«Esto es muy duro… pero lo que más duele a uno es que el aficionado que cree en ti no te pueda ver torear», confiesa Luque en una entrevista en la que también se muestra esperanzado ante el 2021.
23 de enero de 2021/Javier Fernández Caballero
La temporada que en 2020 hizo Daniel Luque, unida a la campaña del 2019 en tierras francesas, fue francamente espectacular. Después de convertirse en un joven veterano del escalafón y de no saber muy bien qué hacer con las inmensas condiciones innatas que atesora para ser figura del toreo, 2020 fue el click para un Luque que ya está lo suficientemente maduro para no dejarlo escapar en lo que el 2021 le deje. Profundo, macizo, incontestable, aunque hayamos tenido pocas ocasiones de verlo por la pandemia.
P- El invierno más duro de toda la historia: debe ser frustrante para un artista ver cómo todo se desmorona por causas externas, ver cómo el trabajo no tiene fruto, ver cómo la lucha no se recompensa en tardes, ¿cómo has sobrellevado mentalmente todo eso?
Al principio fue un desastre, porque año tras año intentas sembrar para recoger el fruto del trabajo, pero ver cómo por causas externas no puedes hacerlo te frustra. He tenido años en los que se ha contado menos conmigo, años en los que he tenido que empezar de cero y me he tenido que ganar poco a poco el sitio, pero por lo menos tenía las oportunidades para hacerlo. Esta situación es que era inconcebible por nadie hasta ahora, y mucho menos para un torero. Te quedas sin poder demostrar lo que llevas dentro, sin poder sacar a la luz todo lo que llevas buscando durante años. Es muy duro… pero lo que más duele a uno es que el aficionado que cree en ti no te pueda ver torear.
P-En esa carrera mental por superar estos meses de incertidumbre, ¿qué etapas has pasado?
Ha habido días de todo, pero lo he sobrellevado intentando no desconectar gracias al toreo en el campo. El principio fue más duro por la incertidumbre de no saber nada; de buenas a primeras, estar anunciado en treinta tardes como en el inicio de 2020 y luego ver que no se dan las corridas te afecta. En marzo había 30 corridas hechas, y luego no estabas en ningún lado porque no se daban los festejos…. pero, al final, la gente se moría y veías que esto no era una tontería.
En cuanto a la parte más material: ¿Has podido torear mucho en el campo? Y en cuanto a la más artística, ¿cómo te has encontrado? ¿Has descubierto virtudes que, quizá en otro momento y en otra circunstancia, hubiese sido imposible dar con ellas?
Yo siempre he sido un torero que he toreado mucho en el campo, he tenido esa suerte. Siempre me han atendido las casas. Creo que ha sido un año más de tener la mente ocupada y de no pensar en otras cosas e ir avanzando en tu tauromaquia. Se aguanta mejor la situación cuando uno ve que las corridas están anunciadas; pero ahora no es tan fácil pensar solo en la profesión y dejar todo de lado. Al principio de la pandemia no era capaz de sobrellevar esas cosas y eso me preocupaba mucho…
P-¿Qué crees que se ha hecho bien y qué crees que se ha hecho mal desde el sector? ¿Qué criticas o alabas de entidades como la Fundación o ANOET durante estos meses?
Yo creo que todos hemos intentado poner nuestro granito de arena. La Fundación es fundamental, y con la Gira de la Reconstrucción así lo ha demostrado. Tiene un equipo extraordinario. De ANOET estoy menos pendiente, pero imagino que todos han querido remar a una misma corriente. Esto es una profesión muy dura y difícil, no es fácil a poner a todos de acuerdo, pero viviendo las circunstancias que estamos viviendo, todos tenemos que dar un paso para poder navegar. Todos estamos deseando de poder ser libres, y lo seremos muy pronto: hay que tener fe.