Destaca la intensidad de Diego Ventura y firmeza de Ginés Marín en Madrid (Fotos y Video)

26 de mayo de 2024/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

Las Ventas celebraba la primera corrida mixta de la Feria de San Isidro. El rejoneador Diego Ventura y los matadores de toros Cayetano y Ginés Marín se midieron a los ejemplares de la ganadería de Capea, Montalvo y José Vázquez (6°Bis). Los de Capea fueron dos toros con fijeza, movilidad y entregados que se prestaron a las demandas de Ventura, permitiéndole desarrollar faenas de intensidad y calado. Los de Montalvo resultando irregulares, no se entregaron, con embestidas poco uniformes, arremetiendo en sus salidas, quedándose cortos, siendo inciertos y de escasa duración. El cuarto tuvo mayores oportunidades en una tarde de matices pero sin rematar. Ventura estuvo cumbre en su primera actuación, llevando a un buen toro muy metido con el que encontró acople y lucimiento. Cautivó con el cuarto en una faena de intensidad y vibrante ante un público totalmente entregado, pero falló con el rejón de muerte. Cayetano no pudo hacer mucho con el primero de su lote, tampoco se impuso. Pasó sin pena ni gloria, dejando ir a un quinto de opciones con el que no se terminó de acoplar. Ginés Marín tuvo escasas opciones con el tercero, un toro sin clase ni entrega en la tela ante el que desarrolló una faena de tira y afloja. Con el sobrero quiso, pero no pudo sacarle más.

Salió el primero de la tarde, al que Ventura dejó el primer rejón de castigo, llevándolo ligado con la grupa. Cambió de caballo y le corrió las tablas, con un toro totalmente ensimismado en las demandas de Ventura y «Fabuloso». El animal era pronto y tenía buen son en su embestida, siguiéndolo con movilidad y contribuyendo al lucimiento. Las banderillas se las dejó al quiebro, no sin antes torearlo con la grupa en unos terrenos comprometidos, apurando mucho las distancias con «Bronce». Siguió con las cortas y las rosas, no sin antes sorprender haciendo el teléfono. Culminó con un rejón de muerte que no fue todo lo rápido y efectivo que se esperaba.

Se iniciaba el toreo a pie con Cayetano, que saludaba al segundo de la tarde. El diestro lo saludó en la franela junto a las tablas, genuflexo, a un toro que tenía unas salidas un tanto deslucidas. Decidió ponerse al natural, pero sin alcanzar a limpiar el muletazo con un toro que se estaba quedando corto. Cambió de mano y empezó a llevarlo por el derecho, sin medir bien las distancias, sin encontrar los terrenos con un animal que ni templó ni supo ver. Siguió alternando pitones, desarrollando una faena atropellada con un toro de embestida justa. No hubo gobierno en aquella faena con el de Montalvo sin clase ni entrega.No hubo acierto con la espada.

Ginés Marín se estiró con el tercero de la tarde, en un saludo breve. Se alcanzó la faena de muleta y Ginés salió a los medios para brindar al público. Inició la faena a pies juntos, pero estuvo a punto de llevárselo por delante. Así que continuó con un trasteo por ambos pitones para después disponerse al natural. Le citó con firmeza, adelantándole la mano a la cara. Al animal le costaba entrar al primer pase, los demás vendrían más seguidos, aprovechando la inercia el matador, dejándosela puesta. Continuó por el derecho, tocando, llevando y recogiendo para darle cierta continuidad a la tanda. Era algo incierto en su embestida, esperándole. Logró limpiar el muletazo, a pesar del viento y aquella embestida del de Montalvo. Arrastró al animal detrás de la tela, dándole mayor orden y pulcritud al muletazo. Volvió al natural, llevándole de uno a uno, intentando colocarse al final de cada pase para no deslucir y ahormar la embestida en la tela. Fue un tira y afloja con un toro que poco colaboraba, pero al que trató de buscar las teclas en una faena larga y que culminó metido entre pitones. Metió la espada después de escuchar el primer aviso.

