
Cayetano fue ovacionado cálidamente en su despedida del Baratillo, Roca Rey fue silenciado en su lote y tres orejas de sus toros de El Parralejo se llevó David de Miranda, que alcanzó la primera Puerta del Príncipe de su trayectoria.
10 de mayo de 2025/Pablo López Rioboo/Foto: Procuna
Cayetano en su despedida, Roca Rey y David de Miranda trenzaban el paseíllo este sábado en la penúltima de la Feria de Abril, en la que se lidiaba un encierro de El Parralejo.
Salieron los aficionados hablando de David de Mirando, tapado en el cartel por una figura máxima del toreo como Roca Rey y la despedida de Cayetano. Tres orejas en una tarde de gran madurez, de toreo roto al sexto, el ejemplar de mayores opciones de la tarde. Una le pasearía al tercero tras una obra de gran inteligencia.
Roca Rey se fue silenciado por dos trasteos donde pareció contagiarse de los defectos de su lote. Una tarde donde no le salieron las cosas. Cayetano se despidió de Sevilla en una tarde aciaga, esa donde su lote le dio ninguna opcion para el triunfo. Decepcionó la corrida de El Parralejo, esta ves el juego de los animales no estuvieron en consonancia con sus hechuras.
Inédito Cayetano con un primero que parecía enfermo
Templado anduvo Cayetano en los lances a la verónica a Zalamero, astado de El Parralejo que mostró ya de salida su justeza de fuerzas un astado que empujó con un único pitón al jaco montado por Luciano Briceño. Tras una templada lidia de Joselito Rus brindó Cayetano al respetable una labor a media altura y en línea recta ante un toro posiblemente enfermo que se tambaleaba de los cuartos traseros. Viendo la imposibilidad de realizar una faena mínimamente decorosa, se fue a por la espada, siendo silenciado tras una estocada en buen sitio.
Silenciado Roca Rey con un segundo que se apagó pronto
Molestó también el viento en la lidia del segundo, astado con disparo al que Roca buscó templarlo a media altura. Un toro cambiante en su embestida que acudió con genio al jaco cuando Sergio Molina andaba desprotegido y volviéndose a colocar tras no querer acudir el animal a la primera vara. Tras medírsele el castillo en el segundo puyazo, De Miranda se quedó quieto como un poste para dejar un quite de frente y por detrás de gran exposición. Replicaría Roca Rey por gaoneras a media altura con el animal volviendo a pecar de falta de uniformidad en su embestida. Meritorios fueron los pares de Paco Algaba ante un toro que apretó hacia la querencia, hombre de plata que saludaría junto a su compañero Viruta. Humilló en la primera tanda clavando los cuernos en el albero y doliéndose este Capirotero que hizo segundo. Porfió Andrés con un astado que se paró muy pronto, ejemplar del hierro onubense que bajó muy pronto la persiana condicionado por ese golpe y su falta de casta. Tras una breve serie al natural se iría a por la espada un diestro que pareció contagiarse de la falta de vida de Capirotero. Enterró la espada al primer intento, siendo finalmente silenciado.
De Miranda pasea una oreja de peso del complejo tercero
Castaño albardao y de buena armonía en sus hechuras fue el tercero de la tarde, un toro pronto en el cite que siempre tendió a apretar por el pitón izquierdo. Lo saludó el onubense con ceñidos delantales antes de rematar con una media de su personal concepto. Se le midió en el jaco montado Paco Félix, varilarguero que hace las veces de mayoral en la vacada de José Luis Pereda. Se dolió de los palitroques este Inspirado, astado que acometió con prontitud y transmisión en el segundo tercio. De frente y sin enmendarse citó Miranda a un astado que no acabó de empujar los vuelos por abajo. En redondo buscó pulsear la desigual embestida de un astado humillador, pero mironcete, ejemplar sin ese viaje largo que se necesita para llevarse a este tras la cadera. Le faltó continuidad en sus embestidas a Inspirado, algo que condicionó un trasteo de gran limpieza. Se vio en todo momento la decisión de un espada que estuvo muy de verdad, ese que acertaría en no dejar pensar a un toro que sacó ritmo cuando se le llevaba pulseado. Se colocó en el sitio donde los toros embisten, apretándole a este en el momento idóneo. No se dejó llevar por la presión de estar anunciado en una tarde como esta, anduvo centrado y sabiendo como jugar sus cartas. Un trasteo de menos a más que finalizaría con unas ajustadísimas bernardinas antes de enterrar el acero al primer intento. Pese a la petición del doble trofeo, Luque Teruel aguantó con buen criterio concediéndole una oreja al diestro onubense.
