Molina y Hernández, Puerta Grande en Valdemoro

4 de mayo de 2024/Mar Muñoz/Foto: Patricia Prudencio

Valdemoro reabría su plaza de toros con un lleno absoluto y ambiente taurino, albergando la última corrida de toros de la segunda fase de la Copa Chenel. En el cartel se anunciaban los matadores de toros Thomas Joubert, Molina y Víctor Hernández que se midieron a los de Ángel Luis Peña (2°, 3° y 4°)  y Flor de Jara (1°, 5° y 6°). Los toros, en líneas generales, permitieron el lucimiento, con sus matices y teclas que tocar. Thomas Joubert tuvo aplausos de reconocimiento en sus actuaciones, en las que no estuvo acertado con la espada. Molina llegó para decir «aquí estoy», dejando clase y torería con su primer toro, al que cortó una oreja y el presidente le negó la segunda. Ante el quinto cortó otro apéndice de peso, lo que le valió para abrir la puerta grande. Víctor Hernández también cortó otras dos orejas, una en el tercero y otra en el sexto, acompañando a hombros a Molina.

Con unos lances de recibo, para déspues estirarse a la veronica, paró Thomas Joubert a «Calleja», con el hierro de Flor de Jara. Tras brindar al respetable, por estatuarios lo pasó por ambos pitones en el tercio, para después seguir llevándolo por el pitón derecho. Le dio tiempo y cambió al natural, perdiéndole pasos, citándole y tirando del animal con el uno en uno. Le faltaba acople y temple. Volvió al pitón derecho y se enroscó con el en una tanta infinita en la que el animal iba embebido en la muleta. Tenía fijeza y seguía el engaño, pero reponía con facilidad y no le puso las cosas fáciles a Joubert. Le mató en mitad de una tanda y falló, quiso sorprender. Le volvió a cuadrar y hundió el estoque con acierto.

Molina se estiró y lució a la verónica con «Alcalde I» de Ángel Luis Peña. Se realizó un gran turno de quites de pique, de mucha torería y variedad. De hinojos en el centro del ruedo citó Molina en la larga distancia a «Alcalde», ajustándoselo, para después seguir por el derecho enroscándose con el. Siguió por ese pitón, con torería en tandas cortas. El animal respondía al mando del matador y colocaba la cara humillando. Logró una tanda aplaudida en el tendido. Le dio tiempo y dándole el pecho volvió a su faena. Cambió al pitón izquierdo, llevándole lejos con naturales largos y profundos, derrochando cadencia y torería. Siguió tras un desplante por ese pitón con despaciosidad, girando la muñeca para enroscarse con el. Se lució con pases invertidos en redondo y aguantó entre sus pitones con largos desplantes antes de ir a por la espada. Le cuadró y lo mató con acierto.

Genuflexo se fue estirando Víctor Hernández con «Asistente», también con el hierro de Ángel Luis Peña en su saludo capotero. De rodillas en los medios lo recibió con un pase cambiado por la espalda para comenzar su faena. Montó la muleta y por el pitón derecho comenzó a ligar pases con despaciosidad. Le dio tiempo y comenzó su toreo al natural, por el pitón izquierdo, asentándose de uno en uno. Al animal le faltaba ritmo, pero atendia y seguía el engaño. Siguió al natural, robándole los pases entre miradas. Retomó el derecho, buscando recursos de su tauromaquia para buscar el lucimiento que al animal le faltaba. Se puso entre pitones para buscar la atención del respetable. Tomó el estoque, le colocó en suerte y le hundió el acero hasta la empuñadura.

Con unos delantales logró lucir su saludo capotero Thomas Joubert con «Jabalí» de Ángel Luis Peña. Con un molinete en el tercio para seguir al natural quiso dar comienzo a su faena el francés. Siguió por ese mismo pitón, de uno en uno, poniendo todo lo que le faltaba a un animal reservón. Cada vez se quedaba más parado, a medio pase, y se metía por dentro. Tomó la muleta con la mano dercha y le robó los pases de uno en uno con la misma tónica que mostró por el izquierdo. Tenía que citar, tocar con firmeza y brusquedad para llevarle metido en la muleta y lograr medio pase. Así lo fue pasando ante el reconocimiento del público. Alternó pitones y siguió con el uno en uno y su ritual para conseguir los pases. Tomó el estoque, hizo su epílogo por pases por alto, le cuadró y pinchó.

Molina fue bregando al segundo de su lote, llevándolo por abajo hasta cerrar con una media a «Pescador», de la ganadería de Flor de Jara. Rey y Sánchez recibieron una sonora ovación en el tercio de banderillas. Genuflexo le fue sacando a los medios, probándole por ambos pitones. Con la mano derecha siguió su lidia hasta que le desarmó. Se repuso y cambió al natural, llevándole con pases largos y templados de uno en uno, pero el animal se metía por dentro, avisando reiteradas veces a Molina que tuvo que aguantarlo. Retomó el derecho, bajándole la mano y llevándolo tapadito para intentar ligar, siempre con la pierna atrás y girar. Volvió al natural y al peligro sordo y las miradas. A pies juntos, girando la cintura, acompañando la embestida logró unos bonitos pases que calaron en el tendido.

Víctor Hernández bregó al cierraplaza «Ropero» de la ganadería de Flor de Jara, con el que logró estirarse. Genuflexo en el tercio comenzó su faena, siguió por el derecho ligando los pases y logrando una tanda reconocida en el tendido. Siguió con pases largos y profundos por ese pitón. Al natural le dió tiempo y sitio antes de ligar por ese pitón. Le bajó la mano con cadencia y cerró con el de pecho, buscando el lucimiento en el uno a uno. Retomó los pases con la mano derecha, girando la muñeca para dar amplitud al muletazo, luciéndose con un cambio de mano. Logró matarlo al segundo intento.

Valdemoro. Toros Ángel Luis Peña (2°, 3° y 4°)  y Flor de Jara (1°, 5° y 6°). Los toros, en líneas generales, permitieron el lucimiento, con sus matices y teclas que tocar. Thomas Joubert, saludos y silencio; Molina, oreja y oreja; Víctor Hernández, oreja y oreja.

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