28 de julio de 2024/Texto y Fotos: Emilio Méndez
El Puerto de Santa María celebraba el segundo festejo y primera novillada de su Feria Taurina. Los novilleros Manuel Román, Gonzalo Capdevila y Marco Pérez se midieron a los ejemplares de Núñez de Cuvillo. Los animales de juego variado y con opciones en los que mostraron nobleza, entrega, clase y bravura, aunque destacando por encima del resto el quinto de la tarde, que fue ovacionado en el arrastre. Sin embargo, fue el viento el que determinó la tarde, que dificultó las faenas de los novilleros, que tuvieron un hándicap más en sus actuaciones. Manuel Román destacó por el pitón izquierdo ante el primero de su lote, mientras que con el cuarto se mantuvo en el tira y afloja con el viento, al que se impuso para dejar muletazos de mucho mérito. Gonzalo Capdevila salió con hambre y muchas ganas de Puerta Grande, recibió a los de su lote a portagayola y los pasaportó con dos estoconazos tras faenas de decisión y firmeza. Marco Pérez derrochó poder en su faena ante el tercero, en los que hubo series de profundidad y determinación. Con el sexto cuajó una faena importante a base de raza, teniendo que imponerse al complicado novillo y al viento, que sopló con fuerza.
Manuel Román saludó al abreplaza, un novillo con clase al que recibió por verónicas muy templadas. Después de un tercio de varas pasable, en el que el animal cumplió, Román se lució por chicuelinas en el quite, muy bien ejecutadas por cierto. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes brindó, para después iniciarla y a provechar la nobleza y calidad del novillo. El viento fue un hándicap más en aquella faena que el novillero desarrolló aprovechando la nobleza y calidad del primero de la tarde. Lo hizo por ambos pitones, sin embargo, lo mejor llegó en el toreo al natural. Dejó una buena estocada.
Gonzalo Capdevila de fue a la puerta de chiqueros para recibir al primero de su lote y segundo de la tarde a portagayola. Dejó un buen sabor de boca en aquel recibo capotero que después continuó por verónicas, emocionando y calando en los tendidos. El novillo cumplió en el caballo, dando paso a los posteriores tercios, sin embargo, antes de iniciar su faena brindó al respetable. Se fue directo a los medios y allí lo recibió en la franela de rodillas con un pase cambiado por la espalda, continuando con dos muletazos buenos que emocionaron. El torero de la tierra derrochó entrega en una faena, que iba a más, de muletazos largos y profundos en los que hubo mucha personalidad. Culminó con un estocadón.
Marco Pérez derrochó poder en el sañudo capotero al tercero de la tarde, imponiéndose y luciéndose por verónicas bien realizadas. También llevó al novillo al caballo hasta dejarlo en buen sitio y fuera picado. Brilló en el quite por chicuelinas, que desarrolló con quietud y mucha torería, culminando con tres medias de cartel de toros. Brindó su faena al maestro Emilio Muñoz para después comenzará en tablas, muy inteligente y poderoso. Poco a poco lo fue cuajando en una faena importante y de altura ante un buen novillo, que tuvo clase y calidad, al que Marco le pegó muletazos por ambos lados. Hubo profundidad, pero también la dificultad del viento, que no dejó de soplar en toda la tarde. En la suerte suprema dejó tres cuartos de estoque en buen sitio que fueron suficientes para que su oponente doblara.
Manuel Román recibió al cuarto de la tarde, un novillo bueno con el que pudo dar algunas verónicas buenas. El viento se interpuso en su faena, soplando muy fuerte, al que supo hacer frente y se impuso, dejando muletazos de mucho mérito. La estocada la dejó en buen sitio, pero tardó mucho en doblar y tuvo que usar el descabello.
Capdevila se fue a por todas dirigiéndose a portagayola para recibir al quinto de la tarde, un toro bravo y de mucha calidad. Después le pegó un par de verónicas y lo remató con otras cuatro largas cambiadas de rodillas en los medios que emocionaron al tendido. El toro cumplió en el caballo, también en un quite por gaoneras que Capdevila desarrolló muy quieto, a pesar de que luchara contra el viento, se lo pasó por la faja. La faena de muleta la inició en el tercio, siendo estame un tercio cargado de emoción y deseos de triunfos. Cuajó muletazos buenos y largos. Culminó su actuación por maboletinas y un estocadón que le valió las dos orejas.
Marco Pérez saludó al sexto con un recibo poderoso y muy torero. En la faena, la cual inició por ayudados por alto y con mucha quietud, se impuso al viento y al segundo de su lote, un novillo que no fue nada fácil. Lo llevó a base de raza, actitud y firmeza, desarrollando una faena en la que había que aguantar mucho a un novillo al que acabó cuajando e imponiéndose. Culminó con un estocadón.
El Puerto de Santa María. Poco más de un tercio de entrada. Novillos de Núñez del Cuvillo. Los animales de juego variado y con opciones en los que mostraron nobleza, entrega, clase y bravura, aunque destacando por encima del resto el quinto de la tarde, que fue ovacionado en el arrastre. Manuel Román, oreja y oreja; Gonzalo Capdevila, oreja y dos orejas; Marco Pérez, oreja y oreja.