Cayetano saluda una cerrada ovación desde el centro del platillo tras una porfiadora labor al noble y parado cuarto
Con mayor cuajo y seriedad que sus hermanos anteriores fue este Tamboril, astado al que Cayetano saludó por verónicas. Tras su paso por el jaco quitó por Chicuelinas un Roca Rey que intentó bajarle la mano a un toro con ciertas virtudes. Brindó su último toro a Antonio Vega, torilero de la Real Maestranza de Ronda. Sonaron los acordes de Juncal antes del comienzo de un trasteo que no pudo tomar vuelo por la condición de otro toro parado y sin vida. Citó completamente de frente un espada que dejó un manojo de derechazos de templado metraje ante un ejemplar de con nobleza pero sin el empuje necesario para humillar hasta el final. Una labor porfiadora que Sevilla supo respetar pese a no romper en ningún momento, esa que pondría rubrica con una estocada que necesitó de un golpe de verduguillo. Sevilla lo despidió con una cerrada ovación que este recogió en los mismos medios.
Silenciado Roca Rey con el quinto
Con delantales a media altura recibió Roca Rey al quinto, astado de buenas hechuras que no apoyaba bien de los cuartos traeros. Aprovechó David de Miranda la prontitud de Gabacho para dejar un quite por tafalleras de desigual metraje antes de destacar Antonio Chacón con las avivadoras. Quiso Andrés meter a la plaza en su labor con un inicio por la espalda junto al tendido 4. Este fue un ejemplar con la virtud de la prontitud y la novilidad pero al que Roca Rey no acabó de entender en una tarde donde no le salieron las cosas. Porfió Andrés en una labor con momentos intensos que llegaron a los tendidos, ya fueran con muletazos mandones a media altura o cambios por la espalda dentro de la propia serie. Se le vio falto de frescura a un espada que unos días atrás había dado un golpe sobre la mesa en esta plaza. Faena donde faltó reposo y limpieza ante un astado de mayor apuesta. Una faena con un ambiente enrarecido, muchas veces rayando lo irrespetuoso, al darse varias broncas entre partidarios y detractores del limeño en la grada de sol. Trasteo largo donde incluso llegó a sonar un aviso mientras toreaba de muleta. Tras enterrar el acero fue silenciado.
David de Miranda pasea las dos orejas del enclasado y humillador sexto
Colocó la cara con clase el sexto, un toro que colocó la cara con clase por el pitón derecho. Tras parar al animal dejaría varias chicuelinas que llegaron una enormidad a los tendidos antes de pasar por las manos de un Rafael Carbonell ovacionado cuando enfilaba el callejón. Toro este con movilidad que le venía como anillo al dedo a un espada que inició su labor por estatuarios con el toro viniéndose desde la larga distancia. Aprovechó la inercia de un animal que tuvo disparo, ejemplar al que se dejó llegar en un estoico inicio que puso a la gente el pie. Acompañó la embestida del astado en muletazos de gran cadencia con un cambio de mano que duró una eternidad. Al natural dibujó naturales de fino trazo, improvisando con una arrucina una vez el animal se paró en la faja. Toro que nunca quiso cercanías, pese a ello el onubense se metió en los terrenos del animal con el toro embistiendo a media alturita. Labor medida que finalizaría con ayudados por bajo ante un animal que amagó con rajarse. Se volcó en la estocada, Sevilla se llenó de pañuelos y Luque Teruel sacó los dos pañuelos casi al unísono. David iba a salir por la Puerta del Príncipe.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Corrida de toros. Penúltima de la Feria de Abril. No hay billetes.
oros de El Parralejo. Con disparo y embestida cambiante un segundo que se apagó pronto; sin alma ni vida, un segundo que parecía estar enfermo; con prontitud y disparo el desigual tercero; con nobleza un cuarto que llegó sin vida a la muleta; con movilidad y prontitud el desigual quinto; con prontitud, fijeza y entrega un sexto de apuesta.
Cayetano, de malva y plata: silencio y ovación.
Roca Rey, de verde oliva y oro: silencio y silencio.
David de Miranda, de blanco y plata: oreja y dos orejas.
CUADRILLAS: Saludaron Paco Algaba y Viruta tras parear al segundo. Saludó Antonio Chacón en el quinto.