«Prefiero hacerle un favor a los ganaderos regalándole los caballos que no puedo mantener porque no hay corridas que hacerlos carne por 500 euros», señala Manolo Gijón en este reportaje.
27 de enero de 2021/Javier Fernández Caballero
La primavera que se avecina sin la cantidad de corridas de toros y novilladas que se tenían que celebrar pone en jaque a otro sector fundamental para el desarrollo del espectáculo: el de las cuadras de caballos de picar. Sin ayudas (como algunas ganaderías de bravo están teniendo en Comunidades Autónomas como Madrid o Extremadura) y sin festejos, el drama de las cuadras de caballos de picar es histórica.
Hoy, en Cultoro, hemos hablado con tres responsables de cuadras de caballos de picar en nuestro país: Manolo Gijón -que venía atendiendo unos 70 espectáculos hasta 2019 en las provincias de Ciudad Real, Toledo, Albacete, Badajoz, Córdoba o Jaén-, Enrique Peña –que cubría la Real Maestranza sevillana y algunos festejos en Francia- e Israel de Pedro –que cubría festejos especialmente en la Comunidad de Madrid y Castilla y León-.