Un rotundo Emilio de Justo pone el alma con el de Garcigrande y abre la Puerta Grande en Valdemorillo

9 de febrero de 2025/Texto y fotos: Patricia Prudencio Muñoz

La Plaza de toros de Valdemorillo ha celebrado su tercera corrida de toros de la Feria de San Blas y La Candelaria con un lleno de «No hay billetes». Los matadores de toros Emilio de Justo y Juan Ortega se midieron a los ejemplares de José Vázquez (1° y 2°), El Parralejo (3° y 6°) y Garcigrande (4°, 4° Bis y 5°). Los animales fueron variados en comportamiento, en una tarde en la que hubo muchos matices y que estuvo condicionada por la fuerza. Hubo muchos detalles en el tercero, un toro de El Parralejo, que tuvo un buen pitón derecho. El más destacado fue el quinto, un gran ejemplar de Garcigrande, que fue aplaudido en el arrastre y que tuvo un buen pitón derecho. Emilio de Justo intentó hacer faena con el primero de la tarde, buscando por el izquierdo a un toro condicionado y mermado tras su voltereta, que no pudo seguir las demandas del matador. Con el segundo, un toro de El Parralejo, el diestro encontró mayor expresión aunque sin rotundidad por el pitón derecho, siendo algo más incierto por el izquierdo. Alcanzó la rotundidad y el triunfo con el quinto, un gran toro con un buen pitón derecho, al que el diestro supo tomar la medida y exprimió, recibiéndolo a portagayola y culminando con una estocada en la que puso el alma. Juan Ortega dejó pinceladas en una faena dosificada y muy medida con el segundo de la tarde, un toro que no dijo demasiado en sus embestidas. Lo intentó con el cuarto, un sobrero de Garcigrande que no se prestó, escaso de fuerza y que no se entregó en ningún momento, solo algunos detalles que llevaron su sello sevillano. Algo parecido ocurrió con el sexto, un ejemplar de El Parralejo con el que se puso pero no encontró opciones.

Intentos de Emilio de Justo con un mermado primero

Emilio de Justo saludó al abreplaza, un toro suelto al que recibió estirándose por intermitentes verónicas hasta que pegó la voltereta y se cambió el tercio. El animal lo acusó después. Inició la faena entre muchos cuidados, con un toro que perdía las manos, que no tenía fuerza. Se lo llevó cerca de los medios e intentó pasarlo por el pitón derecho sin terminar de bajarle la mano, ayudándolo. Sonó la música y el diestro pidió que parase, iniciando así la primera tanda por el pitón izquierdo, siendo esta una serie al natural en la que buscó el acople. Lo llevó uno a uno, intentando alargar el trazó, marcándolo con la ayuda. El animal soltaba la cara, quería más que podía. Sin alargar, lo colocó en suerte y pinchó, teniendo que usar el descabello.

Juan Ortega saluda una ovación en el segundo de la tarde

Salió el segundo, también de José Vázquez, al que Juan Ortega bregó dejando alguna pincelada. Brindó a la infanta e inició la faena doblándose con el, para después andarle y llevárselo a los medios. Siguió por el derecho en una aplaudida tanda con la que conectó con los tendidos. Se la dejó puesta y lo llevó metido, cuidando mucho la embestida. Dosificó mucho entre tandas, dándole tiempo y sitio para que se recuperase. Cambió al natural, pero antes, tiró del animal y lo sacó. Sus embestidas no decían demasiado, le faltó intensidad. El diestro no tardó en recuperar el pitón derecho, para mostrarlo en una nueva tanda, una tanda en la que ya se iba quedando corto, pero que le seguía el engaño. Culminó doblándose con el para después meter bien el acero.

