Daniel paseó las dos orejas de un tercero donde demostró el momento de madurez por el que pasa, rozando su segunda Puerta del Príncipe con un sexto a menos. El Juli se despidió del Sevilla y del toreo cortando una oreja al toro de su despedida tras una labor de gran pulso y temple a un cuarto con virtudes. Por su parte Castella anduvo sin cogerle el pulso requerido al buen segundo en una tarde de gran ambiente en los tendidos
1 de octubre de 2023/Pablo López Rioboo/Fotos: Emilio Méndez
Sebastián Castela -que sustituía a Morante-, El Juli en su adiós del toreo y Daniel Luque hacían el paseíllo este domingo en la última de la Feria de San Miguel. Se lidiaba un encierro de Garcigrande. Pero la primera ovación, con La Maestranza en pie, fue para Julián en el día de su retirada definitiva de los ruedos.
El Juli se estrella con el manso y parado primero
No tuvo opción alguna Julián con el primero, un desrazado animal de Garcigrande que nunca se empleó. Ya de salida se quedó cortito, algo que obligó al madrileño a sacárselo fuera del tercio. Se le midió en el jaco para llegar al tercio de banderillas con algo de fuelle, pero el astado no tenía nada dentro, siempre embistiendo por dentro y soltando la cara. Julián intentó buscarle las vueltas, pero el toro no quiso ir hacia adelante acabando rajado. Tras dejar un pinchazo se atascó con el descabello, siendo finalmente silenciado.
Castella no pasa de correcto con un segundo que acabó rajado
“Amador” llevaba por nombre el segundo, un toro más hondo y cuajado que el que hizo primero. El de Garcigrande, herrado con el hierro de Domingo Hernández, acometió con celo al capote del francés en un recibo rodilla en tierra muy jaleado por los tendidos. Castella se gustó y gustó ante un astado que la tomó con clase por el izquierdo, yéndose a los vuelos de un templado capote cerrado por una media de cartel. Volvería a tomar el capote para replicar un extraordinario quite por verónicas de Daniel Luque, el cual acarició la embestida del animal con tres verónicas y una media para enmarcar. El de Garcigrande mantuvo el galope y la clase en un tercio de banderillas donde José Chacón daría otra clase de lidia capotera saludando montera en mano junto a Viotti. Estoico fue su inicio de faena pasándose al animal por la espalda en una baldosa, pero Sebastián apostó por el derecho cuando su pitón era el izquierdo. Tres series en redondo donde no acabó de cogerle la velocidad a un animal al que le faltó mayor clase por ese pitón. Por el izquierdo volvió a irse tras los vuelos en una tanda desigual donde acabaría cantando su mansedumbre al querer irse a tablas. Castella intentó torearlo a favor de obra, pero el toro ya había cantado la gallina dando todo lo que llevabadentro. Faena a menos que sería finalmente ovacionada tras dejar una estocada trasera.
Luque cuaja una faena de gran verdad ante el complejo tercero
El tercero de la tarde fue un animal complejo de analizar de Garcigrande, un astado que ya de salida mostró que su pitón iba a ser el izquierdo. Daniel le dio sus tiempos, no lo castigó en exceso en el jaco y dejó que su cuadrilla le diera distancias en el cite. Su condición de mansito fue la que le hizo apretar en un tercio de banderillas donde saludó Iván García. Daniel, inteligentemente, se lo fue sacando poco a poco a los medios para quitarle la querencia en un gran inicio por bajo con un pase de pecho de pitón a rabo. Aprovechó las querencias de toro, no dejándole pensar y llevándolo empapado en la pañosa con toques fuertes y fijadores. Muy inteligente estuvo el de Gerena toreando a media altura a un astado que embistió con cierto genio. Siempre perpendicular a tablas para aprovechar el mejor viaje de un toro que en sus manos fue a más. Muy de verdad anduvo Daniel consciente que debía tragar a derechas para una vez la faena tomara vuelo coger la mano izquierda, un pitón por el que siempre la tomó con mayor franqueza. Lo llevó largo, apretándole por abajo y desenmuñecando para quedarse para el siguiente natural. Acertó en terrenos y alturas ante un toro que duró lo que duró gracias al prodigioso momento de lucidez que vive el de Gerena. Faena de poder y mando de un espada que no acusó la lesión que venía arrastrando. Tras una estocada, un pelín tendida paseó las dos orejas del animal.
