12 de mayo de 2023/Adiel Armando Bolio/Fotos: Emilio Méndez

Del miércoles 10 de mayo al domingo 4 de junio de 2023 se estará celebrando en el coso Monumental de Las Ventas de Madrid el afamado serial de San Isidro, mismo que se realiza desde 1947 y, en esta ocasión, contándose con la participación de cuatro diestros mexicanos, dos aguascalentenses, uno queretano y otro michoacano, que buscan romper con la ya muy larga sequía de 51 años de que algún diestro nacional abra la Puerta Grande, pero, para ello, para entender la relevancia de la presencia mexicana en el ruedo venteño, metámonos un poco a la historia placera de la capital del reino español.

Rezan los libros que, antes del coso Monumental de Las Ventas, hubo en Madrid otras plazas de toros. La primera era de madera y de forma circular y fue montada en 1737 junto a la embocadura del río Manzanares, en el paraje llamado Casa Puerta, debida al gran arquitecto del barroco madrileño don Pedro de Ribera.

La siguiente se construyó en 1749 y fue la primera plaza de toros permanente y también la primera en la que se utilizó, además de madera, ladrillo. Se instaló en unos terrenos próximos a la Puerta de Alcalá, entre las actuales calles de Serrano y Lagasca, donde hoy se encuentra la iglesia de San Manuel y San Benito, siendo entonces por deseo del Rey Fernando VI y gracias a sus arquitectos Juan Bautista Sachetti, Ventura Rodríguez y Fernando Moradillo.

Pero en 1860, la ciudad de Madrid inicia las obras de su ensanche debido al aumento considerable de la población y fue el ingeniero y arquitecto don Carlos María de Castro quien, en el nuevo trazado de la ciudad, proponía el traslado a otro lugar de la plaza de toros, concretamente detrás del Parque del Retiro. En 1872 se iniciaron los trabajos para la construcción de la nueva plaza que quedaría ubicada a la derecha de la calle Alcalá -llamada entonces Camino de Aragón- donde hoy se encuentra el Palacio de los Deportes. La plaza tenía una capacidad para 12 mil espectadores y fue levantada por los arquitectos Emilio Rodríguez Ayuso y Lorenzo Álvarez, en estilo neo mudéjar. Durante muchos años, sería ejemplo de construcción para la mayoría de las plazas hasta su cierre, el 14 de octubre de 1934.

LAS VENTAS DE MADRID

La plaza de toros Monumental de Las Ventas fue ideada por el gran diestro José Gómez Ortega, Joselito “El Gallo”. El arquitecto que diseñó el proyecto fue don José Espeliú -que murió sin verla terminada- y su obra la continuó otro arquitecto, don Manuel Muñoz Monasterio, quien años después proyectaría el estadio de futbol “Santiago Bernabéu” del Real Madrid. Su construcción duró varios años porque el lugar escogido para su ubicación en el arroyo del abroñigal requirió de muchos movimientos de tierras, desmontes y arreglos. Las obras se iniciaron bajo la dictadura del general Primo de Rivera -entre 1923 y 1929- y concluyeron ya proclamada la Segunda República.

La primera corrida de toros se celebró el miércoles17 de junio de 1931, aún sin estar terminada y, fue organizada, por el entonces alcalde de Madrid, Pedro Rico, con el fin de recaudar fondos con destino a los obreros en paro. En dicha corrida intervinieron varios toreros, Diego Mazquiarán “Fortuna”, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Fausto Barajas. Luis Fuentes Bejarano, Vicente Berrera, el mexicano Fermín Espinosa “Armillita Chico” y Manuel Mejías “Bienvenida” para lidiar toros de Pedro Domecq, Julián Fernández Martínez, Manuel García, Concepción de Concha y Sierra, Graciliano Pérez Tabernero, Hijos de Andrés Sánchez (Coquilla), Agustín Mendoza y de Indalecio García Mateo. La inauguración oficial se retrasaría hasta el 21 de octubre de 1934, estando en el cartel Juan Belmonte, Marcial Lalanda y Joaquín Rodríguez “Cagancho”, con toros de doña Carmen de Federico.

Durante la Guerra Civil se destruyeron parte de sus instalaciones y se utilizó como cárcel, para guardar animales y como arsenal de armas y, como anécdota, hay que recordar que la imagen más extraña fue que en 1939, su ruedo se había convertido en una huerta donde se cultivaban verduras y legumbres, que sirvieron de alimento a los soldados.

