Peñaranda, única vuelta al ruedo en una tarde de entrega, firmeza y determinación de Escribano y Adame ante la frialdad en los tendidos de Madrid (Fotos y Video)

4 de junio de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos: Emilio Méndez

Las Ventas ha celebrado una corrida de toros en la que los diestros Manuel Escribano, Joselito Adame y Alejandro Peñaranda, que confirmaba alternativa, se midieron a los ejemplares de la ganadería de Lagunajanda. Los animales tuvieron un comportamiento muy similar, siendo exigentes, con movilidad en el inicio, pero apagándose muy rápido, sin demasiada transmisión, pasándose por la tela sin decir nada, por lo que les faltó emoción a las faenas. Manuel Escribano desarrolló una meritoria faena con un toro exigente y asfixiante al que logró llevar y meter, una labor que empañó con el acero. Alargó con el cuarto, un ejemplar venido a menos al que pasó y con el que también arriesgó sin lograr redondear su faena. Joselito midió su faena ante el primero de su lote, un toro exigente que siguió el engaño, pudiendo alcanzar a envolvérselo por el derecho y dejar naturales profundos, a pesar de las escasas opciones que le brindó el toro. El mexicano trató de poner emoción donde no la había a base de firmeza y determinación, imponiéndose a un complejo y tecloso quinto al que llevó por ambos pitones y con el que pudo dejar muletazos asentado en los que se lo envolvió. Alejandro Peñaranda abrió la tarde en una faena larga con un ejemplar venido a menos, cuyas embestidas carecían de emoción. Ante el sexto logró tandas sobre el pitón derecho de cierto calado y repercusión.

Faena larga de Alejandro Peñaranda ante un primero venido a menos

Alejandro Peñaranda abría la tarde con el toro de su confirmación, un ejemplar suelto que logró encelar en su capote para estirarse en el tercio. Se celebró la ceremonia de confirmación, recibida de manos de Manuel Escribano y Joselito Adame como padrino y testigo, respectivamente. Brindó desde los medios al respetable e inició su faena bajo los terrenos del tendido siete, citándolo en la larga distancia sin obtener respuesta del primero de su lote. Se tuvo que acercar, pudiendo lograr que atendiera a sus demandas y conseguir un inicio de cierto ritmo. Ya en los medios continuó sobre el pitón derecho, optando por esa media distancia con la que después aprovechó la inercia para llevarlo metido y ligado, siempre dejándosela puesta e insistiendo. Le costaba atender a los cites, obligando al recién confirmante a acortar las distancias con un animal que se vino a menos, que se paraba y se quedaba muy corto. Alargó pasando aquellas embestidas escasas de emoción y de cierto peligro adquirido. Culminó por bernadinas y una estocada insuficiente con la que tuvo que descabellar.

Escribano, faena meritoria empañada por el acero

Saludó Manuel Escribano al segundo de la tarde un toro que le apretó, pero al que bregó y ganó terreno. Salió Joselito a los medios para desarrollar un ceñido y lucido quite por chicuelinas. Fue Escribano el encargado de cautivar en el tercio de banderillas, exhibiéndose, citándolo en largo. Se cumplió con la ceremonia de confirmación e inició su faena ante un ejemplar descompuesto, de embestida precipitada e incómoda. Escribano trató de tirar del animal y moverlo antes de disponerse sobre el pitón derecho, dándole tiempo y sitio para volver a mostrarle el engaño. El de Lagunajanda, protestón y de embestida agresiva, no permitía el más mínimo margen de error. Quiso pasarlo en largo, encontrando el sevillano la medida ante aquel toro que quitaba el aire. Lo mostró al natural, en un tira y afloja con las distancias. Escribano logró que aquella faena desarrollada en los medios, poco a poco, fuera tomando forma, templando y suavizando la embestida al natural. Cambió al pitón derecho, uno a uno, de un ejemplar al que supo imponerse pero que ya salía ajeno de la tela. Falló con el acero.

