Manzanares corta la única oreja de la tarde en Valencia

20 de julio de 2024/Mar Muñoz/Fotos Apc

Valencia celebró su tercer festejo y segunda corrida de Toros de su Feria de Julio con toros de Victoriano del Río (3°, 4° y 5°) y El Pilar (1°, 2° y 6°) para Sebastián Castella, José María Manzanares y Alejandro Talavante. Los animales dieron un juego más que escaso en las faenas, alejando las opciones de triunfo en la tarde. Castella realizó una muy buena faena a su primero, pero perdió el trofeo con la espada y realizó una meritoria faena a su segundo por la que recibió una sonora ovación. Manzanares no se entendió con el segundo y terminó por pasaportarlo, con el quinto logró lucirse por el pitón derecho y su certera estocada le valió una oreja. Talavante desarrolló su faena al tercero por el pitón izquierdo con largos naturales y con el último no tuvo ninguna opción, el animal se echó varias veces y no pudo ni realizar la suerte suprema y tras pedir permiso a la presidencia fue apuntillado.

Sebastián Castella bregó a «Dudoso» de la ganadería de El Pilar. En el tercio, genuflexo, lo fue sacando, probándolo para después continuar por el pitón derecho, con la pierna atrás y girando sobre su propio cuerpo para ligar los muletazos. Le dio tiempo y sitio para volver a lograr otra tanda en la que se lo enroscó, llegando al tendido con un animal que seguía el engaño y humillaba. Cambió al natural y le perdía pasos para estructurar su faena, dándole el pecho,  toreando con verdad, y tirando de el con cadencia y torería. Retomó el derecho y bailó con el al compás de la música. Se adornó con recursos de su tauromaquia y dejó una última tanda por el derecho que fue aplaudida en el tendido. Tomó el estoque y sin un epílogo lo colocó en suerte y pinchó para después volver a perfilarse y hundir el acero.

José María Manzanares se estiró a la verónica con «Renacuajillo» de El Pilar. Poco a poco lo fue sacando del tercio, entre probaturas, comenzando así su faena. Siguió por el derecho pero al animal no le sobraban las fuerzas y Manzanares no se acoplaba con el. Lo trasteó y fue a por la espada. Pinchó en un primer intento y en varias ocasiones más hasta lograr una estocada defectuosa pero efectiva.

Alejandro Talavante recibió con unos lances de recibo a «Empanado» de Victoriano del Río que salió abanto y desentendido. Tras un caótico tercio de varas se alcanzó la faena de muleta, la cual inició en el tercio probándolo por ambos pitones. Le pasó por el derecho, pero no tardó en cambiar al natural, dándole el pecho y tirando de un animal que no atendía a sus demandas y, simplemente, pasaba. Talavante le alargaba el pase con lucimiento, pero con cierta intermitencia, siendo reconocido su esfuerzo en el tendido. Siguió por ese pitón, robándole los naturales de uno en uno. Aquellos que le robaba eran largos y profundos, desarrollándose ya en el tercio. Montó la muleta pero por el derecho también le costaba acudir al cite, así que llevándolo muy tapado le robó los pases. Le dio tiempo y volvió al pitón izquierdo, en sus terrenos, totalmente cerrado en tablas, le robó la última tanda. Cambió la ayuda por la espada, lo cuadró y pinchó antes de hundir el acero.

A Sebastián Castella le costó encelar en su capote a «Casero»de Victoriano del Río y  después intentó estirarse con el. En el tercio de varas derribó al caballo, quedando el picador debajo del caballo, pero se recompuso sin aparentes consecuencias. Brindó en los medios y allí le citó de lejos, pero le costó al de Victoriano del Río atender al cite. Sin embargo, Castella siguió esperando llamando su atención, pero tuvo que recortar distancia y rectificar en su orientación mientras pedía calma ante la insistencia del respetable. Tomó la montera y se la lanzó, fue entonces cuando el toro acudió, recibiéndolo en la tela con un pase cambiado por la espalda, muy quieto, para después seguir al natural entre las ovaciones del público. Montó la muleta y sacó a los medios a un animal que tenía cierta querencia a tablas. Pasaba a media altura y así lo llevó, ligando los pases. Le fue obligando y el animal respondía, pero al tercero buscaba las tablas, donde siguió toreándole, aguantando pues le apretaba y casi lo prende. Por el derecho le aguantó los tornillazos mientras intentada lidiarlo. Sin alargar, fue a por la espada, lo cuadró y dejó un pinchazo hondo que le obligó a descabellar.

José María Manzanares se estiró a la verónica con «Jilguero» de Victoriano del Río. Genuflexo le fue obligando y sacando del tercio para dar comienzo a su faena. Después siguió por el pitón derecho, pierna atrás y girando la cintura para ampliar el pase. Le dio tiempo y sitio y una vez metido en la muleta ligaba en redondo enroscándose con el. Cambió al natural,  pero había que perderle pasos y aprovechar la inercia, aún así se venía recto. Retomó el pitón derecho, por donde tenía una embestida más armónica y ligó otra tanda aplaudida en el tendido. El aire comenzó a molestar, pero se adornó con molinetes y fue a por la espada. Se perfiló y lo mató con acierto.

Alejandro Talavante recibió a «Mirado» de El Pilar en su capote sin terminar de poder estirarse con lucimiento. Brindó en los medios y por el derecho se puso a torear sin probaturas. El toro seguía el engaño y colocaba la cara, pero terminó por echarse en mitad de la tanda, dejando ver su falta de fuerza. Cambió al natural y de uno en uno le fue pasando con cuidado para que le aguantara. El animal ya se había rajado e ido a tablas. Talavante intentó hacer una lidia imposible hasta que el animal volvió a echarse. Talavante tomó la espada e intentó cuadrarse, pero el toro se volvió a echar impidiendo la ejecución de la suerte suprema. Pidió autorización y fue apuntillado.

Valencia.  Toros de Victoriano del Río y El Pilar para Sebastián Castella, saludos tras aviso y ovación;  José María Manzanares, silencio y oreja; Alejandro Talavante, silencio tras aviso y silencio.

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