
26 de julio de 2025/Patricia Prudencio/Fotos: Emilio Méndez
Navarredondilla ha celebrado una novillada sin picadores en la que Samuel Castrejón e Ignacio Garibay se midieron a los erales de la ganadería de Pedrés. Los animales fueron variados, mostrando teclas y, en ocasiones, exigiendo en la muleta. Castrejón desarrolló una faena de altibajos en la que no terminó de acoplarse con el primero de la tarde, aunque le cortó una oreja. Desarrolló su labor al natural ante el tercero, un eral mermado tras la voltereta que se pegó durante el saludo capotero. Se entregó con firmeza aunque sin redondear su labor, pues el animal quería más que podía. Garibay desarrolló una faena completa dotada de gusto, temple y torería, corriendo la mano a un segundo eral que atendía con cierta obediencia. Ante sexto, un novillo de teclas, tuvo paciencia, metiéndolo en la tela, llevándolo con seguridad y manteniendo en todo momento el gusto.
Castrejón corta la primera oreja de la tarde
Castrejón bregó y llevó al primero de la tarde, con el que se pudo estirar con lucimiento y cierto gusto. Garibay desarrolló un lucido quite que tuvo su respectiva réplica, algo más atropellado y con momentos de apuro. Lo pasó por alto en el inicio, llevándolo por ambos pitones, sin poder bajarle la mano, ya que llegó a perder las manos. Le cambió los terrenos y siguió sobre el derecho, aunque rápidamente cambió al izquierdo en una tanda en la que logró pasarlo, pero sin la entrega de su oponente. Llevaba la cara a media altura, sin terminar de encontrar el acople. Culminó con una tanda por la derecha y algunos detalles al natural que dieron paso a un estocada efectiva
Rotundidad de Ignacio Garibay ante el segundo, que corta las dos orejas
Saludó con gusto y variedad Ignacio Garibay al segundo de la tarde, estirándose con el. Desarrolló un gran tercio de banderillas, ajustado, lucido y con acierto. Inició la faena con un pase por bajo, para después levantarse y seguir con temple y gusto. Toreó muy despacio sobre el derecho, buscando ese acople entre ambos, con armonía. Cambió al natural, encajándose, corriéndole la mano y llevándolo en largo. No tardó en retomar el pitón derecho, pasándolo, toreando muy asentado, totalmente encajado para envolvérselo y ligarlo con temple y torería. Se entregó el mexicano a base de firmeza y seguridad ante aquel eral que seguía las demandas del novillero. No faltó la raza, culminando de rodillas y entre pitones. Se tiró con todo, matando con acierto y mucha verdad.
Castrejón, sin demasiadas opciones ante el tercero
Castrejón saludó con lucimiento al segundo de su lote, un eral que se volteó, pero con el que continuó e incluso le hizo un quite el sobresaliente. El animal quedó mermado, perdiendo las manos con facilidad en banderillas. Se alcanzó la faena con un novillo venido a menos, al que trató de pasar Castrejón. Lo llevó con suavidad sin terminar de bajarle la mano, tratando de ayudarlo para mantenerlo. Al natural y de uno a uno quiso aprovechar los vuelos para pasarlo. El animal tenía buenas condiciones pero la voltereta lo acusó de fuerza. Acortó las distancias y se entregó para robarle las embestidas, siempre sin bajarle la mano, logrando construir su faena. Cerró con una tanda al natural, unas joselillinas y una estocada al segundo intento.
Garibay empaña con el acero una labor de entrega y firmeza
Salió el cuarto, un novillo suelto al que Garibay esperó con paciencia para bregarlo, llevarlo, encelarlo y saludarlo con gusto, ganándole terreno para después rematarlo de rodillas en los medios. Se alcanzó la faena de muleta y el mexicano la inició de rodillas, en un comienzo explosivo que gustó en el tendido. Siguió sobre el pitón derecho, tocando y pasando con quietud y pureza, alcanzando a envolverse a un novillo de teclas. Cambió al natural, pero este presentaba una embestida algo incierta, punteando la tela, descomponiéndose. Retomó el derecho con firmeza, raza y hambre, haciendo fácil lo difícil, metiendo a aquel novillo en el engaño para llevarlo y tratar de hacerse con el. Alternó pitones, pero cada vez le costaba más pasar, teniendo que aguantar y tragar Garibay, que se mantuvo con clase, verdad y valor ante aquel complejo cuarto. Falló con el acero.
Ficha del festejo:
Navarredondilla. Erales de Pedrés. Los animales fueron variados, mostrando teclas y, en ocasiones, exigiendo en la muleta. Samuel Castrejón, oreja y oreja; Ignacio Garibay, dos orejas y oreja.