
29 de abril de 2025/Adiel Armando Bolio
Dentro de las muchas atracciones taurinas que hay con motivo de la CXCVII Feria Internacional de San Marcos 2025, en las afueras del coso Monumental de Aguascalientes, que está celebrando 50 años de historia, precisamente, a un costado de la taquilla principal, el matador de toros jalisciense Edgar Bejarano tiene un sitio en el que expone su obra como escultor.
En esta muestra, el torero de dinastía, ya en su quinta generación, exhibe 20 esculturas en diferentes tamaños, hechas a mano en acrílico con alabastro y con estructura de metal, encontrándose en estas obras a matadores como Juan Belmonte, Lorenzo Garza, Rodolfo Rodríguez “El Pana” y Andrés Roca Rey, así como toros, encierros, en el que se halla un bello conjunto llamado “La Estampida”.
Edgar Efraín Bejarano Mier, mejor conocido en el ambiente taurino como Edgar Bejarano, se dedica a la escultura desde 1984, ya siendo novillero e inclusive antes de presentarse como tal en la Monumental Plaza México y ha logrado exponer en Tampico, Jalostotitlán, Guadalajara y, ahora, en Aguascalientes.
Como torero debutó en público, en 1979, en un festival con vacas realizado en la localidad de San Miguel Cuyutlán, perteneciente al municipio de Tlajomulco, de Zúñiga, Jalisco.
Su debut formal de luces, con caballos, tuvo lugar el 23 de diciembre de ese mismo 1979 en la ciudad de Zacatecas para llegar a sumar hasta 70 novilladas.
Así llegó a su presentación en la Monumental Plaza México el 18 de enero de 1987, alternando con Alejandro del Olivar y Manolo Sánchez, siendo el astado de su debut “Andaluz”, de San Manuel. Logró torear cuatro en el gran coso, con el corte de una oreja y lograr concursar por el “Estoque de Plata”, además, de resultar herido en su segunda aparición.
Tomó la alternativa el 2 de abril de 1988, en el coso “Rodolfo Gaona” de Tampico, Tamaulipas, de manos de Manolo Martínez y ante la presencia de Fermín Espinosa “Armillita”, con el toro llamado “Irma” en honor a su señora madre. Esa tarde cortó tres orejas.
Edgar Bejarano es ya la quinta generación de toreros en la familia, dinastía que empezó su bisabuelo, don Francisco Bejarano, originario de Béjar, provincia española de Salamanca, quien fue novillero y después picador de toros. Fue sobrino del célebre espada cordobés Rafael Molina Sánchez “Lagartijo” y tuvo un hijo, Rafael Bejarano y Carrasco “Torerito”, también de Córdoba, quien fue matador de toros. De ahí viene la descendencia para llegar a los hermanos, matadores, Rafael y Enrique Bejarano, tío y padre de Edgar, respectivamente, quien también tiene un hermano, Enrique, que fue torero.
Y a su vez, Edgar tiene tres hijos, dos de ellos que se dedican de manera profesional y con reconocimiento a nivel mundial desempeñándose en el ballet clásico, pues, Rafael pertenece al Washington Ballet y Enrique al Royal Ballet de Londres, en tanto que Edgar, egresado de la Universidad de Guadalajara, se dedica al arte plástico trabajando con su padre en su taller.
Edgar Bejarano, como matador de toros, llegó a sumar 70 corridas y no descarta el poder darse el gusto de despedirse como debe ser, vestido de luces y en una plaza de toros. Su más reciente aparición en un coso fue en 2014, en el coso de Tlahuelilpan, Hidalgo, cortando dos orejas a ganado de De Haro.