Después de la guerra, el 24 de junio de 1939, se celebró la primera corrida de toros, a la que se llamó la “Corrida de la Victoria” y, en ella participaron hasta seis toreros, Marcial Lalanda, Vicente Barrera, Luis Gómez “El Estudiante”, Pepe Amorós, Domingo Ortega, Pepe Bienvenida y el rejoneador Antonio Cañero. Desde entonces, en el coso de Las Ventas han toreado y actuado todas las grandes figuras de la Tauromaquia moderna y contemporánea, ya fueran españoles, mexicanos, ecuatorianos, colombianos, portugueses, franceses, venezolanos o peruanos, pues la Fiesta de los Toros es universal.

Las Ventas es la plaza más importante del mundo y la segunda en capacidad, con 23 mil 798 asientos, después de la Monumental Plaza México en la que caben casi 50 mil espectadores. Su ruedo mide 61.5 metros de diámetro y el ancho del callejón es de 2.2 metros. Sus localidades se distribuyen en diez tendidos, divididos en tendido, grada y andanada.

Es la única plaza de toros en España en la que se ofrecen festejos todos los domingos entre los meses de marzo y octubre y en que la feria de San Isidro tiene lugar entre el 10 y el 30 de mayo, organizándose corridas, novilladas y corridas para rejones todas las tardes.

Fue entonces en 1947, cuando tuvo lugar un hecho de relevancia para la vida de la plaza, cuando don Livinio Stuyck creó la Feria de San Isidro, un ciclo continuado de corridas de toros, lo que supuso el espaldarazo definitivo al prestigio de la Monumental de Las Ventas, lo que la convirtió en la plaza de toros más importante del mundo.

LA PUERTA GRANDE

La plaza de toros de Las Ventas, está considerada por profesionales, aficionados y críticos como el coso de mayor relevancia en el mundo, la llamada “Catedral del Toreo”. Para su ingreso cuenta con 18 puertas de acceso exterior y 4 principales que dan al ruedo. Pero, de todas ellas, hay solo una que se convierte en un umbral hacia la “gloria eterna”, la famosa Puerta Grande, misma que fue diseñada por el arquitecto José Espeliú con el ya conocido estilo neomudéjar. Su diseño corresponde a un gran arco en forma de herradura construido con típicas formas abstractas de ladrillo que recubre la totalidad de la plaza. Su ubicación da salida a la Calle de Alcalá, la más famosa de Madrid. Dicho por los propios toreros: “Salir por la Puerta Grande de la plaza de Madrid es como si tocaras el cielo”.

MEXICANOS DE PUERTA GRANDE

A lo largo de los 92 años que está por cumplir el Monumental coso de Las Ventas de Madrid, han hecho el paseíllo un gran número de toreros mexicanos y, de todos ellos, del ruedo venteño, han salido en hombros abriendo esa Puerta Grande tan sólo nueve matadores de toros.

Detrás de quienes aparecen con el mayor número de salidas por la Puerta Grande, el salmantino Santiago Martín “El Viti”, con 14 salidas, entre 1961 y 1973; del sevillano Paco Camino, con 12, entre 1963 y 1976 y, del caraqueño madrileño Antonio Bienvenida, con 11, entre 1942 y 1971, les siguen los nuestros Carlos Arruza, con tres, en 1944, 1945 y 1946; Lorenzo Garza, con dos, en los años 30; Juan Silveti -hijo-, con dos, en 1952; Eloy Cavazos, con dos, en 1971 y 1972; Fermín Espinosa “Armillita Chico”, con una, en los años 30; Fermín Rivera, con una, en 1945; Carlos Vera “Cañitas”, con una, en 1945; Antonio Lomelín, con una, en 1970 y, Curro Rivera, con una, en 1971.

Como se verá, la salida por la Puerta Grande de Madrid más reciente viene de 1972, lograda por Eloy Cavazos y, de manera reciente, se les ha negado a los nuestros ese privilegio, algunas veces por fallar con la espada y, otras, las más, por la absurda localía del palco de la presidencia.

Ahora, como cada año, la mesa está puesta para nuestros toreros, tocando ahora a Fonseca el lunes 15 de mayo, a Leo Valadez el domingo 21, a Octavio García “El Payo” el miércoles 24 y a Arturo Saldívar el miércoles 31, los cuatro plenamente conscientes y experimentados de lo que es Madrid y todos con amplias posibilidades de abrir la Puerta Grande.

De verdad, esperamos que se rompa esa jettatura de 51 años sin que uno de los nuestros viva la intensa emoción consagratoria de ser apeado en volandas de la plaza más importante del Orbe Taurino, de Las Ventas de Madrid. ¡Suerte matadores!