Decepción en Cañaveralejo, solo oreja para Galdos, el cemento se hizo más duro en Cali

27 de diciembre de 2025/Javier Baquero

Con sol picante, la música en el palco alto y mucha expectativa inició el segundo festejo de la Feria de Cali 2025, una corrida para entendidos en el tema. La ganadería triunfadora del año anterior y tres toreros de cartel y arte interesante, pese a esto el devenir fue variopinto. Algunos toros de poca presencia, algunas lidias no ajustadas y el malfario de la espada.

Román Collado 

El primer toro de la tarde, un cárdeno salinero oscuro, marcado con el número 01 en sus lomos y con 442 kilos, con mucha cara saltó al ruedo para ser saludado por Román, quien lo esperó a que reconociera el ruedo y por fin fuera al engaño. Tan solo dos lances de probatura y paso a los caballos. Con un capote muy técnico Román llevó el astado a la cabalgadura. Un par de puyazos cortos. Brindó al público y con mucha disposición para tirar de un toro tardo, al que había que entender y hacerle las cosas bien. El ejemplar no se acabó de enseñar en el engaño, pero Román entendió sus condiciones y le sacó partido acorde a lo planteado por el astado. Mato de estocada completa y que salió por la paletilla por la poca caja del de Campo Real. El descabello no acortó el sufrimiento y los avisos llegaron al máximo.

El cuarto un ejemplar con más fenotipo fue lanceado por Román con la ilusión de recomponer la tarde. Llevo al ejemplar con chicuelinas al paso y pidió poco castigo para Caprichoso, que busco empujar con fuerza el caballo de Viloria.

Román invitó al peruano Galdos a torear a la limón, lo que fue del regusto del público.

Román brindó al público y tomó distancia para iniciar, planchó su muleta y citó para que Caprichoso arrancara con mucho son a buscar el engaño. Armonía en los muletazos y otra vez las distancias para. Hacer lucir al toro. Luego de uno en uno, porque se perdía recorrido, a lo que el español respondió con atacar con firmeza, quizás dejando enganchar por momentos el trapo rojo. La espada no encontró camino expedito y todo se tornó en tedio. La muerte llegó tras habilidad de Román. Pitos al toro.

Joaquín Galdós 

El diestro Galdos lidió un ejemplar muy escaso de carnes y con cara de juventud. El de Campo Real peleó en los montados.

Con la muleta brindó al público para crear una faena donde el temple y la fijeza del toro fue aprovechada a por el coletudo, quizás hubiese podido ser lidiado con más lentitud y menos prisas. La fijeza y el son del ejemplar daban para ello. Mato de media efectiva. Oreja afectuosa.

En quinto lugar, el torero peruano lidió un ejemplar justo de carnes, de nombre Guayacan. Un negro meano, al que lanceó a la Verónica acomodándose al son del cornupeta.

Galdos brindó a Luis Bolívar y partió al centro a buscar las embestidas, de uno en uno construyó una faena carente de unidad, con altibajos muy notorios, muletazos de muchas facturas pero sin una profundidad en lo que quería crear. Mato de estocada trasera y efectiva.

Javier Zulueta 

Zulueta vio partir plaza a un cárdeno de caja pequeña, muy en el tipo Coloma. Lanceó por verónicas de estudio y dio paso a los montados. El toro Leyenda repucho la vara.

Con la muleta, Zulueta trató de hacer las cosas bien, pero le costó por momentos entender las embestidas del toro americano en Coloma, al punto de verse comprometido en algunos muletazos. Pese a que el español tuvo un proceso muy prometedor como novillero nos mostró su poco recorrido tras su alternativa.

La signatura de la espada y el descabello también está pendiente en el residentemente alternativado. Dos avisos.

Para el cierre Zulueta saludo a un velero al que solo le dejo lances de probatura.

Sin brindar Zulueta tomó los trastos e inició una lucha por poder estar frente a la cara del veleto. La intención duró dos medios muletazos a buscar la espada. Bochorno tras el trapo y espanto en el rostro.

Ficha: Sábado 27 de diciembre. Plaza de toros de Cañaveralejo, Cali (Colombia). Segunda de feria. Alrededor de media entrada en tarde agradable. Toros de Campo Real, muy pobres de presencia y juego en general. Alguna opción ofreció el noble segundo. Román: Silencio tras dos aviso y silencio tras aviso. Joaquín Galdós: Oreja y ovación. Javier Zulueta: Silencio tras aviso y pitos.

 

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