22 de marzo de 2024/Mar Muñoz/Foto: Patricia Prudencio
Valdilecha albergó una corrida de toros clasificatoria de la Copa Chenel. Esta estaba fijada para el pasado 2 de marzo, pero las inclemencias meteorológicas obligaron a posponerla, celebrándose este viernes 22 de marzo. El cartel lo componían Alfonso de Lima, Alejandro Marcos y Alejandro Mora, que sustituía al lesionado Álvaro Alarcón. La terna se midió a los ejemplares de Javier Gallego (1°, 5° y 6°) y Salvador Domecq (2°, 3°, 4° y 4°Bis). Los animales dejaron un juego escaso y de nulas opciones en la tarde, sus condiciones y la poca fuerza que mostraron en la tela imposibilitaron las faenas. Algunos se lastimaron en los lances de recibo. Hubo que torear con muchas teclas, desarrollando faenas de ganas y empeño, pero sin materia prima. Se lucieron detalles de Alfonso de Lima, con el abreplaza y más destacado de la tarde, y Alejandro Mora, también con el primero de su lote, ya que Alejandro Marcos bailó con las más feas de la tarde.
Alfonso de Lima saludó al primero de la tarde, un toro de nombre “Granadita” de Javier Gallego, con una larga cambiada para después estirarse con el. Se alcanzó la faena y empezó pasándole por ambos pitones hasta sacarlo a los medios. No le sobraban las fuerzas y tenía demasiadas teclas, teniéndole que llevar muy en linea, tratando de llevarlo, pero tuvo que darle tiempo. Con mucho temple le fue pasando en su muleta y con un molinete y un pase de las flores ligó la siguiente tanda en redondo, cerrando con el de pecho. Al natural le fue llevando a media altura, dándole el pecho para tirar de el de uno en uno. Aún así, a la faena le faltaba ritmo, ritmo que no le puso el noble primero. Retomó el derecho por donde parecía tener algo más, aún mostrando algún que otro natural de expresión. Ligó una tanda y fue a por el estoque, hizo su epílogo y le colocó en suerte. Falló con la espada.
Alejandro Marcos recibió a “Dureño” de Salvador Domecq, estirándose por verónicas. Genuflexo, en el tercio, lo fue probando, pero tras lastimarte en el capote, no le sobraban las fuerzas, por lo que el animal cayó al suelo. Le dio tiempo y le citó desde los medios para torearlo por el derecho, pero parecía imposible, porque volvió a caer. No había forma de hacer faena, se caía constantemente y buscaba. Se puso al natural y no hubo forma, por lo que tomó el estoque y lo mató con aseo.
Alejandro Mora recibió a “Avispa” de Salvador Domecq con un lucido ramillete de verónicas. Inició el tercio de muleta obligándole para sacarlo a los medios. Por el derecho comenzó su faena, perdiéndole pasos y mostrando la muleta para tirar de el y ligar los pases. Le giraba la muñeca para dar amplitud al muletazo y envolvérselo. Cambió al natural y el animal mostraba fijeza y seguía el engaño. A cambio, Alejandro le recetó los naturales de uno en uno, con despaciosidad, pero se interrumpió la continuidad porque lo desarmó. Se recompuso y siguió por ese pitón, con la media diatancia, toque, voz y pase. Sin alargar faena fue a por la espada, cerró con unos lucidos pases por el pitón derecho, le cuadró y pinchó.
Alfonso de Lima paró a “Azucarito” de Salvador Domecq con unos lances de recibo en los que se partió el pitón contra el suelo y tuvo que ser devuelto. Salió el sobrero otro de Salvador Domecq, “Vándalo” al que bregó en el saludo capotero. El animal mostraba una falta de fuerza manifiesta, se cayó en las entradas al ccaballo y se fue prácticamente sin picar. Le fue sacando a los medios, probándole por ambos pitones, pero había que llevarle con pinzas, se caía en cuanto le bajaba la mano. Con el derecho, intentó comenzar una faena difícil por la falta de trasmisión y fuerza del animal. Le dio tiempo y lo intentó al natural, perdiéndole pasos y llevándole a media altura le iba robando pases. El animal pasaba y el de Lima intentó poner lo que le faltaba al animal. Retomó el pitón derecho, dejando muletazos con gusto en el uno a uno, pero el animal carecía de clase. Con un pase de las flortes ligó uno en recondo, enroscándose con el, logrando otro invertido que fue aplaudido en el tendido. Giraba la cintura para acompañar el muletazo. Cerró bajándole la muleta, dejando bonitos muletazos. Le cuadró y pinchó varías veces.
Alejandro Marcos bregó a “Grajillo” de Javier Gallego, un toro complejo que buscaba y que llevaba un peligro anunciado. Genuflexo le fue sacanso, hasta que se cayó el animal. Se puso por el derecho, pero le soltaba la cara con derrotes secos. El animal no atendía al cite, ni queria pasar, así que le probó con el mismo resultado por el izquierdo. Tuvo que ir a por la espada para pasaportarle.
Alejandro Mora bregó con “Madroñito” de Javier Gallego en su saludo capotero. No le sobraban las fuerzas al animal. Por el derecho se puso a torear, bueno lo intentó. No humillba y si le obligaba perdía las manos. No atendía al cite y soltaba la cara, por lo que Alejandro le dio sitio y le citó de lejos para aprovachar la inercia, pero se quedaba a medio pase exponiéndose en cada uno de ellos. Insistía en hacer faena y casi le prende. Incluso lo buscó con la mano izquierda, pero se negaba a pasar y miraba insistentemente. Volvió a montar la muleta, intentando lo imposible y exponiéndose. Lo mató como pudo tras varios intentos.
Valdilecha. Toros de Javier Gallego (1°, 5° y 6°) y Salvador Domecq (2°, 3°, 4° y 4°Bis). Los animales dejaron un juego escaso y de nulas opciones en la tarde, sus condiciones y la poca fuerza que mostraron en la tela imposibilitaron las faenas. Algunos se lastimaron en los lances de recibo. Hubo que torear con muchas teclas, desarrollando faenas de ganas y empeño, pero sin materia prima. para Alfonso de Lima, silencio tras aviso y silencio tras aviso; Alejandro Marcos, ovación y palmas; Alejandro Mora, ovación y palmas.