
3 de octubre de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Las Ventas ha celebrado la primera corrida de toros y el segundo festejo de su Feria de Otoño, en la que los diestros Emilio de Justo, Borja Jiménez y Tomás Rufo se midieron a los ejemplares de la ganadería de Victoriano del Río y Toros de Cortés (5°). Los animales fueron variados en comportamiento, aunque de opciones limitadas y de embestidas. Se dejaron llevar, dejando pinceladas y muchos matices de calidad. Destacaron muy por encima el segundo y el sexto. Emilio de Justo se dispuso ante el primero y en la primera tanda se le metió por dentro y lo prendió feamente, teniendo que hacerse cargo Borja Jiménez. Aunque la tarde parecía que se quedaría en mano a mano tras el percance del extremeño, en el sexto toro y después de probarse, decidió salir para torear el segundo de su lote. Cautivó, en una faena de poder, firmeza, clase y mucha determinación con la que llegó con fuerza a los tendidos. El sevillano emocionó y llegó con fierza ante el tercero, un toro al que llevó con gusto y verdad, pero con el que también se metió entre pitones. Desarrolló un faena de poder e imposición, estando por encima del quinto, un toro que pasaba sin decir demasiado. Tomás Rufo encuentra el acople ante el buen segundo, un toro repetidor, con celo y entrega. Lo intentó con el cuarto sin alcanzar a calar en los tendidos venteños.
Emilio de Justo, sufre un percance ante el primero de la tarde
Emilio de Justo se lució y estiró con el primero de la tarde, un toro al que fue ganando terreno mientras se lucía con el por chicuelinas. Tras su paso por el caballo, se lució Borja en su quite. Se alcanzó la faena de muleta y el extremeño comenzó genuflexo, pasándolo por ambos pitones, sacándolo del tercio. Se disponía a comenzar con la primera tanda, pero se le vino por dentro y lo prendió bruscamente, quedando inmóvil. Fue trasladado a la enfermería y continuó Borja Jiménez ante el primero, al que pasaportó.
Rufo encuentra el acople en una faena de matices
Tomás Rufo saludó al segundo de la tarde, al que llevó y bregó con alguna que otra pincelada. Salió a los medios para brindar al público y después comenzar su labor con la muleta rodilla en tierra, pasándolo por ambos pitones. Siguió doblándose con el para llevarlo. Le dio tiempo y sitio para después citarlo en la larga distancia y aprovechar la inercia. Se la dejó puesta yel animal siguió el engaño con cierto ritmo, bajando la cara. Humillaba y había celo y transmisión en su embestida, solo tuvo que dejársela puesta. Cambió al natural, pero sin la misma armonía y ligazón, punteaba la tela en los primero pases. Poco a poco, bajándole la mano y llevándolo con los vuelos encontró el acople y pulcritud. Supo encontrar el calado en la división de opiniones. Insistió al natural, tocando y deslizando. Alargó la faena, ahora retomando las series sobre el derecho, bajándole la mano y siempre dejándosela en la cara. Mató con acierto.
Borja Jiménez alarga su faena y desluce con el acero
Salió el tercero, al que bregó y llevó con suavidad y matices Borja, logrando estirarse con el más allá del tercio. Se alcanzó la faena de muleta y Borja Jiménez se fue a la puerta de la enfermería para dejar allí su montera. Después, se fue a los medios para recibirlo con un cambiado por la espalda. Se mantuvo en aquellos terrenos, ligando sobre el pitón derecho con emoción, llegando a los tendidos. El animal se arrancaba con prontitud y seguía el engaño con pulcritud y mucho ritmo también al natural. Borja continuó sobre el izquierdo, también dándole pausas, cada vez acortando más las distancias, corriéndole la mano con cierto gusto, llevándoselo a la cadera. Sin embargo, también hubo mucho pases de tragar saliva y aguantar, pues el animal cada vez se quedaba mas parado. A pesar de ello, el sevillano decidió seguir y alargar, comprometiendo los pases, ahora sobre el derecho, metiéndose entre pitones. Culminó con unos ayudados por alto y una estocada al segundo intento.
Rufo lo intenta pero no llega a los tendidos veteños
Tomás Rufo saludó al cuarto, al que esperó con quietud y después bregó hasta sacar del tercio y poder estirarse con el a la verónica. Se cambió el tercio y Rufo se fue directo a Florito para brindarle. Comenzó su labor con la muleta en los terrenos del tendido seis, citándolo en largo, esperándolo en el tercio para después aprovechar la inercia y ligarlo en un inicio dotado de ritmo y ligazón. Siguió sobre el pitón derecho, dejándosela puesta y tirando de la embestida. Cambió al natural entre las protestas de un respetable que le reprochaba el sitio. Aquella labor no lograba tomar vuelo, por mucha entrega que le pusiera. Se mantuvo en el tercio, pasando a un toro que tomaba el engaño abajo y que tenía ritmo y repetición en sus embestidas. Recuperó el pitón derecho, alternando, pero sin lograr llegar a los tendidos. Mató con aseo.
Salió suelto el quinto, al que llegó Borja Jiménez sin poder estirarse con el. Lo recibió en la muleta bajo los terrenos del siete, tanteándolo por ambos pitones, bajándole la mano. Se lo llevó más allá del tercio y siguió sobre el derecho, envolviéndoselo en una tanda aplaudida en los tendidos. Le dio tiempo y sitio para continuar por el derecho, tocando y llevando, pasando a un toro que humillaba y seguía el engaño. Supo dosificar muy bien el sevillano, desarrollando tandas cortas, pero bien llevadas. Cambió al natural, logrando algunos pases largos y profundos, aunque no suficientes para redondear su labor. Sin llevarlo más allá del tercio, siguió con un toreo a pies juntos y aunque el toro pasaba, sus embestidas no tenían el suficiente calado. Culminó metido entre pitones, poniendo todo, estando por encima de su oponente.
Emilio de Justo corta las dos orejas al sexto
Salió Emilio de Justo para recibir al segundo de su lote y sexto de la tarde. Lo recibió de rodillas, al hilo de las tablas, para después estirarse con el a base de verónicas bien realizadas. Se alcanzó la faena de muleta y el diestro brindó al público desde los medios. Se dispuso a torear al natural para comenzar su labor, envolviéndoselo con ritmo y calado. Se la dejó puesta abajo y sobre el pitón derecho tiró de la embestida, creando una tanda que levantó al respetable. Dosificó y dio tiempo y sitio a su oponente, que se entregó con prontitud y obediencia, siguiendo el engaño por abajo, aunque con algún que otro derrote. Se lo pasó muy cerca y llegó con mucha fuerza. Cambió al pitón izquierdo, toreando a base de profundidad y clase, cautivando. La faena estaba hecha y él lo sabía, metió el acero y cortó las dos orejas.
Ficha del festejo:
Las Ventas. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (5°). Los animales fueron variados en comportamiento, aunque de opciones limitadas y de embestidas. Se dejaron llevar, dejando pinceladas y muchos matices de calidad. Destacaron muy por encima el segundo y el sexto. Emilio de Justo, herido y dos orejas; Borja Jiménez, saludos tras aviso y saludos; Tomás Rufo, silencio y pitos.