8 de octubre de 2023/Patricia Prudencio Muñoz /Fotos: Emilio Méndez
La Plaza de Toros de Las Ventas ha celebrado una corrida de toros este domingo 8 de octubre, un festejo de cara y cruz, de Puerta Grande y de sangre. Román, Borja Jiménez y Leo Valadez se midieron a los de Victorino Martín. Los toros fueron inciertos, agresivos, buscones, exigentes y poco colaborativos en las faenas. Los nombres de la tarde fueron los de Borja Jiménez y Román, el primero de ellos por cortarle tres orejas a los de Victorino en una tarde que se alejaba del triunfo; el segundo por la herida por asta de toro que no le permitió salir a matar el cuarto, después de meterle la espada al primero de la tarde se lo tuvieron que llevar a la enfermería. Borja deleitó al natural en Madrid, con clase y toda la verdad por delante, dejando también pinceladas por el derecho. Además, el sevillano tuvo que hacerse cargo de tres toros en la tarde, cortando una oreja en cada uno de ellos, que de no haber sido por la espada hubieran sido más, porque lo bordó. Leo Valadez quiso y se entregó, haciendo una declaración de intenciones, pero sin acople con dos toros exigentes, más allá de lo noble que pudiera aparentar ser el tercero. Tuvo que recomponer en cada pase, evitando que se le echara encima un animal que buscaba y que sabía lo que dejaba atrás.
Salió el primero de la tarde y Román lo saludó pero viendo que no se podría estirar con el, empezó a enseñarlo a embestir, sacándolo de tablas. Tras unos difíciles tercios de varas y banderillas se alcanzó la faena de muleta, la cual inició con un trasteo por abajo, genuflexo, tratando de tirar del animal para sacarlo del tercio. Una vez fuera se definió por el pitón derecho, perdiéndole pasos y recomponiendo, uno a uno, sin continuidad. Tenía mejor entrada que salida, le soltaba la cara, tocaba la tela y se le volvía. Siguió insistiendo, pero ahora por el pitón izquierdo. En aquel primer natural se le paró el astado y en lugar de retirarse decidió aguantarlo en el sitio, por lo que le prendió provocándole una herida por asta de toro en el muslo derecho. Tuvieron que hacerle un torniquete para que terminara la faena. Le hundió el acero y la cuadrilla se lo llevó directo a la enfermería. Tuvo que tomar el descabello Borja Jiménez.
En el saludo capotero lo bregó por abajo, sacándolo de tablas, donde apretaba con un peligro sordo. Lo trasteó por abajo en el inicio de la faena, definiéndose por el pitón derecho. Pero el astado le ganaba la partida, había que pasarlo y perderle pasos. La faena se convirtió en un tira y afloja de imposición. Borja siguió bajándole la mano, con poder, robando alguna que otra embestida por el derecho. Lo llevó en largo muy tapadito, sin quitarle el engaño de la cara. Cambió al izquierdo, marcando el recorrido con la ayuda, tomándose su tiempo para terminar de convencer al público venteño, que le acompañó a base de «olé» con su toreo al natural. Un toreo largo y lento en el que expuso y acortó las distancias, alargando el último tercio. A pesar de no ser una estocada perfecta, el animal dobló.
Leo Valadez recibió al primero de su lote, ganándole terreno para bregarlo por abajo mientras se lo llevaba a los medios. Hubo un quite sin réplica que firmó Borja Jiménez, pero premiada reservar al toro. Se alcanzó la faena de muleta y el mexicano tras un ligero tanteo continuó por el derecho. El animal era muy pegajoso, no daba margen de error, siempre encima. Quiso cambiar los terrenos, manteniéndose alejado de toda referencia a tablas. Al natural alargó el trazo, pero no pudo exigirle, se quedaba corto, no paraba de buscar, teniendo un látigo por cuello en las salidas. Se mostró voluntarioso y entregado con un toro de Victorino que pasaba sin que terminara de romper. Al natural, muy despacio sacó las pocas pinceladas que el animal llevaba dentro. Quiso insistir por el izquierdo, entre avisos, sabiendo que en el cualquier momento le podría levantar los pies del suelo. Se tiró a por el, pero el animal doblaría en el golpe de cruceta.