Joselito, faena firma que desluce con el acero ante el tercero de la tarde 

Joselito frenó al primero de su lote y tercero de la tarde, un ejemplar al que bregó sin permitirle lucirse. Se fue cerca de los medios para brindar al público y después iniciar su faena bajo los terrenos del siete. El de Lagunajanda se arrancó con viveza y Joselito lo pasó disponiéndose a llevarlo toreado desde el inicio. Eligió el pitón derecho bajándole la mano en una primera tanda corta con la que lo llevó metido. Continuó sobre aquel pitón, con cierto calado entre los tendidos. No tardó en mostrar al natural a un ejemplar también exigente que seguía el engaño y al que logró dar algún que otro natural profundo. Retomó el pitón derecho, con cierto sabor, ligando los muletazos con poder y determinación. Se lo envolvió en aquella faena medida. Quiso matarlo a recibir pero pinchó.

Escribano, entrega sin terminar de redondear su faena con el cuarto

Una declaración de intenciones fue lo que hizo Escribano al irse a portagayola para recibir al segundo de su lote, con el que después se estiró y lanceó. Cautivó en banderillas, sobre todo con uno al violín en tablas y otro sentado en el estribo. Brindó al público y empezó la faena con un pase cambiado desde los medios, sin probaturas, envolviéndoselo, para dejar algún que otro pase más por la espalda. Continuó sobre el pitón derecho de un toro con ritmo y movilidad al que supo llevar. Le dio tiempo y sitio para seguir con la muleta montada sobre la derecha, bajándole la mano aquella embestida no del todo regular. Escribano volvió a darle tiempo antes de llevarlo al natural sin lograr redondear su faena, en la que el animal poco a poco se iba apagando. Falló con el acero.

Joselito Adame, matices de calidad y determinación ante un complejo quinto

Frenó Joselito al quinto, con el que trató de estirarse mientras lo sacaba al paso en su saludo capotero. Echó la cara alta en el caballo, alargando en exceso el tercio de varas. Compensó ver a Joselito en el quite, con variedad y lucimiento por espaldinas, chicuelinas y tafalleras. Brindó a la gobernadora de Aguascalientes, Tere Jiménez y a Luis Alberto, ganadero De La Mora, para después iniciar la faena con suavidad y bajo los terrenos del siete. Tiró del animal y se lo llevó, prácticamente, a los medios, donde desarrolló una tanda breve en la que trató de encajarse. Siguió por el derecho, asentándose con el para envolvérselo. Cambió al pitón izquierdo, en una tanda al natural en la que encontró una embestida irregular y bronca en la que se movía arremetiendo contra la tela soltando la cara. Le bajó la mano, se cruzó, le buscó a pitón contrario y suavizó aquellas impurezas. Joselito se impuso en una meritoria faena en la que no encontró dos embestidas iguales de un toro que también exigió y mostró muchas teclas que tocar. Mató con una estocada en todo lo alto, a pesar de que el animal tardó en doblar.

Peñaranda, pinceladas por el derecho

Peñaranda saludó un sexto que salió suelto y al que no logró encelar en su capote, aunque sí lo sujetó. Inició la faena por abajo, rodilla en tierra, para después ganarle terreno y sacarlo del tercio. Siguió en los medios, dándole tiempo y sitio antes de llevarlo sobre el pitón derecho, sin una regularidad, desluciendo en sus salidas. Cambió al toreo al natural, en largo, pero sin definir ni permitir la ligazón, siendo tandas intermitentes y sin transmisión. El animal no se prestaba a ello. Logró una buena tanda por el derecho, en la que pudo aprovechar la inercia, llevándolo ligado a media altura. Logró otra con la misma mano, bajándole algo más el engaño, aunque parándose al tercer pase. Llegó a los tendidos, conectando con ellos. Culminó metiéndole bien la mano.

Ficha del festejo:

Las Ventas. Toros de Lagunajanda. Los animales tuvieron un comportamiento muy similar, siendo exigentes, con movilidad en el inicio, pero apagándose muy rápido, sin demasiada transmisión, pasándose por la tela sin decir nada, por lo que les faltó emoción a las faenas. Manuel Escribano, silencio tras aviso y palmas; Joselito Adame, silencio y silencio tras aviso; Alejandro Peñaranda, silencio tras aviso y vuelta al ruedo.


 


 

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