de arreones, sin alcanzar una embestida uniforme, así que el mexicano trató de limpiar las tandas. Recuperó el toreo al natural, buscando la amplitud con los vuelos, pero sin que el de Baltasar Ibán ayudara. Se tiró a matar con todo, dejando una espada efectiva y rápida con la que el animal dobló, petición de oreja que quedó en ovación.

El novillo que marcó el ecuador de la tarde marcó su querencia descaradamente. Sergio lo bregó durante el saludo capotero por abajo, llevando la embestida. Brindó desde los medios y arrancó la faena con un tanteo por abajo, pasándolo por ambos pitones,muy despacio, dejándolo pasar con suavidad. Terminadas las probaturas trató de sacarlo de tablas, pero el animal se negaban frenándose, moviéndolo sin que se desplazara.  Se dispuso con el pitón derecho, muy encajado pasándolo sin sacarlo del tercio. Logró sujetarlo en la franela, robándole las embestidas, incluso mostrándolo por el pitón izquierdo. El empeño del novillero era sacarlo de tablas, logrando llevarlo a los medios. Allí,  le echó el pico de la franela, manteniéndolo de dos en dos, después se desligaba buscando la madera. Terminó en la querencia, jugando en su ventaja. Lo pasó un par de ocasiones más y lo pasaportó tras varios intentos con la cruceta.

Chicharro se fue directo a portagayola para recibir al segundo de su lote, para después estirarse por verónicas junto a las tablas. Dejó la montera a sus pies en los mismos medios y allí lo citó sin probaturas, en la larga distancia. Se lo ciñó todo lo que pudo y más. Después siguió con una tanda de intensidad por el pitón derecho, bajándole le mano, enganchándolo delantero. El animal tenía fijeza y se arrancaba con prontitud al cite de Chicharro que lo buscó y tocó, dándole chispa a la faena. Dosificó bien las tandas, acortándolas y dándole tiempo y sitio entre ellas. Siguió al natural, pero encontrando embestidas mucho más abruptas y violentas, buscando el cuerpo. Sería cuando retomara el pitón derecho, cuando en una de sus salidas le acabara echando mano, volteándolo feamente y cayendo en el firme aún peor. Quedó a merced del animal, pero después de que trataran de llevarlo a la enfermería, él quiso volver al ruedo para culminar el último tercio. Mató con una determinación absoluta.

Bruno Aloi cerraba la tarde con un sexto al que le costó encelar, pero al que fue ganando terreno hasta llevarlo a los medios, sería allí donde se pudiera estirar, encontrando la humillación del novillo, que le metió bien la cara. El mexicano se dispuso de rodillas, sin probarlo, dejando un cite largo, recibiéndolo junto a las tablas, aprovechando la inercia para ligarlo a su alrededor. Se fue a los medios, tomó la franela sobre el pitón derecho, ahora sí, teniendo que acortar distancias, dándole continuidad al dejársela muy puesta en la cara del animal. Entre tandas, buscaba los adornos, manteniendo al público lució metido en la franela. Siguió con la mano derecha, con cadencia, torería y despaciosidad. Sin embargo, acabó por rajarse, así que antes de que se le fuera a tablas, volvió a tirar del animal para sacarlo del tercio. De nuevo en los medios, cambió al toreo al natural, con un pitón izquierdo mucho más limitado que se le quedaba parado. No tardó en recuperar el derecho, con más armonía. Se le acabó rajando, así que cambió la ayuda por la espada y dejó una buena estocada, la gente pidió la oreja con fuerza, la cual una véz más el palco se la nego al igual que en el primero de su lote.

Ficha: Villaseca de la Sagra. Novillos de Baltasar Ibán. Los animales dejaron una durabilidad medida, pero aprovechable, con intensidad, presentando las complicaciones propias, aprendiendo rápido, con mejores entradas que salidas del muletazo. Sergio Rodríguez, ovación y ovación;  Alejandro Chicharro, palmas y dos orejas; Bruno Aloi, ovación con petición y ovación con petición.

 

Top