Jesús de la Calzada destaca ante la de Dolores Aguirre en Las Ventas de Madrid

4 de agosto de 2024/Texto y foto: Patricia Prudencio Muñoz

Las Ventas acogía una novillada picada en la que Álvaro Seseña, Jesús García y Jesús de la Calzada se midieron a los novillos de Dolores Aguirres. Los animales dieron un juego variado, aunque escaso y breve, con faenas de más a menos en las que se fueron apagando a pasos agigantados. Dificultaron la labor de los novilleros, que tuvieron que buscar las opciones, sin terminar de acoplarse. Destacó el tercero de la tarde, un novillo que mostró mayor movilidad y transmisión en la tela, permitiendo la expresión de Jesús de la Calzada, que firmó lo más destacado de la tarde. Álvaro Seseña abría la tarde en una faena en la que le faltó acople con un novillo que se fue apagando. La faena con el cuarto fue de más a menos, perdiendo intensidad con un novillo que tenía ritmo. Jesús García desarrolló una faena de intentos y muchos esfuerzos ante el primero de su lote, que le planteó muchas teclas. Con el quinto sus opciones de triunfo se esfumaron. Jesús de la Calzada firmó lo más destacado, con una faena al tercero de menos a más en la que cautivó a los tendidos. Las opciones fueron nulas con el sexto de la tarde.

Seseña saludó al abreplaza con una brega llevada y alguna que otra verónica. Inició la faena genuflexo, llevándolo por abajo, para después continuar a pies juntos por ambos pitones. Continuó con la mano derecha en una tanda de poco acople, pidiendo calma para después darle tiempo y sitio y retomar una faena que se vio interrumpida al desarmarlo. El animal pasaba, pero no había emoción en su embestida, por lo que la faena no tomaba vuelo. Cambió al natural, mostrándole en una serie atropellada en la que no logró limpiar el pase, teniendo que llevarlo uno a uno. El animal cada vez se quedaba más corto y se iba apagando a pasos agigantados. Falló con los aceros.

Jesús García bregó con acierto al segundo de la tarde, ganándole terreno, llevándoselo a los medios, enseñándole a embestir. Se alcanzó la faena de muleta y Jesús buscaba el sitio para llevarlo, pero antes lo probó por ambos pitones. Continuó sobre el derecho en un tira y afloja constante con un toro que le costaba atender al cite. Dificultó la labor del novillero que se resistía a pasar, teniendo que llevarlo uno a uno, sin continuidad ni lucimiento con aquel reservón de Dolores Aguirre. Tampoco pudo exigirle abajo por lo que lo llevó a media altura, tampoco es que el animal se entregara a sus demandas, teniendo que hacerlo todo Jesús García. Decidió insistir, sin dejarse nada en el tintero con un novillo que le dio poco juego, con salidas bruscas y deslucidas y sin celo en su embestida. Falló con la espada, teniendo que descabellar.

A Jesús de la Calzada le costó encelar al primero de su lote en la seda, que salió suelto, pero se pudo estirar con el con cierta intermitencia. Inició la faena sin probaturas, esperándolo en el tercio y llevándoselo a los medios. Continuó por el pitón derecho con un novillo al que no se le pudo apretar en exceso, al que tuvo que dar tiempo y sitio, desarrollando su  faena en tandas cortas. Cambió al natural y el público rompió con el. Le bajó la mano, se asentó, lo citó y se lo envolvió. Tiró de la embestida hacia adelante, siempre dejándosela puesta. Cambió al pitón derecho, pero se quedaba mucho más corto y ya no había mucho más que mostrar, así que se fue a por la espada. Culminó por manoletinas muy ceñidas, pero deslució con los aceros, resultando prendido en la suerte suprema, aunque sin aparentes consecuencias. Tuco que descabellar.

Seseña se estiró con el segundo de su lote, dejando alguna que otra pincelada. En el tercio de banderillas destacó Juan Carlos Rey con dos buenos pares. Se inició la faena de muleta con la rodilla en el firme, pasándolo por ambos pitones, para después levantarse y rematarlo. Desarrolló una tanda con la mano derecha en la que aprovechó la movilidad y ritmo que le brindó el cuarto. Aún así era algo reservón y le costaba tomar la tela y atender al cite. Una vez dentro se la dejaba puesta y tiraba de el aprovechando la inercia. Sin embargo, la faena fue perdiendo intensidad, se perdió la ligazón y Seseña optó por cuadrarlo, pero sin acierto para hundir el acero.

Jesús García no pudo lucirse con el quinto en su saludo capotero. Se alargó en exceso el tercio de varas, tercio en el que se acentuaron las protestas. Se inició la faena ante un novillo mermado y con una embestida poco definida. No atendía a los cites y Jesús optó por ponerse directamente a torear sobre el pitón derecho, llevándolo a media altura. Cambió al natural y trató de pasarlo marcándole el trazo con la ayuda, pero el animal se resistía a seguir el engaño. Retomó el pitón derecho, pero no tenía nada que mostrar en aquel novillo. No tuvo acierto con los aceros.

Jesús de la Calzada desarrolló un saludo con gusto y temple en el que se lució con el incierto sexto. El novillo siempre marcó su querencia a tablas. Se alcanzó la faena de muleta y Jesús quiso poner toda la carne en el asador con un inicio de rodillas sin probaturas en el que aprovechó la inercia para ligarmo. El animal siguió buscando las tablas, pero el novillero lo llevó muy despacio, dejándosela siempre puesta, dándole tiempo y desarrollando la faena en los terrenos que el de Dolores Aguirre le pautó. No pasaba, le costaba atender al cite, así que cada vez que entraba Jesús lo qprovrchaba para pasarlo en largo. El animal estaba muy limitado y justo de fuerza, incluso perdía las manos. Estaba totalmente desentendido de las demandas del novillero, que no enco tró opciones en el sexto.

Las Ventas.  Novillos de Dolores Aguirre. Los animales dieron un juego variado, aunque escaso y breve, con faenas de más a menos en las que se fueron apagando a pasos agigantados. Dificultaron la labor de los novilleros, que tuvieron que buscar las opciones, sin terminar de acoplarse. Destacó el tercero de la tarde, un novillo que mostró mayor movilidad y transmisión en la tela, permitiendo la expresión de Jesús de la Calzada, que firmó lo más destacado de la tarde. Álvaro Seseña, silencio tras aviso y silencio; Jesús García, silencio tras aviso y silencio; Jesús de la Calzada, ovación tras aviso y ovación.

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