En esta casa ganadera, con ya 42 años de fundada, se probaron un macho y una vaca anfitrionas y seis más procedentes de un toro de Boquilla del Carmen

31 de enero de 2021/Adiel Armando Bolio

En 1979, hace ya 42 años, en pleno campo del municipio aguascalentense de San Francisco de los Romo, un real amante de la vida envuelta en la naturaleza, comenzó una significativa historia, sin mucha solvencia económica, pero si llena de sacrificio, dedicación, afición y vocación para la crianza de ganado bravo, así que en ese espacio municipal, a un lado de la localidad de La Escondida, con gran ilusión don Juan Gilberto Castorena Hernández fundó la ganadería de Campo Grande con la pureza vacas de Begoña y sementales de San Miguel de Mimiahuápam, y aunque al cabo del tiempo la sigue disfrutando y sufriendo, ese idilio campirano se lo ha heredado a sus hijos Gilberto y Rodrigo Castorena Perales, quienes en la actualidad, a pesar de la falta de recursos, realizan una labor titánica para manejarla y mantenerla vigente, sobre todo ahora en esta difícil época de pandemia.

Y ese ver por la ganadería se refleja precisamente en los trabajos que realizan a brazo partido tanto Gilberto como Rodrigo, siempre dirigidos por su padre, por lo que el reciente viernes 29 de este mes llevaron a cabo la tienta y herradero de un macho de la casa más la de una vaca que estaba preñada, igualmente pura de lo de San Miguel de Mimiahuápam, además de la prueba de seis vacas que son el primer producto que les ha dado, como semental, un toro de Boquilla del Carmen, llamado “Bien Cantao”, mismo que indultara en Tlaltenango, Zacatecas, en 2015, el diestro Antonio Romero.

La verdad es que la tienta, la que inició con la bendición y la oración de la ganadera doña Estela Perales de Castorena, ha sido todo un éxito, siendo dirigida por el matador de toros Joselito Adame, quien se hizo auxiliar del prometedor novillero Enrique Melchor y el destacado aficionado práctico Carlos “Yayo” Robledo.

Finalizadas las arduas labores de este campo que luce los colores de su divisa en morado, oro y rojo y que Campo Grande empezó a lidiar hasta 1989, los mismos hermanos Gilberto y Rodrigo deleitaron a los ahí presentes con una suculenta birria tatemada, botanas y una gran variedad de bebidas. ¡Enhorabuena por su amor al campo bravo!

HABLA EL HIJO DEL GANADERO

Tras la fructífera tienta, estas fueron las impresiones acerca de ella a cargo del hijo del ganadero y auténtico “hombre orquesta” en el desarrollo de la dehesa, Gilberto Castorena Perales:

“Nos deja contentos para seguir trabajando, más en estos tiempos en que todo ha estado cuesta arriba, pero ahí vamos con las cruzas y con los nuevos empadres. Creo que empezamos bien, ello nos ilusiona a seguir en esto a pesar de que no es negocio, pero si es de mucha afición, mucho gusto y mucha pasión y si es como ésta pues nos deja contentos para continuar”.

Sobre esa pasión de la que hablas ¿cómo fue que Campo Grande superó todo lo sucedido en 2020 por la pandemia?

“Fue siempre ir cuesta arriba, la situación se nos puso bastante fuerte, complicada, tuvimos inclusive que mandar algunos toros al rastro debido a que no había ventas, hubo que meterle dinero de otros lados, tanto mi hermano como un servidor y mi padre tuvimos que hacerlo y, bueno, siempre echándole para adelante y queriendo ser mejores, tratando de que esto ojalá cambie y que se abran otra vez las plazas para vernos con afición y con nuestros toros en los distintos puntos de la república”.

Así como otras ganaderías que tuvieron la oportunidad de echar algunos de sus toros a puerta cerrada ¿Campo Grande tuvo la oportunidad de hacerlo?

“Sí, de hecho, echamos cuatro toros a puerta cerrada a distintos matadores para verlos. Ahora mismo tenemos una corrida que estaba programada para el año pasado en la Monumental Plaza México, es más, ya estaba reseñada, pero por lo de la contingencia sanitaria simplemente no se pudo y pues nada, seguimos manteniéndolos para saber qué podemos hacer más adelante”.

¿Cuál es la perspectiva para 2021?

“Creo que igual, estoy convencido de que la experiencia nos debe ayudar para enfrentar y poderle a este ‘toro’ tan difícil, por lo que es momento de unirnos todos, tanto la afición, como los profesionales del toreo, es momento de cerrar filas, de que esto siga vivo a pesar de las circunstancias y, sobre todo, dejar a un lado los egos para hacer grupo y salvar esto que tanto queremos y que necesitamos que siga vivo a pesar de los ataques y de la pandemia que ha sido el mayor anti taurino que nos ha pegado”.

¿Campo Grande asistirá a la asamblea de ganaderos en San Juan del Río?

“Sí, ahí estaremos, con todas las restricciones que se han marcado y para saber quién será el nuevo líder que nos guiará en estos tiempos y esperando un panorama mejor y, sobre todo, poner los puntos sobre las íes para que esto, insisto, lo apoyemos de verdad, hacer unión y ver cómo sacamos este ‘barco’ adelante, porque hay formas de hacerlo, pero hay que innovar, hay que seguir sobre la misma tradición, pero con nuevas ideas para que esto continúe”.

DATO

Campo Grande nació en 1979, pero con su nombre lidió hasta 1989. Se presentó en la Plaza México, con novillada en 1986 y corrida en 1992

Pie. El ganadero don Juan Gilberto Castorena Hernández y sus hijos / Efrén González