Extraordinario encierro de Santa Bárbara con el que El Cid se despide cortando tres orejas y bordando el toreo, Román a un bravo quinto y Juan Sebastián Hernández se doctora mostrando entrega.
7 de enero de 2020/Texto y Foto: Diego Alais
Se despedía del toreo en activo Manuel Jesús «El Cid» este 7 de enero en la Feria del Café de la ciudad colombiana de Manizales. Lo hacía dándole la alternativa a Juan Sebastián Hernández. Román completaba el cartel con un encierro de Santa Bárbara como materia prima ganadera.
«Jinete», un animal castaño de 478 kilos, fue el primero de Santa Bárbara, un animal sin fuerza con el que tomó la alternativa el novillero Juan Sebastián Hernández. Cambiaba mucho su comportamiento en un tercio de banderillas en el que se desmonteró Ricardo Santana. Tras la ceremonia de alternativa, brindó el joven el primer toro de su vida a su madre. Transmitió luego el animal, realizando una faena limpia y templada entre las rayas del tercio por ambos lados. Estocada entera, suficiente para tumbar al toro y pasear la primera oreja de la tarde.
Castaño claro, de nombre «Rabioso» y con 494 kilos de peso, era el segundo de la tarde, primero del lote de El Cid. A la verónica recibió a un toro que galopó y fue franco en la embestida de salida. Al público brindó tras la devolución de trastos. Limpio toreó El Cid, cuajando una faena casi al completo por el pitón izquierdo, por donde bordó el toreo. Mató de una gran estocada, rematada con un descabello. Oreja y vuelta al ruedo al gran toro. Sonó el pasodoble «Feria de Manizales».
De obispo y oro iba vestido Román para recibir a «Camarero», de 490 kilos, un castaño claro en el tipo de sus hermanos. Midió mucho de salida, cortó mucho y con peligro en banderillas y desarrolló sentido en la muleta. Entregado el valenciano ante un animal que embestía mejor por el derecho, acostándose por el lado zurdo. Estocada, descabello y oreja.
«Dicharachero», castaño de capa, era el cuarto del festejo, último toro de la carrera en activo de El Cid. Echaba las manos por delante de salida y fue reticente en la embestida, saludando montera en mano los miembros de su cuadrilla en banderillas. A Juan Carlos Gómez, director de Cormanizales, brindó el matador su faena. Repitió muy bien el toro por el derecho, toreándolo a gusto, pasando más vencido por el lado zurdo. Muletazos por bajo muy ceñidos del torero, pinchando a la primera y matando de estocada, cayendo sin puntilla el animal. Dos orejas al torero y vuelta al ruedo al toro.
«Castellano», negro zaíno cornidelantero y de 472 kilos era el quinto, animal al que indultó Román Collado tras una sensacional faena. Al público fue el brindis del valenciano, que dejó muletazos templadísimos por ambos lados a un astado que iba siempre a más, con recorrido y fijeza. Animal bravo que encendió las almas de los aficionados, que pidieron finalmente con fuerza un indulto concedido por el palco. Dos orejas simbólicas.
El sexto, de 504 kilos, de nombre «Vigilante», era un jabonero sucio muy serio y que fue noble en las verónicas del toricantano. Brindó a Felipe Negret, empresario de la Corporación Taurina de Bogotá. Comenzó su labor de rodillas y emocionó a los tendidos. Paseó una oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Manizales, Colombia. Tercera de la Feria del Café. Corrida de toros. Casi lleno.
Toros de Santa Bárbara, de vuelta el tercero.
Manuel Jesús «El Cid», oreja y dos orejas.
Román, oreja y dos orejas simbólicas.
Juan Sebastián Hernández, que tomaba la alternativa, oreja y oreja.