Matices sin acero de Emilio de Justo con el tercero

El tercero, un toro de la ganadería de El Parralejo, tardó en fijarse en el capote del extremeño, aun así se estiró y lució con el. Al igual que ocurrió en el quite. Brindó a la Infanta y aprovechó el buen son del animal en un inicio de faena que comenzó genuflexo para después seguirlo con cadencia y desmayo. Encontró ligazón y ritmo en las siguientes tandas sobre el pitón derecho. Se la dejó puesta y aprovechó la inercia de la embestida para llevarlo metido y envolvérselo. Al natural le costaba algo más e incluso le sorprendió en más de una ocasión, metiéndose por dentro. No dudó en retomar el pitón derecho, el pitón bueno del animal y por el que sí que se dejó llevar. Tiró la ayuda y culminó con una serie al natural con la que reafirmarse, pero que empañó con el acero.

Juan Ortega falla con el acero ante un sobrero que no se entregó

El cuarto, un toro de Garcigrande, al que Juan Ortega lanceó a la verónica junto a las tablas. Llegó el tercio de varas y el animal perdió las manos, provocando las protestas del respetable. A pesar de que se pidiera el cambio, el animal no fue devuelto y se continuó con las banderillas, donde volvió a perder las manos y atendieron la petición. En su lugar salió el primer sobrero, también de Garcigrande, al que bregó y llevó Ortega. Se lució el sevillano con un quite a cámara lenta. Alcanzada la faena de muleta, el diestro lo recibió en la muleta con un ligero trasteo por alto con mucha suavidad. Lo toreó muy despacio, dejando su sello, con clase sobre aquel pitón derecho de un toro al que le faltó chispa y entrega. Pasaba, soltando la cara, sin terminar de humillar. Lo intentó por el izquierdo, dejando algún que otro natural. Incluso lo intentó genuflexo, pero aquel toro de Garcigrande no se prestó al triunfo.

Emilio de Justo corta dos orejas al quinto de Garcigrande

Emilio de Justo se fue directo a la puerta de chiqueros para recibir al quinto, un toro de Garcigrande al que saludó a portagayola y con el que después se estiró a base de verónicas que provocaron los «olé» en el tendido. Emilio de Justo le fue andando en el inicio de faena, ganándole terreno, con torería y despaciosidad, comprobando que no atendía en la larga distancia. Siguió sobre el derecho en una tanda de calado con la que convenció. Fueron series breves en las que se la dejó puesta y el animal la siguió con celo y uniformidad en su embestida, permitiendo la ligazón. Le dio tiempo y sitio entre tandas. Algo más le costó al natural, mostrándose algo más reservón y teniendo que estar en un tira y afloja sobre aquel pitón izquierdo. Recuperó el derecho con una tanda que emocionó al respetable, envolviéndoselo. Le tomó bien la medida el diestro y tampoco quiso alargar aquella faena que sabía a premio. Culminó con un toreo a pies juntos al natural y una estocada en la que se tiró con todo.

Juan Ortega, entregado pero sin opciones con el sexto

Recibió Ortega al sexto, un toro de El Parralejo, por verónicas llevadas. Inició la faena genuflexo, obligándolo por abajo mientras le iba ganando terreno. El animal, aunque siguió el engaño, se mostró algo reservón. El diestro le dio tiempo y sitio, manteniéndolo en los medios para seguir con una tanda al natural. Era pegajoso y algo incierto, soltando la cara, protestando y cortó en su recorrido. Fue más el empeño de Juan que lo pasó también por el derecho, sin terminar de acoplarse con un toro de teclas y de salidas desmedidas. Tuvo acierto con el acero.

Valdemorillo. Toros de José Vázquez (1° y 2°), El Parralejo (3° palmas en el arrastre y 6°) y Garcigrande (4°, 4° bis y 5° palmas en el arrastre) para Emilio de Justo, silencio y saludos tras aviso y dos orejas; Juan Ortega, saludos, silencio y palmas.

Incidencias:

Sonó el Himno de España al culmniar el paseíllo, ante la presencia de la Infanta. También, el alcalde la localidad, le entregó a Juan Ortega el premio como triunfador de la Feria 2024 y mejor faena.

 

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