Mario Navas se alza con el Certamen «Cénate Las Ventas»

25 de julio de 2024/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

Las Ventas celebraba la Gran Final del Certamen de Cénate Las Ventas. Los novilleros Valentín Hoyos, Fabio Jiménez y Mario Navas se midieron a los ejemplares de Talavante (1°, 3° y 5°) Y El Freixo (2°, 4° y 5°). Los animales dieron opciones, con mayores complicaciones los de Talavante, destacó el primero, a pesar de que en líneas generales se dejaron llevar, pero sin romper en la tela. Los del Freixo dieron las opciones y el juego, destacando el cuarto y el sexto. Valentín Hoyos deleitó con una faena de gusto, firmeza, temple y mucha determinación. Trazó una buena faena ante el cuarto, que destacó en la tarde. Fabio Jiménez le buscó las teclas y opciones al primero de su lote, pero no terminó de romper ni de llegar a los tendidos. Se encontró con un cuarto limitado al que supo llevar bien, buscando las vueltas a aquella embestida. Mario Navas se entregó con un complicado tercero, pero con el que empañó todo su esfuerzo con la espada. Algo parecido ocurrió en el sexto, en una faena en la que había encontrado el compás, la espada la empañó de nuevo. Sin embargo, el uso de los aceros no impidió que aquellas faenas y, por supuesto, Mario Navas se alzara con la presente edición de Cénate Las Ventas.

Valentín Hoyos saludó al abreplaza a pies juntos, para después bregarlo y pasarlo hasta poder estirarse con una verónica. El animal salió suelto y con mucha intermitencia en la tela, por lo que no pudo lucirse. Se alcanzó el tercio de muleta y el Hoyos lo pasó genuflexo por ambos pitones, en un trasteo que culminó asentado y templando. Se decidió por el pitón izquierdo, aprovechando a que el animal se arrancaba en la larga distancia para después, con la inercia, ligarlo y diseñar aquella primera tanda al natural con la que conectar con los tendidos. Continuó sobre el pitón izquierdo, con un animal que le pedía tiempo y distancia. Se cruzó, lo esperó y volvió a meterlo en la tela, llevándolo cosido, con pulcritud y firmeza, sin terminar de bajarle la mano. Cambió al derecho, muy asentado. Según avanzaba la faena, lo iba pasando uno a uno. Retomó las series al natural, esperándolo, con un trazo largo y profundo que parecía no tener final. Con unos doblones por abajo y un desplante lo colocó en suerte y hundió el acero con acierto y determinación.

Fabio Jiménez saludó al primero de su lote, estirándose con el, llevándolo muy despacio, mostrándolo por verónicas y ganándole terreno levemente. En la faena de muleta lo pasó por alto, probándolo por ambos pitones, sin rectificar, sin a penas moverse. Eligió el pitón derecho para continuar, adelantándole la mano y mostrándosela a media altura. El animal atendía con prontitud y la empezaba a buscar abajo. Se asentó con el animal y se lo llevó a la cadera en un trazo curvilineo y limpio. Cambió al natural, abriéndolo, llevándolo a base de vuelo con un toro que tenía obediencia pero que no tenía un final de muletazo. Siguió por el izquierdo, buscándolo a pitón contrario, pero sin transmisión, a pesar de que siguiera el engaño. Decidió insistir y alargar la faena al natural, con una tanda en la que pareció conectar con los tendidos. Trató de alargarla embestida y le bajó la mano. Falló con los aceros.

Mario Navas lo saludó rodilla en tierra y después lo bregó y pasó, estirándose con el. Se cambió el tercio y brindó al público, después lo recibió en la tela por abajo, probándolo por ambos pitones. No tardó en levantarse y seguirlo en la raya del tercio, sin excederse en sus demandas, pasándolo a media altura. No tenía celo, pasaba sin entrega, aunque siguiendo la tela hasta el final. Buscó entre adornos y mucha técnica poner lo que al de su lote le faltaba. Al natural, trató de alargar la embestida, siempre dándole tiempo y sitio, para después reestructurar y asentarse con el. Le adelantó los vuelos y lo llevó metido. El animal era incierto y no ayudaba a limpiar el muletazo. Decidió no alargar más la faena, lo pasó por ayudados por alto, cambió la ayuda por la espada y empañó su esfuerzo con la espada.

Valentín Hoyos saludó al segundo de su lote con un recibo capotero y lucido con el que caló en los tendidos. Se fue a los medios para recibir al novillo en el engaño. Se arrancó con prontitud y aprovechó la inercia para ligar el inicio, dejando un pase cambiado sin rectificar. Se decidió por el pitón derecho, citándolo en la larga distancia, para después atarlo en corto y llevarlo encelado en la tela. El animal seguía bien la tela, metiendo la cara abajo, con ritmo y movilidad. Cambió al natural, envolviéndoselo a su alrededor, alargando la embestida, llevándole toreado hasta el final. Le echó los vuelos a la cara y tiró de un animal que siguió los vuelos ensimismado en la tela. Aquella ligazón y la entrega entre ambos hizo que la faena tomara vuelo. Poco a poco el animal se iba apagando, teniendo que pasarlo de uno en uno, contándole los finales de cada pase. Culminó con torería y unas manoletinas para después fallar con la espada.

Fabio Jiménez frenó y enceló en su capote al segundo de su lote y quinto de la tarde. La faena la inició con doblones por abajo, que después continuó ya levantado, entre unas probaturas breves. Eligió la mano izquierda para empezar a pasarlo, en una tanda pasaba e intermitente en la que pasó de uno en uno. El animal era incierto, se quedaba corto, no humillaba y en la salida buscaba. Le costaba atender a los cites, manteniendo a Fabio en el tira y afloja para citarlo y correrle la mano. Continuó por el pitón derecho, perdiéndole pasos, buscando el sitio, reestructurando después de cada pase. Logró encontrar cierta continuidad entre aquella intermitencia. Recuperó el toreo al natural, arrancándole las embestidas, robándole los pases a un novillo soso. El público empezó a pedirle el tiempo, pero se cambió la muleta de mano y siguió toreando. Mató con acierto.

Mario Navas saludó al cierraplaza con un recibo breve pero bien llevado. Se alcanzó la faena de muleta y lo empezó pasando genuflexo, obligándolo por abajo, con rodilla en tierra, derrochando torería y despertando a los tendidos de Las Ventas. Montó la muleta sobre su mano derecha y cuajó aquella primera tanda. Continuó por aquel pitón, aprovechando la inercia y llevándolo totalmente cosido a la tela. Cambió al natural, en un trazo largo y profundo, asentándose con el y toreándolo con cadencia y despaciosidad. El animal metía bien la cara abajo y Mario Navas lo exprimió, rompiéndose con el. Recuperó el pitón derecho, liándola y aprovechando la movilidad en su embestida. Culminó por abajo, doblándose con el para después meter la mano con aseo y determinación, pero no encontrar acierto.

Madrid. Novillos de Talavante (1°, 3° y 5°) y El Freixo (2°, 4° y 5°). Los animales dieron opciones, con mayores complicaciones los de Talavante, destacó el primero, a pesar de que en líneas generales se dejaron llevar, pero sin romper en la tela. Los del Freixo dieron las opciones y el juego, destacando el cuarto y el sexto. Valentín Hoyos, vuelta al ruedo y ovación; Fabio Jiménez, silencio tras dos avisos y saludos; Mario Navas, silencio tras aviso y ovación.

 

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