Perera y Emilio de Justo cortan una oreja en una interesante corrida de Victorino Martín en Madrid
12 de octubre de 2024/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Las Ventas ha celebrado la corrida del Día de la Hispanidad, en la que los matadores de toros Miguel Ángel Perera y Emilio de Justo se midieron a los ejemplares de la ganadería de Victorino Martín. Los animales fueron variados en comportamiento y opciones para los diestros. Tuvieron sus teclas y les plantearon dificultades, siendo el primero, segundo y sobre todo el sexto los más manejables, dejando muchos matices. Pero el tercero fue extraordinario. Perera desarrolló su faena por ambos pitones con el abreplaza, sin terminar de redondear. Destacó por el pitón izquierdo con el tercero, al que le cuajó a base de naturales y remató con un estocadón. Con el quinto no tuvo opciones, a pesar de sus intentos. Emilio de Justo desarrolló una faena larga y de entrega en la que dejó matices por ambos pitones. Su faena con el cuarto resultó un tira y afloja, un toro complejo con el que no hubo acople, pero sí un peligro sordo. Derrochó firmeza ante el sexto, con el que encontró expresión al natural, pero que terminó cuajando por ambos pitones, con pases de mucho sabor y calidad.
Perera, faena llevada por ambos pitones sin redondear
Perera saludó al abreplaza con un saludo llevado, sin poder lucirse. Se desarrolló un lucido quite que dio paso al tercio de banderillas. El diestro inició la faena de muleta con un trasteo por abajo, ganándole terreno, pasándolo con suavidad. Se decidió por el pitón derecho, pero sin acople. Le dio sitio y tiempo para después pasarlo a media altura, metiéndolo en el trazo pero sin someterlo. Al natural siguió pasándolo sin lograr limpiar los muletazos, con salidas bruscas directas al cuerpo, aun así logro dejar alguna pincelada suelta. Recuperó el pitón derecho, ahora sí, con algún que otro pase de calado.
Faena meritoria empañada con el acero
Empezaba a molestar la lluvia en Madrid con la salida del segundo toro de la tarde, al que saludó Emilio de Justo. Lo brego hasta llevarlo a los medios, donde el torero tropezó y a punto estuvo de ser prendido. Se alcanzó la faena y el diestro trató de tirar del animal y sacarlo del tercio. Encontró acople para pasarlo, envolviéndoselo y apretándole abajo. Tiempo y sitio para después tener que pasar uno a uno a un toro incierto. Eligió el toreo al natural, abriendo a un animal que se le quedaba encima en una embestida corta y deslucida. No paró de buscarle las teclas y los terrenos, insistiendo ya en los medios sobre el pitón izquierdo. Cambió a la mano derecha, acompasando la embestida con todo su cuerpo, dejando la tanda de mayor calado de su faena, envolviéndoselo a la cintura, teniendo que reestructurar en cada pase, llevándolo a base de voz y un toque firme y fijador en la cara.
Perera cuaja a base de naturales a un extraordinario tercero
Perera pudo llevar por verónicas al segundo de su lote en el saludo capotero. Se volvió a lucir Emilio de Justo en el quite. Perera fue a los medios y brindó al público para después probarlo por abajo, ganándole terreno. Se decidió por el pitón derecho, tocando en la cara y arrastrando la embestida detrás de la tela. Se lo envolvió, acortando las distancias, llevándolo muy metido, con muletazos profundos que llegaron al tendido. Cambió al natural en una tanda lenta y pausada en la que cuajó al de Victorino Martín que se dejó someter por abajo, entregándose y metiendo la cara. Se encajó y dejó algunos de los mejores naturales de la temporada en Madrid. También le exigió el tercero, teniendo que hacerle las cosas muy bien para que se entregara en la tela con codicia. Se tiró con todo en la suerte suprema, pero quedó algo trasera y Perera se sentó en el estribo a esperar que doblara, excediénsose del tiempo y teniendo que descabellar.
Emilio de Justo, volteado en una faena compleja de entrega
Emilio de Justo saludó a un bronco e incierto cuarto que le echó la cara arriba. Inició la faena con un trasteo por abajo por ambos pitones. Tiró del animal y se lo llevó más allá del tercio para empezar a llevarlo sobre el pitón derecho. El toro le brindaba movilidad y ritmo en la tela, lo que Emilio de Justo aprovechó para ligarlo por abajo. Le dio tiempo y sitio para retomar el pitón derecho, prendiéndo bruscamente. Tardó en reponerse, pero volvió a la cara del animal para seguir llevándolo al natural, encontrando el reconocimiento del público. El animal, que tuvo bastantes complicaciones en la tela, terminó por rajarse ante un Emilio de Justo entregado que quería más. Pinchó.
Perera, sin opciones con el quinto
Perera bregó y trató de sujetar a un toro que salió suelto. Inició la faena sacándolo al paso, para después pasar por el pitón derecho a un toro que no se entregaba a las demandas del diestro. Embestía con la cara alta. Cambió al natural, marcando el trazo con la ayuda, tocándole la tela en una serie deslucida. Le echó los vuelos a la cara y a base de voz trató de devolverlo a ella. Le alargó los naturales y le bajó la mano en una serie aplaudida. El toro ya no pasaba, a pesar de sus intentos por mostrarlo por el pitón derecho. Lo mató con aseo.
Emilio de Justo desluce con el acero
Emilio de Justo encontró expresión en su saludo capotero al sexto. Brindó al público desde los medios para después recibirlo en la muleta bajo los terrenos del tendido siete. Lo trasteó por abajo y se lo llevó más allá del tercio. En los medios desarrolló una tanda por el pitón derecho de voluntad y entrega, basando la serie en la voz y la muleta puesta para tirar de su embestida. Le dio tiempo y sitio antes de continuar por el mismo pitón, con un toro al que llevó en largo, encontrando movilidad y fijeza, con mejor entrada que salida de los muletazos. Cambió al natural, corriéndole la mano, dejando pases de mucho sabor, en un toreo lento y asentado en el que se lo pasó por su cintura, con desmayo y cadencia. Se cruzó e insistió al natural, encontrando ese acople y expresión en la continuidad forzada del uno a uno, a base de voz y mucha firmeza. Deslució con la espada.
Madrid. Toros de Victorino Martín. Los animales fueron variados en comportamiento y opciones para los diestros. Tuvieron sus teclas y les plantearon dificultades, siendo el primero, segundo y sobre todo el sexto los más manejables, dejando muchos matices. Pero el tercero fue extraordinario. Miguel Ángel Perera, silencio y oreja tras dos avisos y silencio; Emilio de Justo, saludos, saludos tras dos avisos y oreja tras dos avisos.
Incidencias:
Al finalizar el padeíllo se guardó un minuto de silencio en honor al veterinario de la plaza de toros de Las Ventas. Seguidamente, sonó el Himno de España. Se desmonteró Juan José Domínguez, de la cuadrilla de Emilio de Justo, tras el tercio de banderillas al segundo de la tarde.