Ventura lo enceló en la grupa hasta pararlo en los medios, allí lo dejaría para arrancarse hacia el y dejar el primer rejón de castigo al quiebro. Lo esperó, lo enceló y lo ligó para volver a repetir el mismo proceso con este segundo rejón de castigo. Sin embargo, el animal andaba más pendiente de mirar las tablas. Había que llevarlo muy metido para que no se saliera de la faena. Cambió y salió con «Nómada» para coserlo a la grupa y torearlo, llevándolo muy ceñido, tapándole la cara. En las banderillas le buscó en la larga distancia para que en el encuentro se pudiera lucir al clavárselas. Se lució con este caballo, haciendo piruetas en la cara del cuarto, generando una gran expectación en torno a su actuación. Siguió con «Lío», ante un público entregado que le acompañó con palmas para dejar los palos. Buscó que se le arrancara, siendo «Lío» el que citara al toro. Optó por salir de nuevo con «Bronce» al que le quitó la cabezada y poner un par dando el pecho, culminó envolviéndolo y con un «Bronce» tratando de morder el pitón al toro. Con «Guadiana» dejaría las rosas y ya se cambiaría el tercio. Falló con el rejón de muerte. El toro tardó en doblar y Ventura decidió esperar a que se echara.

Cayetano saludó al segundo de su lote, bregándolo, recogiendo la embestida y envolviéndolo en la tela. Brindó desde los medios y se fue directo a las tablas para recibirlo en la muleta, pasándolo por ambos pitones, alternando pases por alto y por bajo con un toro pronto que atendía con obediencia. Se echó la muleta a la mano derecha, tratando de asentarse,  con cierta desconfianza, con un ejemplar de Montalvo que le metió bien la cara y tenía opciones. Lo pasó y lo pasó, intentándolo incluso al natural entre titubeos. Tiró de el sin definir la embestida ni la faena, no tuvo forma. Siguió por el derecho, pero no se acoplaba con el. No tuvo acierto con la espada.

Ginés Marín trató de saludar al sexto en un recibo que no le permitió estirarse ni lucirse. La presidencia terminó por devolver al toro a corrales, en su lugar saldría el primer sobrero de José Vázquez. Ginés lo saludó, tratando de encelar en su capote a un toro suelto y sin interés en la tela. Tampoco quiso vérselas con el caballo y el público empezaba a pedir el cambio. Se alcanzó la faena de muleta y Ginés le brindó a Curro Vázquez. Inició el tercio toreando sobre el pitón izquierdo, llevándolo en largo. Tiró de el, lo probó y se decidió por el derecho, con un toro con el que no terminaba de ver los terrenos. Continuó, abriéndolo, dándole salida, al tira y afloja con los pasos. Encontró cierta continuidad con un toro que embestía llevando la cara a media altura. Siguió por el derecho, adelantándole la mano a la cara, acompañando la embestida llevándola sin exigencias, pero muy metida. Al natural hubo algún que otro pase de sabor, pero no fueron los que más, con aquellas salidas por alto. Retomó el pitón derecho, cruzándose, buscándole en el sitio, uno a uno, arrancándole los pases en el tira y afloja por querer y no poder sacarle más.

Madrid. Toros de Capea, Montalvo y José Vázquez (6°Bis). Los de Capea fueron dos toros con fijeza, movilidad y entregados que se prestaron a las demandas de Ventura, permitiéndole desarrollar faenas de intensidad y calado. Los de Montalvo resultando irregulares, no se entregaron, con embestidas poco uniformes, arremetiendo en sus salidas, quedándose cortos, siendo inciertos y de escasa duración. El cuarto tuvo mayores oportunidades en una tarde de matices pero sin rematar. Diego Ventura, silencio y saludos; Cayetano, silencio y silencio tras dos avisos; Ginés Marín, saludos tras aviso y ovación.

 

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