Rotundidad de Damián Castaño empañada por los aceros en Madrid

Rubén Pinar saludó una ovación y Sánchez Vara falló con los aceros en su primero y no tuvo opciones en su segundo.

1 de septiembre de 2024/Patricia Prudencio Muñoz

Madrid iniciaba el mes de septiembre con una corrida de toros de desafío ganadero en la que los matadores de toros Sánchez Vara, Rubén Pinar y Damián Castaño se midieron a los ejemplares de las ganaderías de Saltillo y Valdellán. Los animales presentaron las complicaciones propias de sus respectivos encastes, dejándose llevar por uno u otro pitón, pero planteando muchas dificultades en la tela, teniendo que medir muy bien la altura y las distancias para pasarlos. Destacó el tercero de la tarde que fue el que más se dejó llevar. Aunque fue la primera mitad del festejo la de mayor interés, a excepción del sexto, un buen toro de Valdellán. Sánchez Vara le arrancó las embestidas a un toro que no se desplazaba y que no le dio facilidades, pero dejando pinceladas al natural. No tuvo opciones con el cuarto, un toro sin fuerza que se caía y al que tuvo que pasarpotar tras dos tandas por el derecho y un natural. Rubén Pinar desarrolló su faena por el pitón derecho, siendo esta breve pero bien llevada con un toro que se dejó pasar. No hubo mucho que añadir con el quinto, un toro sin fondo ni celo al que pasó. Castaño hizo una buena faena al natural con el tercero de Saltillo, con el que deleitó a los tendidos con desmayo y torería. Empañó su actuación con los aceros, en los que no encontró acierto.

Sánchez Vara, sin acierto con los aceros

Sánchez Vara saludó al abreplaza, un toro aplaudido en su salida, al que llevó encelado en su capote, ganándole terreno con mucho temple y suavidad ante el deleite de un público, aparentemente receptivo. Protestó ante un tercio de varas mal realizado. Se alcanzó la faena se muleta y el diestro lo trasteó por abajo hasta sacarlo del tercio. Después eligió el pitón derecho para empezar a llevarlo, con muchas pausas, teniendo que citarlo con firmeza y mucha voz. El animal, que no andaba sobrado de fuerza, se metía por dentro, sorprendiendo a Sánchez Vara en alguna que otra ocasión. Cambió al izquierdo con un toro que se frenaba, no se desplazaba y le costaba mucho pasar. No tardó en recuperar el pitón derecho, uno a uno, pasando una embestida muy áspera, buscona y corta en la que lo hizo pasar. Siguió alternando pitones en una faena de raza y valor. Falló con los aceros.

Rubén Pinar deja una faena breve con la que saluda una ovación 

Rubén Pinar saludó en una brega llevada por abajo al segundo de la tarde y primero de su lote. Inició la faena genuflexo, obligándolo y pasándolo por abajo, pero sin excederse. Le dio tiempo y sitio rápidamente para citarlo ya con la muleta sobre la mano derecha. El toro se arrancó con viveza y siguió el engaño a base de arreones, costándole seguir en cuanto se le quitaba el engaño de la cara. Siguió por el derecho, citándolo con mucha voz e incluso apurando un poco más las distancias. El animal metía bien la cara, pero salía con arreones por alto. Poco a poco se lo fue envolviendo, todo lo que le permitía en series cortas entre las que hubo largos tiempos de pausa. Cambió al natural, pero no hubo tanto entendimiento, le buscaba, miraba y sabía lo que se dejaba atrás. Pinar no dudó en recuperar el pitón derecho. Se fue a por la espada y la hundió con acierto.

Castaño desluce una gran faena con los aceros

Castaño saludó y bregó al tercero de la tarde, otro toro aplaudido de salida, al que le fue ganando terrenos hasta sacar del tercio. Se desarrolló un buen tercio de varas en el que, a pesar de que salió suelto, Javier Martí, lo hizo cumplir. Se alcanzó la faena de muleta y Castaño no dudó en sacarlo del tercio y empezar a llevarlo al natural. Abrió el compás, dándole amplitud y mayor recorrido a un toro que no humillaba ni se entregaba a las demandas del diestro. Le pegó algún que otro natural con desmayo y torería en los que parecía haberse asentado en la arena para pasarlo a su alrededor. El de Saltillo fue entrando en la franela y Castaño se lo fue llevando a la cadera, bajándole la mano, dándole largura y profundidad. Cambió al pitón derecho y cada pase se tradujo en un «olé» en los tendidos, aunque no pudo evitar que le punteara la tela a la salida. Siguió por aquel pitón ante un toro que se prestó y dejó llevar. Su pitón era el izquierdo y por eso volvió al toreo al natural, deleitando a los tendidos. Falló con los aceros.

