
13 de septiembre de 2025/Patricia Prudencio/Fotos: Emilio Méndez o
Colmenar de Oreja ha celebrado una novillada clasificatoria del Certamen del Sureste en la que Noel García, Juan Pablo Ibarra e Ignacio Garibay se midieron a los ejemplares de la ganadería de Flor de Jara. Los animales fueron complejos y presentaron muchas teclas en la tela, dificultando el lucimiento de los novilleros. Destacó el primero y sobre todo el cuarto, un gran novillo. Noel García faena bien llevada ante el primero de la tarde, con matices sobre el pitón izquierdo. Supo aprovechar las buenas condiciones del cuarto, el mejor novillo de toda la tarde, con el que gustó y se gustó. Juan Pablo Ibarra se mantuvo muy firme ante un complejo segundo de muchas teclas que se metía por dentro. Le buscó las teclas al quinto, un novillo de más a menos que no tuvo chispa. Ignacio Garibay también lo intentó con el tercero, un novillo que no le brindó opciones. Se impuso al sexto, llevándolo por ambos pitones, encontrando el acople en el uno a uno, recomponiendo y templando aquella embestida desestructurada.
Noel García corta una oreja al primero de la tarde
Lo saludó a pies juntos Noel García al primero de su lote. Se alcanzó la faena de muleta, llevándolo muy en línea, junto a las tablas, ganándole terreno. Prácticamente en los medios se envolvió a un novillo que se la dejó puesta y tiró de el. Cambió al natural, bajándole la mano con tanta suavidad que lo desarmó. Continuó sobre el mismo pitón, buscando el acople, dejando algunas series. Sin embargo, quiso recuperar el pitón derecho en una última tanda en la que el novillo seguía el engaño, totalmente metido, incluso algo pegajoso. Mató con acierto.
Juan Pablo Ibarra, sin opciones con el segundo de la tarde
Saludó en una brega llevada Juan Pablo Ibarra al segundo de la tarde, un novillo complejo y de teclas desde su salida. Se alcanzó la faena de muleta y el mexicano tiró del animal para llevárselo a los medios. Trató de pasarlo sin poder acoplarse con el, que se metía por dentro y buscaba. Cambió al natural y con la ayuda le fue marcando el trazo a un oponente incierto y de embestida poco definida. Sin muchas más opciones decidió abreviar. Se le arrancó y hundió el acero.
Desluce con el acero Ignagio Garibay ante un complejo tercero
Garibay saludó al primero de su lote con variedad y lucimiento. Se alcanzó ma faena de muleta, brindó al público y comenzó junto a las tablas, pasándolo por ambos pitones, llevándolo hasta los medios. Le cambió de nuevo los terrenos, lo movió, lo pasó y se dispuso sobre el pitón derecho. Lo tocó con suavidad, pero con mucha voz, tratando de fijar a un novillo incierto que se metía por dentro. Se dispuso por el izquierdo, sin encontrar acople en aquella embestida desclasada y sin entrega. Garibay se mantivo firme ante las complicaciones que le presentó, llevándolo de nuevo por el derecho, queriendo bajarle la mano. Uno a uno, reestructurando. Falló con el acero.
Noel García corta las dos orejas tras una faena de expresión ante el buen cuarto de Flor de Jara
Saludó con cierto gusto Noel García al segundo de su lote. La faena de muleta la inició despacio, buscando los terrenos, la altura y el acople. Continuó sobre el derecho con una tanda dispersa. Apostó por la mano derecha, llevándolo con ligazón, bajándole la mano e incluso envolviéndoselo. Cambió al natural pasándolo en una trazo largo y templado, conectando con los tendidos. El animal se movió y respondió con nobleza y pulcritud a sus demandas. Retomó el derecho, encajándose para dejársela puesta y tirar de una embestida con celo y transmisión. Metió la mano con aseo y acierto.
Juan Pablo Ibarra, entrega y muchos matices ante un quinto sin chispa
Se estiró Juan Pablo Ibarra con el quinto, metiéndolo en los vuelos con lucimiento y mucho gusto. Inició la labor con temple, sacándolo muy despacio, con torería, dosificando. Lo mostró también al natural, acoplándose en las distancias y altura para pasarlo en una tanda medida. Le dio tiempo y sitio para seguir con suavidad, tanta que le arrancó de la mano el engaño. Volvió a la cara del animal, pasándolo por el derecho, teniendo que ser el mexicano quien completara el muletazo. Cada vez se iba apagando más el de Flor de Jara, pero Juan Pablo no dejó de intentarlo y de buscarle las teclas, retomando el toreo al natural para llevarlo en largo, aprovechando los vuelos y la inercia. Sin embargo, aquella embestida no tenía chispa y aquello dificultó el calado en los tendidos. Culminó a pies juntos y una estocada a cámara lenta en la que le metió la mano. Sin embargo, tuvo que desacabellar.
Garibay, firmeza ante un sexto de muchas teclas
Ignacio Garibay frenó y metió en su capote al sexto, un novillo al que fue llevando, pero que tampoco se prestó a la expresión. Se alcanzó la faena de muleta y el mexicano la inició pasándolo por ambos pitones, moviéndolo mientras le andaba. Se decidió por el pitón derecho de un animal de embestida atropellada, la cual trató de depurar y templar. Ralentizó el ritmo y empezó a llevarlo al natural, tocándolo con los vuelos y arrastrarlo una embestida de escaso juego. Quiso retomar el pitón derecho, encontrando a un animal de esos que te sacan el aire, con los que había que parar y recomponer. Logró limpiar los muletazos y llevarlo en unas meritorias tandas. Incluso lo llegó a ligar tras imponerse. Sin embargo, volvió al natural, cruzándose y dejándosela muy puesta, pasándolo a media altura. Siguió alternando pitones, culminando con la mano derecha, uno a uno y con algún que otro cambiado por la espalda. Unas manoletinas dieron paso a la suerte suprema en la que después de meter el acero tuvo que descabellar con mucho acierto.
Ficha del festejo:
Colmenar de Oreja. Novillos de Flor de Jara. Los animales fueron complejos y presentaron muchas teclas en la tela, dificultando el lucimiento de los novilleros. Destacó el primero y sobre todo el cuarto, un gran novillo. Noel García, oreja y dos orejas; Juan Pablo Ibarra, silencio y silencio; Ignacio Garibay, silencio tras dos avisos y silencio.