Borja Jiménez saludó al cuarto de la tarde, el segundo del lote de Román, que no pudo continuar la lidia. Se lució Leo con el quite a «Patero», que marcaba el ecuador del festejo. En el último tercio, lo tanteó genuflexo, en unos terrenos y unas alturas qué no tardó en rectificar. Se lo sacó del tercio y por el izquierdo dejó las primeras pinceladas. Lo abrió, dando amplitud al pase pero siempre sin quitarle los vuelos de la cara, dejándosela puesta. Tocó y se estiró con el, volviendo a cautivar a los tendidos. Midió las tandas y ralentizó el compás, tapando las asperezas del de Victorino. Siguió al natural, cruzándose y poniéndose en el sitio, pero cada vez desarrollaba más y sabía donde estaba el cuerpo. Cambió al pitón derecho, sometiéndolo por abajo, asentado en un trazo largo y firme. Culminó los últimos compases en el tira y afloja de perderle pasos y que no lo sorprendiera ni le ganara la partida. Deslució con la espada, pero acertó con el golpe de cruceta.
Leo Valadez dejó toda una declaración de intenciones. Se fue directo a la puerta de chiqueros para recibir a portagayola al segundo de su lote, para después estirarse con el en la seda, ganándole terreno. Hubo quite y su respectiva réplica, algo que el público ovacionó. Alcanzó la faena de muleta por abajo genuflexo, probándolo por ambos pitones. Continuó por el derecho, asentándose y encajándose para pasarlo. Lo citó y aprovechó la inercia del primer muletazo para darle continuidad a la serie. Se echó la franela a la mano izquierda y al natural, quiso abrirlo algo más y alargar el trazo, sin embargo, el toro no se prestaba a ello. No tardó en recuperar el pitón derecho, tratando de darle forma a una faena de tira y afloja en la que el toro, cada vez tenía más claro lo que dejaba atrás. Sin más opción que pasarlo, se fue a por la espada y no encontró acierto en la suerte suprema.
Borja Jiménez y «Plazuelo» cerraban la tarde. El sevillano se fue a recibirlo a portagayola, para después llevarlo en la seda. Tras un buen tercio de varas en el que el piquero fue ovacionado, Borja lo saludaba en la tela con un trasteo breve y comedido. Siguió por el derecho, muy despacio asegurando el pase y envolviéndoselo a la cadera. Le citó en la media distancia y aprovechó la inercia para darle continuidad y ligarlo. A pesar de lo bonito que quería hacerlo, no dejaba de ser un Victorino. Insistió con la derecha, dándole el pecho, alargando y obligándolo por abajo. Llegaba el toreo al natural y el diestro primero lo metió con el extremo de la franela, dejándosela puesta en la cara hasta culminar en los medios con una sonora ovación. El de Victorino atendía al cite y acometía, siempre entre teclas, evitando que lo sorprendiera y entre pases se acabará empañando su labor. No se lo pensó en exceso, lo colocó y se tiró a matar.
Ficha: Las Ventas. Toros de Victorino Martín. Los toros fueron inciertos, agresivos, buscones, exigentes y poco colaborativos en las faenas. Román, herido; Borja Jiménez, oreja, oreja tras aviso y oreja; Leo Valadez, silencio y silencio.
Incidentes: El diestro valenciano Román resultó herido durante el primer toro de la tarde de este domingo en Madrid. Fue cogido en el segundo derechazo, en el que el astado se lo echó a los lomos. Tras ser operado en la misma enfermería de la plaza por el equipo del cirujano García Padrós, fue trasladado a la Clínica Fraternidad-Muprespa Habana.
El parte médico reza lo siguiente: “Herida por asta de toro en cara interna del tercio superior del muslo derecho, con una trayectoria ascendente y hacia dentro de 20 cm produciendo destrozos en músculos aductores y alcanzando pubis. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros y posteriormente trasladado a la Clínica Fraternidad Muprespa Habana. Pronóstico grave que impide continuar la lidia”.