Sánchez Vara, sin opciones con el de Valdellán

Sánchez Vara saludó al primero de Valdellán y cuarto de la tarde, al que pasó, recogió y bregó, aunque sin lucimiento, soltando las manos por delante y arriba. El tercio de varas se alargó con un toro que empujó, derribando a Adrián Navarrete, que trató de mantener al caballo en pie estando el ya en el suelo. Las banderillas corrieron a cargo de Sánchez Vara, midiendo mucho al toro, pero dejándoselas en buen sitio y culminar con un par al violín. Se cambió el tercio y el diestro inició la faena con un breve trasteo por abajo ya prácticamente en los medios. Siguió toreando ya por el pitón derecho, uno a uno, asentándose, dándole mucho tiempo y sitio, ayudándole a recuperar. Le adelantó la mano y lo tocó con firmeza y voz para que pasara, dejándole la tela en la cara y arrastrar la embestida de un toro que se echó. Lo movió y cambió los terrenos, pasándolo para seguir insistiendo por el pitón derecho, sin poder excederse en sus demandas, porque perdía las manos con facilidad. Probó con un natural y el toro no podía pasar. Con rabia, tuvo que ir a por la espada y matarlo.

Rubén Pinar saludó brevemente al segundo de su lote. El cuarto se movió poco en los siguientes tercios, dificultando la labor de los de plata. Inició la faena doblándose con el, teniendo que levantarse rápidamente, pues perdía las manos con facilidad. Continuó el inicio por ayudados para después dar paso al toreo al natural con un toro parado. Lo pasó, pero el animal no había fondo en el que rascar. Trató de torearlo ante las protestas de los tendidos. Lo mostró por el pitón derecho, sacándolo fuera, dándole saluda, buscando la continuidad a partir del cuarto muletazo, con el que trató de curvar la embestida y llevárselo atrás. No encontraba el acople con aquel toro de Valdellán, al que siguió insistiendo por el pitón derecho, pasándolo sin transmisión, al que trató bajar la mano, pero el animal seguía llevando la cara alta. Recuperó el pitón izquierdo, pero no pasaba.

Rubén Pinar, faena sin contenido ante el quinto de la tarde 

Rubén Pinar saludó brevemente al segundo de su lote. El cuarto se movió poco en los siguientes tercios, dificultando la labor de los de plata. Inició la faena doblándose con el, teniendo que levantarse rápidamente, pues perdía las manos con facilidad. Continuó el inicio por ayudados para después dar paso al toreo al natural con un toro parado. Lo pasó, pero el animal no había fondo en el que rascar. Trató de torearlo ante las protestas de los tendidos. Lo mostró por el pitón derecho, sacándolo fuera, dándole salida, buscando la continuidad a partir del cuarto muletazo, con el que trató de curvar la embestida y llevárselo atrás. No encontraba el acople con aquel toro de Valdellán, al que siguió insistiendo por el pitón derecho, pasándolo sin transmisión, al que trató de bajar la mano, pero el animal seguía llevando la cara alta. Recuperó el pitón izquierdo, pero no pasaba.

Damián Castaño falla con los aceros en el sexto

Damián Castaño desarrolla un buen saludó capotero ante el sexto. Damián inició su faena entre probaturas, sacándolo al paso del tercio para después empezar a torearlo sobre el pitón derecho. Le dio tiempo y sitio, teniendo que acercar las distancias para pasarlo. Aprovechó la inercia y movilidad para dejar una primera serie ligada en la que había que darle más tiempo para evitar que atropellara los muletazos. Encontró acople y se entendió a la perfección con el exigente sexto de Valdellán. No fue sencillo y mucho menos, en un principio, por el izquierdo, metiéndose por dentro. Castaño lo llevó a base de vuelos, midiendo muy bien las distancias y las alturas, dándole amplitud, asentándose con el para llevárselo a la cadera y encontrar la continuidad en el uno a uno, estructurando. Deleitó con los naturales a pies juntos, con el que estaba llegando a un sector del público. Encontraron el compás y se entendió con el toro. Alternó pitones en una faena breve, pero de mucha intensidad en la que estaba todo hecho.

Madrid. Toros de Saltillo y Valdellán. Los animales presentaron las complicaciones propias de sus respectivos encastes, dejándose llevar por uno u otro pitón, pero planteando muchas dificultades en la tela, teniendo que medir muy bien la altura y las distancias para pasarlos. Destacó el tercero de la tarde que fue el que más se dejó llevar. Aunque fue la primera mitad del festejo la de mayor interés, a excepción del sexto, un buen toro de Valdellán. Sánchez Vara, silencio y silencio; Rubén Pinar, saludos y silencio; Damián Castaño, vuelta al ruedo tras aviso y silencio tras aviso.

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