11de septiembre de 2023/Patricia Prudencio Muñoz
Arganda del Rey celebraba la penúltima novillada de su Feria, siendo Diego Bastos, Marcos del Rincón y Cristiano Torres los que se midieron a los astados de Fuente Ymbro. El encierro variado de presentación y comportamiento, destacando el segundo y el quinto, con una entrega absoluta y fondo, repitiendo con ritmo en la franela. El segundo fue noble y con clase y el quinto tuvo bravura en una faena que se vino a menos. Diego Bastos y Cristiano Torres pasearon las únicas orejas de la tarde, una para cada uno. Fue un festejo complejo y áspero, teniendo que calcular las distancias sin asfixiar las embestidas. Cristiano Torres derrochó un valor seco que asustó al miedo, midiendo muy bien los tiempos, imponiéndose con dominio a los de su lote. Bastos tuvo opciones con el quinto, pero no fue a más la faena. Marcos del Rincón estuvo con el tira y afloja, buscando las teclas a los de su lote.
Abría la tarde Diego Bastos con un novillo que le apretó y lo llegó a desarmar hasta en dos ocasiones. Lo recibió de rodillas y después se estiró con el. Se alcanzó la faena de muleta con un trasteo por abajo, sacándolo de las tablas hasta llevarlo a los medios. Una vez cambiados los terrenos, se cruzó, tocó y llevó en línea, con firmeza. Dosificó en tandas cortas, muy medidas, evitando que lo sorprendiera, pero en una de las medias arrancadas lo prendió muy feamente, volteándolo, quedándose entre los pitones. Tuvo que marcarlo, pero soltaba la cara a su paso, dificultando la labor del novillero. No alargó mucho más la faena, se puso, le sacó lo poco que había, pero poco a poco iba tornando en más violento, no pasaba. Lo mató al tercer intento.
Salió el segundo de la tarde al ruedo, al que saludó Marcos del Rincón, tratando de encelar y ganar terreno a un animal suelto, pero que cuando entraba arremetía con fuerza. Se alcanzó el último tercio y Marcos lo fue pasando por ambos pitones hasta sacarlo del tercio, ya en los medios, se echó la muleta a la mano derecha y empezó a torear. Le dio sitio y tiempo entre tandas, para después adelantarle la mano a un novillo que tenía fijeza y prontitud al cite. Cambió al natural, ante unas embestidas de clase y lentas que se dejaron llevar detrás de los vuelos y directrices del espada. Alargó el trazo, toreando de riñones, dando mayor longitud. Volvió al pitón derecho, encontrando una tanda ligada por abajo que culminó con un pase cambiado. Cerró por manoletinas y una buena estocada.
Cristiano Torres dejó un saludo capotero medido y muy ajustando, en el que le ganó terreno tirando del animal hacia adelante. El espada decidió dejar un inicio de intensidad, se dispuso de rodillas, sin probaturas, dejando un pase cambiado por la espalda, apurando las distancias. Sobre el pitón derecho dejó una tanda de toque y deslizar, metiéndolo en la franela. El animal soltaba la cara y buscaba, quedándose corto, muy encima al salir del muletazo. Tenía que perderle pasos y recomponer. Aquel pitón se le ajustaba demasiado, así que cambió al izquierdo, buscándolo abajo, en largo, sin margen de error. Raza y valor seco ante el peligro sordo. Decidió continuar al natural, con un pitón ligeramente más comedido, en el que se impuso el espada a base de poder. Se cruzó le dio suavidad ante la aspereza del tercero. Recuperó la mano derecha, tocándolo en la cara, tirando y marcando, llevándolo muy tapadito. Falló con los aceros, logrando hundirlo al tercer intento.
Marcaba el ecuador de la tarde un novillo bien presentado y de buen comportamiento en el capote de Bastos. Se alcanzó la faena de muleta, con un toro repetidor y acometedor, que se mantuvo fijo y noble en la muleta, con clase y bravura. El espada lo tanteó, pero no tardaría en montar la muleta en la mano derecha, para tocarle delante y barrer el firme, encontrando la ligazón ante un novillo que seguía embistiendo metiendo la cara abajo y colocándola. Lo desarmó y eso paró el ritmo de la faena, cuando volvió lo hizo sobre el izquierdo, con un toque delantero que encauzaba la embestida. Después le dejó tiempo para no atropellar los naturales, limpiándolos uno a uno. Recuperó el pitón derecho, dejándosela puesta, esperando el encuentro y ya enganchar la embestida. Acortó las distancias, asfixiando al animal, viniéndose la faena a menos. Lo colocó en la suerte suprema y dejó un espadazo.
A Marcos del Rincón el segundo de su lote le apretó y exigió, arremetiendo con genio en el capote. Dejó un inicio lento y cadencioso en el que lo fue sacando al paso. Una vez hechas las presentaciones tiró del animal y lo llevó a los medios, para torearlo sobre el pitón derecho. Se asentó con un novillo noble y obediente que le metió bien la cara, repitiendo. No tardó en mostrarlo al natural, abriendo algo más el compás, pero siempre dejándole los vuelos para recoger la embestida y devolverlo a la faena. Hubo miradas e intenciones de marcharse, pero Marcos lo mantuvo dentro, a base de pases que no llegaron a calar en los tendidos. Falló con la espada.
Saludó al sexto Cristiano Torres con un saludo bregado en el que lo llevó por abajo. Inició la faena después de un excesivo tercio de varas y un pasable de banderillas. Tras el tanteo inicial, siguió sobre el pitón derecho, buscándolo y tocándolo para meterlo. Tocó y deslizó envolviéndolo a su cintura, aunque tuvo que parar y recomponer en mitad de las series, limpiando las asperezas y templando la embestida. Al natural le echó la franela delantera y le volvió a dar longitud a los pases jugando con los vuelos del engaño, con los que lo marcó y citó abajo. Exposición y definición del novillero ante un astado al que había que poderlo. Volvió a tirar del astado y sacarlo a los medios, continuando sobre el pitón izquierdo, cruzándose y llevando, sin asperezas, limpiando el muletazo a su salida. Se impuso a base de dominio con la mano baja. Culminó con quietud, dándoselos uno a uno, apurando hasta que no pasó y lo prendió feamente. Culminó con una espada con la que tardó de doblar.
Arganda del Rey. Novillos de Fuente Ymbro. El encierro variado de presentación y comportamiento, destacando el segundo y el quinto, con una entrega absoluta y fondo, repitiendo con ritmo en la franela. El segundo fue noble y con clase y el quinto tuvo bravura en una faena que se vino a menos. Diego Bastos, ovación y oreja; Marcos del Rincón, ovación y silencio; Cristiano Torres, ovación tras aviso y oreja tras aviso.