Miembro de una honorable dinastía torera, el varilarguero mexiqueño se distinguió por su profesionalismo dentro y fuera del ruedo
22 de enero de 2021/Adiel Armando Bolio
Cuando contaba con 62 años de edad y plenitud de facultades, este viernes 22 de enero de 2021 el picador de toros nacional Rodolfo Acosta Chávez fue atacado por la pandemia del Covid-19 en el Estado de México y al final de cuentas perdió la “batalla”, lo cual resulta verdaderamente lamentable para la familia taurina.
El destacado varilarguero de honorable dinastía se distinguió siempre como todo un profesional en su actividad, además de ser un gran ser humano dentro y fuera del ruedo.
Rodolfo formaba parte de la terna de toreros de plata, los afamados hermanos Acosta conformados por Alfredo y Francisco “Paquiro”, quienes en un principio fueron novilleros y terminaron desempeñándose como rentables subalternos de a pie y, Rodolfo ha sido el único picador, y de igual se debe incluir a su primo el rehiletero Juan Ramón Saldaña Acosta, actual secretario general de Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros.
Rodolfo Acosta Chávez nació en la Ciudad de México el 28 de mayo de 1958. Presentó su examen como picador de toros el 20 de noviembre de 1992 en el coso de Jiquilpan, Michoacán, tarde en la que actuaron los matadores de toros Jorge Gutiérrez, José de Jesús y Teodoro Gómez, con ganado de Rafael Mendoza.
Laboró en las cuadrillas de matadores como Alejandro y Diego Silveti, además de asistir a otros matadores como Roberto Miguel, incluyendo algunos más de relevancia tanto de México como de España.
Sus inicios en la Fiesta de los Toros se dieron a los siete años de edad, siempre bajo la mirada de su padre don Ramón Acosta González, quien al igual que sus hermanos, los enlistó en el mismo ambiente desde su infancia.
Fue siempre un hombre dedicado a la Fiesta Brava y, sobre todo, al gremio de los subalternos, donde fungió como secretario del trabajo dentro de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros.
Fue entonces una lesión que ya no le permitió torear desde hace tres años, por lo que ya se dedicaba a realizar otras actividades para poder subsistir y atender así a su amada familia.
El terrible Covid-19 finalmente se hizo de su organismo y no le pudo pelear. como picador que era, a este tan complicado toro, perdiendo finalmente la “lucha” por vivir en el Hospital General de Zona 68, en Tulpetlac (Ecatepec de Morelos), Estado de México, a donde había ingresado a mitad de semana.
Rodolfo Acosta Chávez deja entonces a su esposa Rosa Palacios e hijos, a quienes enviamos nuestras más sinceras condolencias. Descanse en Paz.
DATO
Desde el 20 de noviembre de 1992, Rodolfo Acosta Chávez se desempeñaba de manera profesional con carnet de la agrupación de subalternos