Galdós corta la única oreja de la tarde en Almorox, Joselito Adame sin opciones

18 de agosto de 2024/Patricia Prudencio Muñoz

Almorox celebraba el segundo festejo de su Feria taurina, una corrida de toros en la que los matadores de toros Joselito Adame, Javier Cortés y Joaquín Galdós se midieron a los ejemplares de la ganadería de Campos Peña. Los animales fueron nulos, no prestaron opciones, con embestidas descompuestas y poco entregadas en las que faltó celo y clase. Sólo se puede destacar al tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo, siendo un toro que brindó movilidad y ritmo a una faena lucida. Joselito no tuvo opciones con los de su lote, que fueron ásperos y poco definidos en la muleta, sin permitir que el mexicano se acoplara ni se  expresara con ellos. Cortés acabó metiendo en el tira y afloja al segundo de la tarde, pudiendo robarle alguna que otra embestida. El quinto quedó sin opciones tras pasar por el caballo. Galdós destacó con el tercero de la tarde, un toro que le brindó las opciones para el triunfo, contándole una oreja, encontrando continuidad en su faena por el pitón derecho. Con el sexto buscó la emoción que le faltaba al toro, pero sin acierto con los aceros. 

Joselito bregó al abreplaza, ganándole terreno como pudo, sacándolo de tablas para llevárselo a los medios, pero el animal no se prestó. En la faena sucedió algo parecido, no embestía arremetía con violencia y se metía por dentro, dificultando la labor de Joselito que lo intentó por ambos pitones buscando las opciones. El animal le soltaba la cara y no humillaba, por lo que no permitía la expresión ni el lucimiento. Tuvo que pasarlo como pudo, arrancándole los muletazos a base de rabia, pero consciente de que no había opciones en ese toro. Lo macheteó en los últimos compases y cambió la ayuda por la espada. 

Javier Cortés saludó al primero de su lote, con una brega llevada en la que le enseñó. Se alcanzó la faena de muleta, pero el animal era incierto y su embestida bastante irregular. Le cambió los terrenos y se lo llevó a los medios en un tira y afloja con las distancias y la altura. A base de empeño y mucha paciencia logró hacerlo pasar y robarle alguna que otra embestida a aquel toro que no humillaba, que pasaba sin entrega ni celo por la tela. Cortés le buscó las teclas y tras alargar aquella faena que parecía ir a más, se fue a por la espada. Sin embargo, no encontró acierto y tuvo que descabellar. 

Galdós llevó por abajo al primero de su lote durante el saludo capotero, tratando de sacarlo y ganarle terreno, pero sin poder estirarse con él. Inicio la faena de muleta por abajo, muy torero, para después continuar sobre el pitón derecho. Se la dejó puesta y corrió la mano, el toro respondió embistiendo por abajo, con ritmo desplazándose. Cambió al izquierdo, pero no había el mismo son que por el derecho, teniendo que marcarle con la ayuda el trazo. No tardó en recuperar el pitón derecho, dándole tiempo y sitio para seguir con su faena. Se fue a por la espada y el animal miró a las tablas. Dejó una buena estocada con la que no fue suficiente y tuvo que descabellar en varias ocasiones. 

Joselito Adame saludó al segundo de su lote con una brega llevada en la que le enseñó a embestir por abajo, llevándolo genuflexo y sacándolo con ligereza a los medios. Se alcanzó la faena de muleta por abajo, con un tanteo genuflexo con el que lo pasó por ambos pitones mientras lo iba alejando de tablas. Se decidió por el pitón derecho, pasándolo muy despacio, tratando de templar y dar forma a aquellas embestidas algo desordenadas y descompuestas. Sin embargo, no terminaba de acoplarse con el animal, que se le venía recto una y otra vez, metiéndose por dentro. Lo mostró por el izquierdo, pero no tardó demasiado en recuperar el pitón derecho. Hubo tandas de firmeza y poder, pudiendo dejar alguna que otra pincelada entre las protestas del respetable. Buscó argumentos y trató de tocar y llevar, dejándosela puesta, pero tampoco fue toro para el lucimiento, fue un toro que requería oficio y mucha paciencia. Después de aquella tanda no hubo argumentos. Falló con los aceros. 

El quinto no quiso entregarse en el capote de Javier Cortés, tampoco se empleó en el caballo. Tras aquel caos del tercio de varas, en el que el animal quedó mermado, y un protestado tercio de banderillas, Cortés se fue directo a por el de su lote para iniciar la faena. Sin embargo, este no atendía a los cites, estaba metido en tablas y no hubo manera de sacarlo. Sin poder pasarlo, lo movió y trató de pasaportarlo. 

Galdós lo lanceó pasándolo en aquella brega llevada junto a las tablas, cambiando rápidamente de tercio. Se alcanzó la faena de muleta y antes de recibirlo en la franela, el diestro peruano le brindó a Jesús, en sus filas durante la tarde hoy. Comenzó la faena doblándose por abajo con él, exigiéndole, sacándolo genuflexo hacia los medios. Al final se decidió por el pitón izquierdo, pero antes volvió a trastearlo, pasarlo y moverlo para cambiar los terrenos. Siguió al natural, pero tras aquella tanda montó la muleta en su mano derecha y por ahí desarrolló su faena. El animal simplemente pasaba y no tenía mucho que ofrecer al peruano, se quedaba corto no se entregaba, pasaba, no humillaba. Falló con la espada. 

FICHA DEL FESTEJO:

Almorox. Toros de Campos Peña. Los animales fueron nulos, no prestaron opciones, con embestidas descompuestas y poco entregadas en las que faltó celo y clase. Sólo se puede destacar al tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo, siendo un toro que brindó movilidad y ritmo a una faena lucida. Joselito Adame, silencio y silencio; Javier Cortés, silencio tras aviso y silencio; Galdós, oreja y silencio.

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