El Juli se despide de Sevilla y del toreo cortándole una oreja al cuarto de la tarde
“Saleroso” llevaba por nombre el último toro de esta etapa del madrileño en los ruedos, un astado con buena clase, pero justito de motor, un animal con el que el madrileño realizó una faena de menos a más. Se fue a la puerta de chiqueros para recibirlo con una larga más allá del tercio. Paladeó el toreo a la verónica en un recibo saliéndose con el animal hasta casi el centro del anillo, para más tarde dejar un garboso quite por chicuelinas cerrado con una tijerilla muy torera. El de Garcigrande seguía manteniendo su temple y buena clase, pero parecía andar afligido en un tercio de banderillas donde saludó Fernando Sánchez tras un par de enorme mérito. Julián sabía que tenía que ir poco a poco sacándole el buen fondo que tenía un astado que le costaba, por su fuerza, el último tramo del muletazo, de ahí que no le apretara. Gracias a su buena colocación y a los toques suaves, el animal fue poco a poco alargando su viaje hasta llegar una tanda al natural de gran cadencia. Fueron de uno en uno, pero no importó. Volvería a la derecha para abrochar su faena con una tanda en redondo donde sí le pudo aproar a un astado que sí respondió ante la muleta de Julián. No fue la labor que soñaba para despedirse de Sevilla, tampoco lo fue el animal, pero ya era lo de menos. La oreja otorgada, no sin suspense final, cuantifican en la estadística, pero eso ya a estas alturas vale de poco.
Castella pecha con el insulso y parado sexto
Al igual que El Juli, Castella también se fue a la puerta de chiqueros para recibir al quinto, un toro hondo de la divisa salmantina que pecó de sosería, esa que no ayudó en nada a levantar una faena pulcra, pero que nunca llegó a los tendidos. El astado de Garcigrande, sin celo ni codicia, tenía la virtud de colocar la cara en el embroque, pero luego no tenía continuidad, saliendo distraído y con la cara por las nubes. Acertó en perderle pasos, en no alargarle el viaje tras la cadera, pero Castella no veía por donde meterle mano a un toro con nobleza pero con poca vida. Faena larga la de un espada que no consiguió elevar el tono de una labor plana que acabó por aburrir al respetable.
Luque roza la del Príncipe tras una encajada faena al sexto
Daniel sabía que tenía entreabierta la Puerta del Príncipe tras su gran faena al tercero, de ahí que no quisiera dejar pasar este tren. Delante tuvo a un toro complejo de Garcigrande, un animal que manseó como toda la corrida, pero que después tuvo virtudes que canalizó en su muleta el de Gerena. Brindó a Ojeda para comenzar su labor, dejándole la muleta puesta y tirando de un astado que todo lo hizo galopando. Se desplazó el de Garcigrande tomándola por abajo y ralentizándose en sus embestidas. Cadenciosas fueron esas dos primeras series donde Luque pudo saborear los muletazos enganchando al toro delante y soltándolo muy atrás. Por el izquierdo fue diferente, quedándose siempre cortito y acortando el viaje. Volvió a la derecha con el toro ya apagadote, siempre perdiéndole pasos y desenmuñecando en el momento preciso para que “Fondero” se la encontrase siempre en la cara. Pero el toro ya había dicho basta, ya había dado todo lo que tenía dentro, unas embestidas con ritmo y en ocasiones haciendo el avión. Decidió matar al animal en el centro del anillo, y pese a la petición del respetable todo quedó en una cerrada ovación desde el tercio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Última de la Feria de San Miguel. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Garcigrande, correctos de hechuras. De mansa condición el parado y rajado primero; de buen ritmo y entrega a zurdas el mansito segundo; de interesante pitón izquierdo el mansito y complejo tercero; con nobleza y cierto temple el medido de fuerzas cuarto; sin chispa ni celo el noble pero apagado quinto; con buen ritmo y profundidad a derechas el mansurron sexto.
El Juli (sangre de toro y oro): silencio y oreja.
Sebastián Castella (marino y oro): ovación y silencio.
Daniel Luque (verde oliva y oro): dos orejas y ovación.
Incidencias: Saludaron José Chacón y Rafael Viotti en el segundo.