26 de julio de 2024/Suertematador.com
Pocos minutos después de las dos de la tarde Vicente Zabala adelantaba en su cuenta de X una noticia que ha dejado con el corazón encogido a la afición taurina, un mensaje que anunciaba la muerte de Pepe Luis Vázquez Silva a los 67 años de edad. El matador de toros sevillano era hijo de Pepe Luis Vázquez Garcés y sobrino de Manolo Vázquez, dos espadas con los que la afición de Sevilla siempre se sintió muy identificada.
Según apuntan diversas informaciones Pepe Luis ha fallecido en su El Canto, situada en el término municipal hispalense de Carmona. Hay que recordar que el diestro sevillano había sufrido un ictus allá por 2019 que le quedó una parálisis moderada del lado izquierdo. Un diestro que trenzó por última vez el paseíllo el 12 de octubre de 2018 en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla en un festival organizado por la Hermandad de la Macarena.
Espada que tomó la alternativa en el mismo coso donde tenzó por última vez el paseíllo, fue un 19 de abril de 1981 y ante toros de la divisa de Jandilla. Una corrida muy especial a hacer las veces de padrino su tío Manolo Vázquez y de testigo otra de las figuras icónicas de la ciudad, Curro Romero. Confirmaría en Madrid el 23 de mayo de ese mismo año anunciándose también en el cartel su tío Manolo en un cartel donde se lidió una corrida de la familia González y en la que hizo las veces de testigo Curro Vázquez.
Pese a no alcanzar las cotas artísticas de su padre y su tío, Pepe Luis siempre fue un torero que gustó a la afición hispalense, un espada que dejó su sello en el dorado albero maestrante. Una carrera llena de cimas y de simas que no emborronó para nada la figura de un espada que ha sido referente para muchos que compañeros, espadas que bebieron de sus fuentes para seguir evolucionando como toreros. Uno de ellos fue Morante de la Puebla, espada que compartió tardes junto a Pepe Luis en cosos como Utrera, Illescas o Granada, plaza esta donde realizó su última gran obra, esa que los aficionados todavía guardan en su memoria pese al paso de los años.