Castaño y «Mochuelo» destacan en Madrid

10 de septiembre de 2023/Patricia Prudencio Muñoz/Foto: Plaza 1

Madrid celebraba una corrida de toros en la que Paco Ramos, Damián Castaño y Luis Gerpe se midieron a los de Valdellán (1°, 2° y 3°) y José Luis Fraile. En la primera mitad del festejo destacaron el segundo de Valdellán, de nombre «Mochuelo», y Damián Castaño, que se midió al el. Lo de Valdellán marcó la tarde, siendo el mejor que saltó al ruedo. Lo de Juan Luis Fraile no dejó opciones, estas fueron nulas en la franela, ásperos y muy agarrados al piso, no terminaban de desplazarse, buscando y sabiendo lo que dejaban atrás. Damián Castaño dejó una vuelta al ruedo tras su gran faena con el destacable segundo, una faena de acople y entendimiento entre ambos, con un toro que derrochó muy buenas condiciones, destacando las series por el pitón izquierdo. Paco Ramos estuvo muy por encima, pudiéndole, dejando detalles de calidad con el primero de la tarde. No tendría tanta suerte con el de Juan Luis Fraile, que sin opciones lo pasaportó después de varios pinchazos. Luis Gerpe no tuvo opciones con los de su lote, al primero le faltó clase y al sexto entrega, sobrándole asperezas y violencia en sus embestidas.

Paco Ramos saludó al primero de la tarde con una brega llevada por abajo, sin llegar a estirarse con el. Culminó el tercio de varas y el animal salió afligido de los cuartos traseros. Pasó por banderillas entre protestas y pidiendo el cambio de toro. Se alcanzó la faena de muleta y Ramos lo tanteó por abajo, ganándole terreno a un toro que no se desplazaba. En el tercio, le pusó la muleta sobre el pitón derecho, uno a uno, muy despacio. Se cruzaba y buscaba el sitio, pero se le quedaba en mitad del pase y si tocaba la tela le soltaba la cara. Toque firme y mucha voz para encauzar una embestida corta y sin transmisión, todo se lo puso Ramos que le robó los pases uno a uno, echándoselo abajo y estirando todo lo que pudo.  Al natural no terminaba de pasar, era más áspero y tuvo que marcarlo con la ayuda el trazo.  Lo pasó y lo colocó en suertes pinchando.

Le siguió otro astado de Valdellán al que Damián Castaño tuvo que ir a buscar, salió suelto. Fue a los terrenos de sol para encelarlo abajo y llevarlo hasta los medios. El animal se empleó en el caballo tras el gran puyazo de Rafael Agudo. Castaño hizo su brindis particular e inició la faena, con trasteo por ambos pitones, llevándolo por alto, ganándole terreno. Continuó con la mano derecha, pasándolo en largo, encontrando acople con el animal, tirando hacia adelante, con movilidad y repetición. El animal metía la cara y aprovechó la inercia del primer muletazo para darle continuidad. Lo pasó con desmayo al natural, ralentizando las embestidas, alcanzó un «olé» unánime en los tendidos. Había entendido al de Valdellán y lo estaba exprimiendo. Siguió sobre el izquierdo, con un toro fijo en la muleta y que seguía metiendo la cara, tragándose los naturales sin deslucir. Le metió la espada al segundo intento.

El tercero se emplazó a su salida, pero después de que Gerpe tirase del animal, logró dejar algún que otro lance, pinceladas para el saludo capotero. Brindó al público y comenzó la faena con un breve trasteo por ambos pitones. Tiró del animal y lo sacó de las tablas. Encontró series de acople por abajo pero sin llegar a conectar con los tendidos. Se puso sobre el pitón izquierdo, uno a uno con un toro parado que no ayudaba nada. No tardó en recuperar la mano derecha, pero le costaba atender al cite, así que el espada tiró de recursos para darle cuerpo a una faena sin opciones. No alargó, así que se fue a por la espada. Cerró por manoletina y lo volteó feamente, aunque sin aparentes consecuencias. Lo cuadró y le metió el acero con aseo.

Marcó el ecuador del festejo un toro de Juan Luis Fraile en las manos de Paco Ramos. Aunque antes de entrar en la seda se emplazó, dificultando así el inicio del saludo capotero, que se desarrolló con la brega por abajo. El astado no quiso nada con el caballo. La lluvia irrumpió con fuerza durante el tercio de varas. Se alcanzó la faena de muleta entre el desconcierto, iniciándose con un tanteo por ambos pitones con el que le fue ganando terreno. Uno a uno sobre el pitón derecho trató de pasarlo, pero el toro no pasaba. Sin alargar más una faena que no tenía nada. Falló con la espada.

Después de que se probara el piso, Damián Castaño decidió tirar hacia adelante, dando la orden para que saliera el siguiente toro. El espada lo saludó con una brega llevada. Pasaron los tercios de varas y banderillas y tomó la franela. Le dio tiempo y sitio en un inicio de máximos cuidados, evitando que perdiera las manos, claramente mermado después del caballo. Arremetía como podía, defendiéndose, había que respetar el compás que este marcaba, llevándolo, sin tratar de componer. El astado cada vez se quedaba más corto, no pasaba y sabía donde dejaba el cuerpo. Castaño, que no se quitó la montera durante la faena, decidió cambiar la ayuda por la espada. En la suerte suprema se le fue directo al pecho, volteándolo sin consecuencias.

Cerraba la tarde un toro de Juan Luis Fraile en las manos de Luis Gerpe, que lo pasó por ambos pitones, recogiendo la embestida en la seda, muy despacio. El animal le echó las manos por arriba, abriéndose en exceso. Se fue bordeando las tablas hasta encontrarse con el de Juan Luis Fraile, pasándolo pero sin fijarlo. Logró meterlo y seguir con el tanteo, pero perdió las manos, por lo que no pudo bajarle el engaño. Lo pasó de uno en uno, pase a pase sobre el pitón derecho, metiéndose en sus terrenos y empujando con el animal para que terminará de pasar. Le soltaba la cara en mitad del pase, le punteaba la tela, soltándole la cara y buscando. No hubo uniformidad en su embestida, pero disposición por parte de Gerpe, que insistió hasta las últimas consecuencias, sabiendo que se lo podía llevar por delante en cualquier momento. Empezó a caer la lluvia con fuerza, pero no desistió, siguió, ahora por el derecho, con un toro que ya no pasaba. Lo cuadró y al segundo intentó metió la espada.

Madrid. Toros de Valdellán y Juan Luis Fraile. En la primera mitad del festejo destacaron el segundo de Valdellán, de nombre «Mochuelo», siendo el mejor que saltó al ruedo. Lo de Juan Luis Fraile no dejó opciones, estas fueron nulas en la franela, ásperos y muy agarrados al piso, no terminaban de desplazarse, buscando y sabiendo lo que dejaban atrás. Paco Ramos, silencio tras aviso y silencio; Damián Castaño, vuelta al ruedo y ovación; Luis Gerpe, silencio y silencio tras aviso.

Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio.

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